Distintas personas, distintos líderes, distintos estilos
Pero no olvidemos de que estamos hablando de personas, por suerte únicas e irrepetibles. De modo que, además de estas cualidades, que suelen ser comunes a todos aquéllos con los que nos hemos encontrado en nuestro camino profesional y por los que nos hemos sentido inspirados, y yo diría, incluso, por los que lo dejaríamos todo, como dice la canción, cada Líder también es único e irrepetible, y cada uno de ellos aplica su propio estilo a la hora de ejercer su influencia.
Autoritario, democrático, liberal, los estilos de Liderazgo varían según aquellas funciones que el líder desempeña de modo individual en combinación con las responsabilidades que desea que sus subordinados acepten.
Otras teorías hablan de niveles en lugar de estilos, y afirman que un líder, a medida que va madurando en sus capacidades como líder, debería ir pasando por todos ellos. Desde el primer nivel, en el que un líder surge como tal porque le han ascendido a “jefe” y se convierte en un jefe impuesto, hasta el quinto nivel, en el que el líder no sólo sabe gestionar con éxito sino que se convierte en el verdadero mentor y compañero de viaje, responsable directo del desarrollo profesional y promoción de sus colaboradores.
Pero esto no son matemáticas. Como siempre debe primar el sentido común, las ganas de hacer las cosas bien, las ganas de mejorar, ser consciente de las cualidades que uno posee y trabajar según un o nivel que encaje con sus capacidades, y formarse y cultivarse adecuadamente.
La mala noticia. ¿Cómo influye el Liderazgo de la TI?
Pero aunque contemos con los mejores líderes dentro de los puestos de responsabilidad de las TI de nuestras organizaciones, estamos muy lejos de conseguir ese objetivo que decíamos al principio de aportar valor al negocio con las TIC. Pero… ¿por qué?
Pues en realidad estoy hablando de los casos en que no es por culpa del buen hacer de los profesionales de las TIC, ni de sus CIOs, sino de aquellos que todavía no han entendido que el famoso tópico de “alineamiento TI negocio” debería ser bidireccional.
¿Bidireccional?, sé, quiero decir, que no sólo la TI se tiene que creer que son capaces de aportar valor, y que se han convertido en pieza clave para el desarrollo de los Negocios. La mala noticia es que, en la mayoría de los casos, es el negocio el que todavía no se ha creído esta afirmación, y lo demuestran no dejando a sus responsables de los departamentos de TI participar directamente en los órganos de gobiernos de las compañías. En resumen, no confían en sus Líderes o bien, no entienden la importancia de dotarles de la autoridad necesaria, y, por tanto, el Liderazgo de la TI se desaprovecha con consecuencias lamentables, aunque en muchos casos intangibles, a corto plazo. ¿Será cuestión de la carencia de líderes en otros ámbitos paralelos de la Compañía y en sus propios órganos de gobierno?
La buena noticia
En contra de la teoría del “gran hombre”, excepto contadas excepciones, el líder no nace, se hace. Muchas veces la base que poseen de manera innata algunos de los futuros Líderes hace que destaquen y que, por ese motivo, sus organizaciones les den la oportunidad de dirigir.
Es cierto que muchos de ellos han destacado desde su más tierna infancia profesional por poseer una inteligencia emocional y visión desarrollada de manera natural. Pero una vez que a estos futuros “maestros” se les da la primera oportunidad de demostrar resultados, además de ayudarles a conseguir los objetivos empresariales que se les encomiendan, las organizaciones deberían ayudarles a formarse adecuadamente y demostrar otro tipo de resultados menos tangibles y más “soft”. ¿Por qué no evaluarles al final de cada periodo también por parámetros como número de empleados que les reportan que han promocionado hacia puestos de responsabilidad? ¿O por el resultado de las evaluaciones tipo 180º en las que pregunten a sus subordinados por cómo les perciben?
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