El sindicato de maquinistas alemanes GDL anunció ayer que renunciará a nuevas huelgas mientras duren las negociaciones con Deutsche Bahn. Con la empresa de ferrocarriles alemana, GDL nombró a dos mediadores que ayuden a desbloquear las enquistadas posiciones en el conflicto. Se trata de los veteranos políticos democristianos Kurt Biedenkopf y Heiner Geissler. El sindicato emprende las negociaciones fortalecido por el éxito de los paros de ayer en las cercanías de Berlín y Hamburgo.
Piden los miembros de GDL un convenio diferenciado para maquinistas y personal de a bordo en los trenes. Aspiran a subidas de sueldo de hasta el 31% para este grupo de empleados. La dirección de Deutsche Bahn considera "desquiciadas" las ambiciones del sindicato y espera poder rebajarlas sustancialmente. Las propuestas que ha puesto hasta ahora sobre la mesa no han satisfecho lo más mínimo a los maquinistas.
Los paros de ayer se convocaron por sorpresa el miércoles, pocas horas después de que el tribunal laboral de Núremberg prohibiera a GDL llevar a cabo una huelga de cuatro horas en el tráfico de mercancías en la mañana del jueves alegando las graves pérdidas económicas que ocasionaría.
Dado que en estas fechas muchos alemanes están de vacaciones, las consecuencias de la huelga no fueron graves. Hasta entrada la tarde, el paro de unas dos horas desordenó el tráfico ferroviario en las mayores ciudades del país, causando algunas caravanas en las entradas y salidas de Berlín y Hamburgo. No hubo, sin embargo, caos circulatorio ni embotellamientos duraderos.
El ministro alemán de Transportes, Wolfgang Tiefensee, aplaudió que las partes se hayan decidido a volver a las conversaciones. Para el ministro socialdemócrata, "éste es un primer paso hacia la razón". Pidió Tiefensee esfuerzos "en busca de una solución" que evite que vuelvan los enfrentamientos.
Los sindicatos mayoritarios alemanes criticaron ayer con dureza la prohibición de la huelga de los maquinistas, que tacharon de anticonstitucional, aunque también reprocharon a GDL que quiera negociar un convenio por separado. En España, Comisiones Obreras se sumó a las críticas, al considerar "peligroso" el precedente que sienta el caso alemán, informa Servimedia.
Frente esas críticas, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se felicita por la decisión del tribunal. Su director, José María Múgica, pide que se regule el derecho de huelga en España para evitar que "los consumidores se conviertan en rehenes de situaciones en las que no pueden hacer nada".
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