Los contratos de los 1.549 empleados de la factoría que Delphi tiene en Puerto Real (Cádiz), dedicada a la fabricación de componentes de automoción, se extinguen hoy, cinco meses después de que la dirección de la multinacional anunciara el cierre.
En los próximos días la plantilla, que durante estos cinco meses ha mantenido un duro conflicto laboral en protesta por el cierre y en demanda de mejores condiciones laborales para la zona, se tendrá que pasar por las mesas que el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) pretende instalar en la misma factoría, para solicitar su cartilla como demandantes de empleo, dijeron a Efe fuentes sindicales.
Con esta medida la Junta pretende agilizar los trámites de afiliación, a pesar de que aún continúan las reuniones con los sindicatos para tratar el tema de las recolocaciones y de la formación de los trabajadores.
Con la extinción de los contratos los empleados quedan definitivamente desvinculados de Delphi por lo que ahora se abre un proceso de reindustrialización de la Bahía de Cádiz que comenzó a fraguarse el pasado 22 de febrero cuando la multinacional anunció el cierre de su planta en Puerto Real.
Desde ese mismo día los trabajadores de la factoría comenzaron a movilizarse para 'obligar' a Delphi a cumplir el plan industrial que el comité y la empresa habían firmado hasta 2010.
Los trabajadores comenzaron a concentrarse a las puertas de la planta los fines de semana para evitar que saliera material de la planta de Puerto Real con destino a otros países.
El uno de marzo, más de 50.000 personas recorrieron las calles de la capital gaditana por el mantenimiento de la actividad industrial en la Bahia de Cádiz y contra el cierre de Delphi y desde entonces el grito de 'Delphi no se cierra' se hizo santo y seña de la lucha de los empleados por mantener sus puestos de trabajo.
Con el apoyo de los ayuntamientos de la comarca y con muestras de solidaridad provenientes de toda la geografía nacional llegó la segunda gran manifestación y la huelga general convocada en la provincia de Cádiz, que fue secundada el 18 de abril por más del 90% de los trabajadores gaditanos.
A pesar de estas acciones la empresa siguió con su plan industrial y la amenaza de cierre aún estaba latente por lo que un centenar de sus empleados protagonizaron una marcha a pie hasta Sevilla para hacerle llegar sus reivindicaciones al presidente andaluz, Manuel Chaves.
Al igual que Chaves, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se hizo eco del conflicto y manifestó que 'no fallaría a los trabajadores de Delphi', con cuyos representantes se reunió durante una visita a la capital hispalense.
Después de que un juzgado de lo Mercantil de Cádiz admitió a trámite el Expediente de Regulación de Empleo presentado por Delphi, la Junta de Andalucía anunció que ya se habían producido contactos con algunas empresas para que se instalaran en la Bahía de Cádiz y absorbieran a los trabajadores afectados por el cierre, al tiempo que la empresa y la Junta se reunían para buscar una solución al plan industrial que debía acompañar al ERE.
Después de intensas reuniones, el pasado 5 de julio se cerraba el acuerdo por el que la empresa cedería los activos a la Junta e indemnizaría a los empleados con 45 días por año trabajado, lo que supone un desembolso de más de 120 millones de euros que la empresa debe abonar a favor de los empleados.
Aunque hoy se extinguen los contratos que vinculan a los trabajadores con la multinacional estadounidense, las negociaciones entre los sindicatos y la Junta se mantienen para tratar de las recolocaciones y la formación ya que muchos de los empleados seguirán su vida laboral lejos del mundo de la automoción.
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