Antes de empezar la búsqueda de pastos más verdes, lo primero que hay que hacer es recoger la cosecha anterior.
En este caso estamos hablando de recopilar todo lo que hayas hecho antes. Cuando digo todo, es todo. Los éxitos, los fracasos, los problemas superados y todo lo que recuerdes. Con todo ese material podrás hacer después tu curriculum vitae y tu inventario de autoventa, que será muy útil en las entrevistas.
Evidentemente, los éxitos es lo clásico en cualquier currículo; es lo que todos ponemos. Pero hay que recopilar todos los que hayas tenido para en cada caso poner los que se adapten al puesto en concreto. Eso de un CV para todo, no es lo correcto. Ya llegaremos a ese punto del camino. Es importante anotar cómo se han conseguido esos éxitos.
Los fracasos también hay que tenerlos en mente. Un fracaso anterior es una oportunidad en el futuro: ya sabes lo que no hay que hacer y, si reflexionas sobre lo sucedido, incluso puedes tener en mente la respuesta idónea para ese problema en esa nueva ocasión que es la que te va a servir para conseguir el nuevo puesto.
Los problemas superados también son importantes. No sólo los técnicos, sino los problemas con personas. Son tus habilidades para afrontar la adversidad. Los técnicos indican tus recursos en conocimiento de técnicas de trabajo, búsqueda de soluciones y si estás o no al corriente del "estado del arte". Los problemas con personas son tus habilidades para trabajar en equipo, para gestionar gente tratándola como a personas y no como a "carne con ojos". A mi me han preguntado en entrevistas cómo he resuelto algún problema reciente y cuando me iba a lo técnico como que me prestaban poca atención, justo al contrario que cuando hablaba del trato con gente a veces conflictiva.
Entonces eran todo oídos.
Todo lo que recuerdes constituye tu almacén de habilidades transferibles, en definitiva. Eso lo has hecho en un entorno concreto, pero pensándolo fríamente, puedes ver claramente que te sirve también en otras circunstancias. Es lo que tú sabes hacer, estés donde estés.
Por tanto, hay que trabajar recordando todo y documentándolo. En papel, en un fichero de hoja de cálculo, de procesador de textos, de base de datos. En donde sea, pero tenlo bien organizado. Intenta poner categorías y etiquetas para poder localizar posteriormente con más facilidad lo que se necesite en el sitio al que quieras ir.
Son los alimentos que metes en tu mochila para el camino que acabas de empezar a recorrer.
Al menos yo lo veo así.
De su estudio: 25 pasos para un destino
Los comentarios están cerrados.