28 de diciembre de 2024

Google no es Dios (1)

Google no es Dios (1)

En cierta ocasión, mientras preparaba un taller sobre Gestión del Conocimiento, acudí a Google para averiguar el precio de un ejemplar del diario El País. Como hace varios años que no vivo en España -desde la época en que murió nuestra querida Peseta y nació el todopoderoso Euro-, he perdido la noción del precio, y siendo ya casi de madrugada tampoco tenía a quien acudir para preguntárselo.

Google no fue capaz de darme una respuesta tan simple como esa, entre otras cosas porque no fue capaz de entender lo que yo le estaba preguntando, aunque cualquier niño español lo hubiese hecho sin ningún esfuerzo. Google ni siquiera pudo distinguir si, cuando le preguntaba por El País, me refería a un periódico o a una nación. Nunca supo si los resultados que me presentaba me resultaron útiles, ni pudo aprender de ello, porque he vuelto a hacer la búsqueda hoy mismo obteniendo idéntico resultado. Obviamente Google no sabe leer, y por eso no comprende nada de lo que me está entregando. El verdadero problema es que Google no es inteligente http://tokland.com/elearning/?p=24; si lo fuese, actuaría como lo hacen las personas.

El mérito y el éxito de Google son indiscutibles. En 1998 la empresa no existía y hoy tiene 15.000 empleados; es ejemplo de organización innovadora, aclamada como una de las marcas más reconocidas y, por encima de todo, considerada la mejor empresa para trabajar en el mundo. Incluso en el año 2006 se acuñó un nuevo verbo, To Google, en el diccionario inglés. Su buscador ha sido proclamado como una obra maestra y su objetivo resulta loable: "Organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil". Sin dudar que esta intención tiene una utilidad innegable, la pregunta que hay que hacerse es: ¿Realmente las personas necesitamos todavía más información?

Permanentemente escuchamos "Si necesitas saber algo, búscalo en Google". Es frecuente que muchas personas, relacionadas no sólo con el mundo de la educación o de la formación corporativa sino de los negocios en general, hablen de Google como una importantísima herramienta para aprender http://tokland.com/elearning/?p=16; "Cualquier pregunta que tengas, Google tendrá una respuesta para ti". Pero, ¿Es así? ¿Acaso Google es Dios?
 
En el mundo en que vivimos no importa lo que sabes, importa lo que haces con lo que sabes. El sistema educativo sigue insistiendo -al igual que casi toda la sociedad- en que aprender consiste en acumular información, lo que equivale a ser culto y, por tanto, inteligente. La vida te demuestra que eres lo que eres capaz de hacer, es decir, lo que has aprendido a lo largo de tu vida, poco de lo cual se lo debemos a la educación formal. Para nuestra desgracia, la forma cómo Google organiza y entrega información no se parece nada a cómo lo hace nuestro cerebro, porque, insisto, mi hijo de 2 años, sin apenas esforzarse, es más inteligente que Google, y esto tiene 2 consecuencias cruciales:

1 – Nos ayuda a reflexionar sobre qué significa ser inteligente. La definición con la que más me identifico la encontré hace algunos años cuando, interesado sobre cómo funciona el cerebro, leí un magnífico libro llamado ‘On Intelligence’. La tesis que sostiene su autor, Jeff Hawkins, fundador de Palm, es que el cerebro de cada persona usa la memoria para crear un modelo del mundo, ‘grabando’ todas las experiencias que tenemos. Todo lo que sabes y has aprendido está almacenado en este modelo. El cerebro usa ese modelo basado en la memoria para hacer predicciones continuas de eventos futuros, de lo que espera que experimentemos antes de que lo experimentemos, es decir, de lo que va a ocurrir.
 
La función primordial del cerebro es predecir. La base de la inteligencia, por tanto, es la habilidad de hacer predicciones sobre el futuro, y la base del aprendizaje es que esas predicciones fallen. El cerebro no inventa respuestas, sino que recupera respuestas de la memoria, que ya estaban almacenadas hace tiempo, y las usa para producir comportamiento y solucionar problemas. Los más de 30 billones de neuronas contienen tu conocimiento, tus habilidades y experiencias; de hecho es tu neocortex el que está leyendo estas líneas. Tú eres tu cerebro. En las sinapsis se almacenan millones de memorias esperando la llamada apropiada, esperando ser invocadas. Cuando las predicciones se cumplen, significa que entendemos,  y nuestra sensación es que todo ocurre normalmente. Cuando no se cumplen, no entendemos, lo que nos obliga a prestar atención y empezar a preguntar http://tokland.com/elearning/?p=126.

En varias columnas hemos abordado precisamente esta misma línea de pensamiento que defiende Roger Schank, cuando sostiene que, para aprender, tienen que fracasar tus expectativas -expectation failure- de lo que va a ocurrir, es decir, tus predicciones no se cumplen y es en ese momento cuando quieres explicarte el por qué, cuando estás dispuesto a aprender. Las personas, al contrario de lo que opina el sistema educativo, NO acumulamos datos, sino casos, sobre todo nuestros propios casos.

Tener casos conduce a tener expectativas sobre cómo ocurrirán las cosas -cada mañana espero que salga el sol y amanezca-. Somos un conjunto de expectativas que, cuando NO se cumplen, -no amanece y, por tanto, se produce un error en la predicción-, desencadena un proceso imparable de preguntas para entender y aprender. Esto significa que el aprendizaje surge de la confusión, lo que para mucha gente resulta difícil de aceptar.

2 – Las personas no estamos diseñadas para buscar información y, cuando lo hacemos, no somos muy hábiles en dicha tarea.

jmartinez@catenaria.cl

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3 comentarios en «Google no es Dios (1)»

  1. http://www.rrhhdigital.com/ampliada.php?sec=46&id=49856

    He tardado 10 segundos en encontrar esto a través de google.

    Probablemente tiene poca práctica y no sabe sintetizar lo que busca en una secuencia de palabras adecuada.

    Google nunca ha pretendido ser inteligente es una herramienta (bastante bien hecha en mi opinión) que te pone en contacto con miles de fuentes de informacion distintas, solo hay que saber como pedirlo.

  2. Yo he tardado 12 segundos en encontrarlo.

    No se trata de si google es inteligente o no, sino de si sabemos usarlo o no.

    En fin, ganas de gastar bits…

  3. Me parece que en general es bastante malo este artícul: sacar conjeturas de tu propia experiencia sin saber a qué nivel estás…

    Poco fiable a mi parecer.

Los comentarios están cerrados.

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