Toda acción del ser humano gira en torno a la realización de una tarea, estar en relación con otras personas y el entorno y pensar acerca de la infinitud de cosas que nos rodean y nos suceden. Cualquier otra actividad no contenida en estas tres resulta imposible para el hombre.
Al igual que las especialidades médicas se estudian, por separado, este análisis supone una disección del ser humano y debe entenderse que cada área no existe por separado, sino que interactúan siempre entre sí.
Realización de la tarea – Voluntad, Economía y Tecnología
La realización de la tarea, en el plano del individuo, está asociada con la voluntad, ya que ésta precede a la tarea. A su vez, en lo social el resultado de la actividad se mide en términos económicos. La economía recoge el resultado de la actividad transformadora que realiza el hombre. Por último, la tecnología está presente en todo desarrollo de la tarea. Además, la actividad del hombre está tanto más separada del mundo animal cuanto mayor es el uso de la tecnología. Dentro de la tecnología incluimos también los utensilios.
Relación con el entorno – Emociones, Derecho y Arte
En el ámbito de la Relación, lo que nos pone en contacto con el entorno son las emociones. Todo estímulo sensitivo que llega a nuestro sistema límbico se traduce en emociones. Esta parte del cerebro es la que nos relaciona con lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Del mismo modo, los sentimientos son también reflejo de nuestra relación con el entorno. A su vez, en lo social, la relación se encuentra regulada por el derecho y del mismo modo que ocurre con la tecnología, lo que nos separa, también, del reino animal es el arte, una expresión de nuestra creatividad y emotividad.
Tanto en la realización de la tarea como en la relación se encuentra de forma implícita el pensar. Sólo los humanos poseemos esta cualidad que nos separa, de nuevo, infinitamente de los animales.
Estas tres fuerzas que caracterizan al ser humano han inspirado lemas como el de la Revolución Francesa, libertad en el pensar, igualdad ante la ley y fraternidad en el trabajo, o bien otro conocido por todos nosotros, el de las Cajas de Ahorro, en su Obra (actividad) Social (relación) y Cultural (pensamiento), objetivo de sus beneficios.
Orígenes de la Innovación
Pensar <-Emoción/Sentimientos+> Voluntad
Cuando las emociones / sentimientos son agradables, se mueve nuestra voluntad. El objetivo es mantener esa posición placentera. Mientras que la voluntad se activa ante una sensación de placer, o su búsqueda activa la voluntad, no necesariamente esta acción lleva aparejada la aparición de pensamientos.
Esta es la base de los automatismos. Cuando conducimos un automóvil, gran parte de nuestros movimientos son automáticos, sin necesidad de pensar. Lo contrario ocurre cuando la emoción o los sentimientos son displacenteros. Entonces comienza a actuar el pensar. El ser humano puede odiar, sin ejercer su voluntad. Lo que no puede hacer es odiar sin representar esa emoción en forma de pensamientos en su mente.
Si bien la relación entre las tres fuerzas que mueven al ser humano, es la establecida, la mayoría de las veces actúan conjuntamente.
La innovación, llamémosla primaria, ocurre ante la presencia de una emoción de displacer, producida por el miedo, el hambre, el frío y un largo etcétera. Casi toda la innovación actual responde a este principio. El objetivo de este tipo de innovación tiene que ver con la mejora de las condiciones de la propia existencia.
Otro tipo de cambio es producido cuando aparece un sentimiento displacentero, como es la observación de falta de justicia, sufrimiento, o desmotivación, en los demás. En este caso la innovación, que llamaremos secundaria, tiene como objetivo una mejora en la vida de los demás.
Fuentes de la innovación
La innovación, como toda acción del ser humano debe, por tanto, corresponderse con sus tres acciones posibles, esto es:
La innovación en el pensar tiene su representación en los procesos, debido al hecho de que los mismos son resultado del pensar. Lo cognitivo en el hombre posibilita la innovación en los procesos.
A su vez, la innovación en la realización de la tarea tiene como objetivo el desarrollo de productos y servicios. De este modo la innovación en el producto, lo que llamamos innovación tecnológica, es el objetivo de la innovación en la tarea.
