Cómo diseñar un entorno de trabajo saludable
El fenómeno en España de la Lipoatrofia Semicircular y su impacto mediático ha hecho reflexionar a las empresas sobre la incidencia que tiene un diseño adecuado del lugar de trabajo en el bienestar y la salud de los empleados. El uso de determinados materiales en edificación e interiorismo, el inadecuado diseño de los niveles térmicos, la hermeticidad, la no adaptación del diseño a las condiciones locales, entre otros factores, pueden convertir estos nuevos símbolos arquitectónicos en peligrosos entornos de trabajo.
La selección de materiales no adecuados, asbestos, pinturas con plomo, aislantes de fibra de vidrio, moquetas, pueden comprometer la salud del empleado. El uso de materiales reciclables, biodegradables o con una etiqueta de baja emisión de CO2 cobra cada vez mayor importancia en el diseño de las oficinas. Las certificaciones medioambientales como la LEED hacen hincapié en este aspecto, recomendando el uso de materiales naturales como madera o piedra y materiales recuperados o restaurados.
Distribución del espacio
Una de las áreas de mayor impacto sobre el bienestar en el trabajo está relacionada con las la distribución del espacio y las instalaciones – la escasa iluminación, el ruido, los muebles incómodos y el calor o el frío excesivo, son las quejas más habituales encontradas en los estudios realizados por 3G office.
El acceso a la luz natural y a una óptima calidad del aire son dos factores directamente relacionados con la salud de los empleados. Las investigaciones sobre el tema recogen que las tasas de absentismo se reducen hasta 6% y la productividad aumenta hasta un 10% en los edificios con ventilación y luz natural.
Aprovechar la iluminación natural, distribuyendo y orientando los puestos de trabajo de manera que reciban este tipo de iluminación de forma apropiada, utilizar colores claros en las paredes y techos, así como un sistema de ventanas que permita la entrada regulada de este tipo de iluminación, contribuye considerablemente a una sensación de confort. En nuestra larga experiencia como consultores hemos comprobado la importancia de evitar que los espacios cerrados se ubiquen en las fachadas exteriores ya que limitan la entrada de luz natural al resto de los empleados. En el diseño interior somos partidarios del uso de acristalamientos en los despachos, en los espacios para trabajo concentrado o en los phone boxes, de forma que no pierdan confort las zonas de la oficina menos accesibles a la luz natural.
Edificio enfermo
Por otra parte, los estudios realizados por el profesor Ole Fanger han demostrado que la eliminación de las fuentes de polución interna y el aumento de la calidad del aire en las oficinas puede reducir la intensidad del los síntomas de un edificio enfermo (La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido el Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) como conjunto de molestias y enfermedades originadas por un edificio. El tipo de dolencias que producen es variado: jaquecas, náuseas, mareos, resfriados persistentes o irritaciones de las vías respiratorias, piel y ojos).
El diseño de una oficina debe atender tanto a los diferentes tipos de actividad laboral de la empresa como a variaciones individuales. Hay tantas posibilidades en el diseño del espacio de una oficina, que sólo después de un estudio exhaustivo de las necesidades reales de la empresa y de sus formas de trabajo se puede lograr una “oficina a medida”.
Oficina flexible
La “oficina flexible” es un modelo que se adapta a las nuevas formas de trabajo condicionadas por la tecnología, la movilidad de los empleados y la reorganización empresarial. Con este diseño de oficina cada empleado puede tener a su disposición un espacio de trabajo adecuado a su actividad. Este modelo de oficina pone a disposición del empleado diferentes tipos de espacios para utilizarlos de forma flexible en función de las necesidades de cada momento: despachos para trabajo individual y concentrado, zonas abiertas para trabajo en equipo, áreas para reuniones informales, zonas de ocio o intercambio como las zonas de vending, bibliotecas o áreas de documentación, “facility corners” donde reunir el equipamiento (fotocopiadora, fax, impresoras), entre otros.
Una distribución adecuada del espacio de trabajo también revierte en la calidad acústica de la oficina: al crear zonas cerradas para el trabajo concentrado o phone boxes no sólo contribuimos a la sensación de privacidad sino que evitamos estar expuestos a ruidos innecesarios.
En cuanto a instalaciones, la climatización es área muy sensible para los empleados. Entre las tendencias actuales se pone el acento en la importancia de una fachada funcional que facilite el aislamiento térmico del edificio, además se recomienda la zonificación de los espacios con el objetivo de ajustar la climatización a las necesidades reales y utilizar diferentes termostatos en zonas que estén aisladas unas de otras.
La calidad del espacio y su diseño adecuado tiene un papel muy importante en este sentido, por ejemplo, la creación de un “facility corner” o una zona de reprografía (donde se reúne el equipamiento para uso común), permite que se concentren y disipen las altas cargas térmicas, favoreciendo una correcta climatización.
Pero el punto clave en la climatización no está únicamente en proyectar e instalar correctamente sino además en hacer un buen uso de las instalaciones. Por ejemplo es aconsejable mantener una temperatura de 20-23º en la estación de invierno y de 23-25º en verano así como promover entre los empleados una vestimenta acorde a la estación.
Como hemos mencionado, también el mobiliario juega un papel significativo y debe ser elegido teniendo en cuenta tanto las actividades que se van a realizar en cada puesto, como la persona que las va a desempeñar y la interacción entre unas y otras. Una vez realizado un estudio sobre estos aspectos, el mobiliario se diseñará bajo unos mínimos ergonómicos basados en la posición de la espalda, el cuello, la distancia al ordenador, etc.
Conclusión
Los proyectos representativos de la nueva arquitectura de sedes corporativas demuestran el grado de creatividad de sus autores y la capacidad tecnológica alcanzada por el hombre, pero en términos de confort y salud del empleado deberíamos reconducir nuestros caminos hacia la compresión de nuestro entorno (en tanto clima, recursos, necesidades reales del empleado, etc.), proyectando espacios de trabajo que ante todo garanticen el bienestar de quienes construyen el éxito o el fracaso de nuestra empresa.
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