La tragedia ocurrida ayer en la piscifactoría de Illana (Guadalajara), que costó la vida a cuatro personas, se produjo porque el hijo del dueño de la planta abrió la fosa séptica en una "imprudencia". El joven lo hizo para desatascar una de las rejillas.
Así lo ha explicado el subdelegado del Gobierno en Guadalajara, Juan Pablo Herranz, quien ha detallado que esa es la principal conclusión extraída por los investigadores de la Guardia Civil sobre el accidente ocurrido en la piscifactoría. En el siniestro murieron el dueño de la misma, su hijo y un matrimonio que trabajaba en la planta.
Por falta de oxígeno
El hijo del dueño, Antonio del Olmo, de 23 años, decidió abrir la fosa y tratar de desatascar la rejilla con un gancho, pero se desvaneció por la falta de oxigeno que motivan los gases pesados que se generan en el interior de este tipo de fosas.
Cuando su padre, Francisco, vio que el chico no podía salir de la fosa, trató de ayudarle, pero sufrió los mismos efectos y cayó con él, al igual que ocurrió poco después con José Carlos Hernández y con su esposa Cristina Clemente.
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