Pensamiento creativo en Recursos Humanos

Los inviernos en el norte de Estados Unidos pueden ser, y casi siempre son, brutales: mucha nieve y un tiempo frío de 4 a 6 meses al año. Por ello no debería ser una sorpresa que a muchas personas que trabajan y viven en estas frías zonas les gustaría pasar el invierno en el sur, donde los inviernos son suaves.

Lo que si es una sorpresa, al menos al principio, es que hay empresas que están de acuerdo en permitir que esto se haga posible. Muchos empresarios, que tienen oficinas alrededor de todo el país, permiten trabajar a sus empleados en una zona durante un periodo del año y en otra durante el resto.

Después de todo, los empresarios se están beneficiando de esta situación: durante el invierno muchos se retiran a los climas más cálidos, haciendo necesario para las empresas contratar personal estacionalmente en los lugares más calurosos. Al mismo tiempo, la carga de trabajo en los sitios fríos se reduce. Si podemos trasladar a las personas, podemos evitar los contratos estacionales y mantener así a los empleados contentos.

Esta historia desencadena en mi memoria un caso curioso sobre la gestión de recursos humanos. Varios años atrás, en Italia, había dos compañías situadas en la misma zona, ambas con una producción estacional: una producía cerveza -con pico de trabajo en los meses de verano- y la otra fabricaba chocolate -la época de más trabajo era en los meses de invierno-. Durante muchos años tuvieron el problema de tener que contratar personas estacionalmente, hasta que decidieron contratarlos para siempre pero trabajando seis meses del año produciendo cerveza y los otros seis meses chocolate. Todo el mundo era feliz, incluyendo los sindicatos.

Estoy seguro de que hay muchos más ejemplos, pero mi punto de vista es que los departamentos de recursos humanos, en todos estos casos, actúan como un verdadero partner empresarial para una compañía. ¿Cómo?

Creo que son tres los factores más importantes:

1. Conocimientos sobre el negocio de las compañías.
2. Respeto hacia los empleados. Conocimiento de sus objetivos individuales, incluso de sus vidas privadas y tener esto en cuenta a la hora de buscar soluciones.
3. Creatividad: La buena voluntad para solucionar problemas de manera poco convencional.

Creo que, cada vez más, estos tres rasgos no sólo serán útiles sino que serán requeridos para todos aquellos que trabajan en un departamento de recursos humanos.

Para ello hay en el mercado sistemas de recursos humanos para la gestión del talento –en el caso de Cezanne con business intelligence integrado- que pueden ayudar a proveerle del conocimiento.

El resto depende de las personas de la empresa.