Ante los retos que se vislumbran desde principios de este año, las empresas deben tomar un papel activo en mantener su productividad y en implantar estrategias que les permitan mantenerse competitivas.
Para ello, sugiero a las empresas tener un especial énfasis en las siguientes temáticas:
Revisar y ajustar la agenda estratégica constituye el punto de partida. Este aspecto establecerá las prioridades de la alta dirección en la compañía. Es importante observar si, ante el escenario actual, sirve la agenda que ya estaba prevista, debe modificarse o cambiarla completamente.
Se deberán priorizar y elegir los proyectos más útiles en términos de rentabilidad, económico-financiera, responsabilidad social o posicionamiento.
Centrarse en lo que mejor se sabe hacer. Una empresa puede destacar por su liderazgo en productos y servicios, por su unicidad o innovación y por la buena gestión de los clientes. Los expertos apuntan la necesidad de ser bueno en todas ellas, así como en la eficiencia en costos, pero para mejorar la competitividad es necesario reforzar todavía más los puntos fuertes de la organización.
La innovación en el día a día marcará la diferencia de muchas compañías. Se trata no solamente de realizar grandes inversiones en Investigación y Desarrollo, sino en pensar de forma diferente y estar permanentemente generando buenas ideas en lo que respecta a la gestión del trabajo. Buscar nuevas y mejores formas de trabajar.
Aumentar la productividad de todos los activos es otro de los retos empresariales. Las organizaciones deben optimizar sus activos y buscar de ellos el máximo rendimiento. Para ello es imprescindible analizar la situación y eliminar aquellos activos no productivos o los que son insuficientemente productivos. En cuestión de Capital Humano, tener una solución flexible y accesible de gestión de Recursos Humanos es de vital importancia.
De la mano con lo anterior, identificar y motivar a los líderes clave para la compañía. Sin personas no hay empresas, y, ya sea tiempo de crisis o no, el personal es algo que se debe tener presente de manera continua en el entorno empresarial. Y si es en tiempo de crisis, identifique ineludiblemente el equipo clave de administración que tiene que retener a toda costa, motívelo y trabaje en equipo. Es un valor diferencial.
Ampliar y extender los mercados debe ser otro de los propósitos para las organizaciones. Aunque parezca una contradicción, los tiempos difíciles ayudan a las compañías a buscar nuevos segmentos de mercado que de otra manera no buscaran, o les obliga a adelantar de una vez por todas los proyectos de internacionalización que muchas veces posponen. Si el mercado objetivo se estrecha, hay que ampliarlo de manera inmediata.
Generar rentabilidad social y sustentabilidad. Es uno de los últimos conceptos incorporados a la gestión empresarial, e implica la integración de los tres pilares básicos del desarrollo de las organizaciones en la actualidad: El crecimiento económico, el progreso social y, también, los aspectos medioambientales, cada vez más valorados por las compañías.
Todo ello debe generar oportunidades para que directivos y trabajadores desarrollen sus competencias y aptitudes de la manera más eficaz posible. Una visión a largo plazo es clave para lograr este objetivo.
Tener un pensamiento positivo. Una vez llevados a cabo los puntos anteriores, lo genuino es tener un pensamiento positivo y pensar que lo mejor está por llegar. Ya que los tiempos de crisis generan nuevas oportunidades para los que han sabido trabajar y posicionarse mejor y para quienes han sabido anticiparse y han actuado en consecuencia.
Utilizar la tecnología como un optimizador de los Recursos Humanos. Para nadie es un secreto el enorme crecimiento de la tecnología, especialmente de Internet, en todos los ámbitos y actividades empresariales; y, por supuesto, el área de Recursos Humanos no podía quedar al margen de ello.
El desarrollo tecnológico ha alcanzado niveles sorprendentes, tal vez más allá de lo que hace unos cuantos años nos podríamos haber imaginado. Y qué decir de la optimización, automatización y agilización de los medios empleados en la gestión del factor humano.
Una de las áreas más beneficiadas en este sentido es precisamente Reclutamiento y Selección. El “boom” que en fechas recientes se ha observado ofrece a los ejecutivos de reclutamiento respuestas prácticamente inmediatas a sus necesidades de personal con candidatos calificados para los requerimientos de las empresas prácticamente a cualquier nivel.
Los beneficios se ven reflejados en aspectos como:
- Mayor equilibrio del presupuesto de Recursos Humanos
- Optimización de tiempos
- Administración de recursos
- Planificación de actividades
Todas las innovaciones informáticas están orientadas a facilitar las labores en los diferentes aspectos de la industria, y esto se debe en gran medida a las empresas de consultoría informática, a los desarrolladores de sistemas y, por supuesto, a los facilitadores tecnológicos.
En este ámbito, no es posible ya sustraerse de la informática al grado de que los ejecutivos de Recursos Humanos deben mantenerse casi tan actualizados -al menos en lo que a terminología se refiere- como los propios consultores en informática para atender los requerimientos de capital humano en las empresas.
Por otra parte, la necesidad de mantenerse actualizado también les obliga a fijar su atención en programas y aplicaciones propios de su área: Baterías psicométricas automatizadas, herramientas para la detección de necesidades de capacitación, administradores de tiempos y tareas, comunicación y medios para efectuar entrevistas virtuales… utilidades que complementan en muy buena medida el entorno de la administración de los Recursos Humanos.
Sin embargo, con todo lo impresionante y poderoso que es y pudiera llegar a ser el avance informático, existe un factor que nunca será ni deberá ser sustituido por la tecnología, y es precisamente el “Elemento Humano”. Este es el factor fundamental en el crecimiento de toda empresa; tal vez por ello se ha iniciado un cambio en el concepto propio de Recursos Humanos por el de Capital Humano o Capital Intelectual.
Por muy avanzada o sistematizada que se encuentre nuestra empresa o departamento, el elemento humano es más que imprescindible, ya que las empresas las hacen las personas y no la tecnología punta por sí misma.
El manejo de los valores, el sentido común, los diferentes puntos de vista y perspectivas sobre un tema o problema, las opciones de solución, los comentarios, las sugerencias, las lluvias de ideas, las discusiones, la planificación, los cambios de planes, las investigaciones, las deducciones, la perspicacia, las suspicacias, el trato, el tacto, las críticas, un sencillo saludo y muchos otros aspectos son parte insustituible de las vitales actividades que desempeña toda organización diariamente, ya que tratan con personas que tienen rostro y nombres propios, que se desempeñan colectivamente dentro de la compañía, pero empleando su propia individualidad. Esto es realmente lo que le da valor y sentido a las organizaciones.
Estoy seguro que un sector empresarial sólido y productivo ayuda a que el país en el que opera alcance nuevos niveles de competitividad. Todo ello a través de un mejor control y preparación del propio Capital Humano.
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