Por último, la innovación en la relación, lo social, tiene que ver con la innovación de las organizaciones, lo que llamamos la innovación en las personas.
Cualquier innovación puede incluirse en estas tres. Y, al igual que dijimos antes, estas tres esferas, en realidad, actúan a la vez, son concéntricas.
Lo que los sistemas de innovación de los gobiernos señalan en sus pliegos coincide con lo que aquí se plantea. La única diferencia apreciable, en algún caso, la supone incorporar el marketing como un objetivo más de la innovación. A mi entender, una de las variables del marketing mix se refiere precisamente al producto, por lo que innovar en el marketing estaría incluido, en parte, en la innovación tecnológica. La innovación en el resto de las variables del marketing mix tendría que ver con la innovación en los procesos.
En cualquier caso, toda innovación requiere una actuación conjunta de las tres fuerzas que caracterizan al ser humano. El planteamiento que se ha hecho aquí sólo sirve para enfocar las áreas objeto de la innovación, no el proceso de innovar.
El proceso Innovador
El proceso de innovación responde, como ya hemos visto, a la presencia de las tres fuerzas que caracterizan la acción del hombre. La innovación requiere siempre de la generación de una iniciativa, que se corresponde con lo volitivo. Sin voluntad innovadora no pueden surgir las iniciativas, que, en cualquier caso, siempre se presentarán en forma de ideas.
Sin embargo, para que ésta se desarrolle, es necesario, en la mayoría de los casos, la creación de grupos de trabajo y de conocimiento, lo que se corresponde con lo relacional.
Por último, para que una iniciativa vea la luz, ésta debe responder a una demanda estratégica y a la coordinación de los grupos establecidos. La determinación de una estrategia responde al pensar, y la coordinación de grupos implica el desarrollo de procesos y procedimientos, lo que relacionamos, también, con lo cognitivo.
De este modo, un Sistema de Innovación es una iniciativa con unos objetivos y una estrategia, donde la creación de un Clúster del Conocimiento y su coordinación son imprescindibles.
¿Para qué es importante la Innovación y por qué está tan de moda?
La innovación en la tecnología ha sido el motor que ha puesto de moda la innovación. El origen ha tenido lugar en los países industrialmente desarrollados. La razón se debe a que el alongamiento del ciclo de madurez de muchos de sus productos depende de la innovación tecnológica. Todos los países fabricantes de tecnología necesitan introducir innovación en sus productos, ya sean de consumo, industriales o armamentísticos. La innovación tecnológica surge de la necesidad de mantener un estatus económico y de calidad de vida.
Sin embargo, podemos percibir fácilmente que en España se pretende innovar en la tecnología porque esta innovación produce resultados positivos en otras economías, no porque surja de una necesidad real, basada en la producción de tecnología bajo patente española. Mientras que para los países altamente industrializados la innovación tecnológica representa una importante fuente de ingresos, para España no lo es.
Además, las economías más avanzadas se caracterizan, entre otras cosas, por el amplio desarrollo del sector terciario, a lo que España no es ajena. Sin embargo, mientras que para la Unión Europea de los 15 el sector terciario supone un 65,7% del valor añadido bruto a precios de mercado y un 64% del empleo, para la economía española representa un 62,9% de VAB y un 60% de empleo, por debajo de países como Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido, países productores, además, de tecnología.
En mi opinión, España debería hacer especial énfasis en la innovación en los procesos, debido a que no existe empresa alguna sin ellos. A su vez, su economía debe crecer en el sector terciario, donde la calidad de los procesos supone el factor diferencial. Y lo que es más importante, el elemento necesidad, para la empresa española, puede surgir en la innovación de los procesos, a diferencia de la innovación tecnológica.
Por último, si bien a finales de los años 80 la reingeniería de los procesos suponía introducir tecnología, es decir, se innovaban los procesos como consecuencia de la innovación tecnológica, en nuestros días la innovación de los procesos puede suponer la aparición de la necesidad tecnológica.
El motor de la innovación debe ser la necesidad. España necesita desarrollarse más a través de los servicios, y debido a que la calidad de éstos requiere de unos procesos óptimos, cabe suponer que la innovación en los procesos sea lo que haga a nuestro país más competitivo.
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