La globalización de las finanzas y los dinámicos procesos tecnológicos han producido fuertes cambios en el sector bancario. Sumado a esto, la alta competencia en el sector ha impactado en los márgenes de ganancias, produciendo con ello un aumento en las fusiones bancarias en varios países y, en algunos casos, las ha llevado a adoptar agresivas estrategias para aumentar cuota en este mercado tan competitivo.
La gestión de los RRHH en el sector financiero, es uno de los pilares para mantener e incrementar la rentabilidad. La cada vez mayor competitividad, fomentada por los avances tecnológicos, sitúa al capital humano como protagonistas en periodos en los que se busca la obtención de cuotas de mercado. Las funciones de RRHH se centran cada vez más en la selección y retención de los mejores profesionales; reconocimiento, planes de desarrollo profesional, motivación, clima laboral, trabajo en equipo, son algunos de los aspectos que influyen directamente en un aspecto clave: la satisfacción del cliente.
El ciclo de crecimiento sostenido en el que se encuentra inmerso el sector financiero se traduce en una importante necesidad de reclutamiento. Buscar los mismos perfiles en el mercado ha desembocado en una lucha para atraer unos candidatos cada vez más exigentes y con unos valores diferentes. La expansión en que está inmerso el sector bancario, provoca procesos de reclutamiento masivo y constante.
A medida que las entidades financieras han ido experimentando cambios con la finalidad de satisfacer las exigencias de un entorno global más competitivo, se han ido dando cuenta que el alto rendimiento depende de las personas, en especial de aquellas que integran su organización, ligando por tanto la satisfacción del cliente a la del empleado.
Las entidades financieras se enfrentan a importantes retos que suponen evidentes riesgos de pérdida de clientes, que sólo pueden ser asumidos por parte de profesionales motivados, la motivación por tanto, constituye un factor muy importante para alcanzar con éxito los objetivos del negocio. Para retener, motivar y premiar el buen desempeño de los empleados, muchos bancos han optado por la implantación de un sistema de retribución variable, la alineación de los objetivos personales con los objetivos del negocio según la rentabilidad de la base de clientes y su vinculación, así como del incremento de volúmenes y cuota de mercado, son algunas variables a tener en cuenta en el diseño del nuevo esquema de retribución supeditado los objetivos individuales a los de grupo.
La banca por tanto, se enfrenta a una serie de retos entre los que destacan la implantación de una estrategia de éxito en un entorno cambiante, la concentración empresarial y la expansión geográfica, con el impacto que esto supone para la organización y las personas.
Será necesario el respaldo de los trabajadores por parte de las compañías, que se encargarán de diseñar e implantar las estructuras organizativas, así como de definir las responsabilidades asignadas a cada rol y establecer los sistemas y políticas de la entidad, si el trabajador tiene muy definida la estructura y “know-how” de la empresa podrá actuar conforme a esos parámetros, lo que se traduce en eficiencia.
A los dos pilares anteriores hay que unir el compromiso, el grado de vinculación de las personas con el proyecto de la empresa y de su percepción de la equidad en la aplicación de las políticas dependerá el que asuman de mayor o menor grado otros aspectos que puedan surgir.
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