En los inicios de RRHH Digital, hace más de año y medio, entre los muchos mensajes de correo electrónico que nos llegaban a la redacción hubo dos que llamaron mucho nuestra atención; el primero de ellos fue remitido por un trabajador de una empresa de capital público, que nos relataba cómo, entre varios empleados, le estaban sometiendo a un proceso exhaustivo de acoso para que dejara la compañía. Sus jefes no sólo tenían conocimiento de la situación, sino que la amparaban y la fomentaban. “Me tachaban de raro”, nos decía, “simplemente por ser distinto a ellos. Y me están haciendo la vida imposible. No sé qué hacer, y estoy pensando en suicidarme. No aguanto más”.
El mensaje fue enviado desde una cuenta de hotmail, anónima, no se identificaba el remitente. Nos ofrecimos, a pesar de nuestra juventud, a iniciar una investigación de su caso, a meternos en los entresijos de esa empresa pública, a preguntar y sacar a la luz dichas prácticas. No quiso, tenía miedo; simplemente nos pedía consejo sobre a quién acudir y qué trámites iniciar para “intentar” poner fin a todo aquello. Le aconsejamos que quitara de su cabeza la idea del suicidio y le dimos los datos de un abogado.
El segundo mensaje procedía de una mujer –creemos recordar que tenía una hija- a la que su empresa le había puesto toda clase de impedimentos para, entre otras cosas, conciliar su vida personal y profesional. Su salario no era precisamente alto -no llegaba a ser ni “mileurista”-, no tenía facilidades para dejar a su hijo/a al cuidado de nadie –algo habitual hoy en día- y, lo más importante, su empresa no quería tenerla allí.
En relación con estas dos “historias” de personajes anónimos, RRHH Digital se va a permitir, sin que sirva de precedente, la licencia de abrir un “apartado o línea editorial” sobre esto tan relativamente nuevo conocido por “mobbing”, en lo que lo único nuevo es el término y no el acoso en sí, acoso que ha existido siempre y seguirá existiendo –desgraciadamente- por los siglos de los siglos en el mundo empresarial.
Aclaración importante
Antes de que usted siga leyendo, queremos aclarar varios puntos:
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Este nuevo apartado se llamará “Crónica de un Mobing Anunciado”.
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Los hechos son actuales y verídicos, y demuestran hasta qué punto puede llegar la sinrazón de las personas y, por tanto, de las empresas a las que representan. También queremos demostrar que la justicia es ciega, y que no hay más ciego que el que no quiere ver.
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Es un apartado que va a tener, independientemente de ser una crónica, un alto componente de opinión, como cualquier otro artículo editorial. Por ello, somos conscientes de que habrá disparidad de criterios entre todos los involucrados.
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La intención de esta crónica es abrir los ojos a todos aquellos que están inmersos en procesos de mobbing, tanto del lado acosador como del acosado, y servir de alivio a la parte débil de los mismos.
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Este caso afecta de manera indirecta a un integrante de RRHH Digital. Por esta razón, dentro de la objetividad que hemos defendido siempre, es inevitable ese componente subjetivo que está presente en todo artículo editorial, al igual que lo está en todos los artículos escritos por personas ajenas a este medio y que han sido publicados aquí.
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Los protagonistas de esta historia tienen nombres, apellidos y razón social, y los daremos a conocer a los lectores en el momento oportuno. Ello no impide que ya haya personas que conozcan esta crónica y dichas identidades.
Bajo estas premisas, usted es libre de seguir leyendo y de crearse su propia opinión sobre el asunto. Independientemente de ello, la historia tiene momentos curiosos y momentos de absoluta miserabilidad e indignidad –en nuestra opinión-.
Aunque comenzaremos la próxima semana, les avanzo unas pistas sobre los protagonistas:
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La empresa pertenece a la industria auxiliar de los recursos humanos, y se dedica a selección y formación de personal; sufrió un cambio en la dirección general hace aproximadamente un año, y ahora es dirigida por una mujer. Sus clientes se encuentran tanto en la empresa pública como en la privada.
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La trabajadora es licenciada en ciencias económicas, casada y madre de dos hijas. Comenzó a trabajar en el departamento financiero de esta empresa en 2.001, fichada por el anterior Director General. Su desempeño ha sido siempre impecable. Nunca ha tenido ninguna sanción, hasta ahora, ni se le ha abierto ningún expediente disciplinario, ni en esta ni en ninguna de las empresas en las que trabajó anteriormente. Nunca había estado antes de baja, salvo por asuntos relacionados con sus embarazos, los habituales en cualquier mujer en estado de gestación.
No se pierdan la próxima entrega.
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