En los últimos años hemos visto la evolución de los procesos formativos profesionales, desde todas las variantes posibles. Como bien sabemos muchos de nosotros, estamos en una sociedad donde lo único que prevalece es el Cambio; por tanto, debemos estar abiertos a todas las posibilidades que aún quedan por venir.
De la Formación tradicional pasamos al e-Learning: Se establecieron metodologías, se superó la tecnología y los lenguajes para adentrarnos en la pedagogía y en los métodos aplicados más o menos a medida.
Más tarde se descubrieron procesos más prácticos: la combinación de lo tradicional (presencial) y de lo moderno (e-Learning), para llegar a la conclusión de que lo mejor era hacer un “Blend” entre ambos. Nace el Blended-Learning, ofreciendo la conjunción de lo presencial y de lo virtual.
A ello le añadimos los talleres prácticos unas semanas después de realizar los cursos: con soportes OnLine, Foros, descargas, Chats, vídeo Streaming… Algunos preconizaban que únicamente se aprendía haciendo, y proponían sofisticados métodos de aprendizaje OnLine basados en las experiencias.
Personalmente he ido pasando por todas estas metodologías y os puedo asegurar que he obtenido buenos resultados en todas ellas. Según mi parecer, los resultados vienen provocados no tanto por la metodología utilizada como por la dinámica y método del impartidor; es decir, del experto.
Vi estos resultados antes de que aparecieran las primeras plataformas LMS, cuando lo último consistía en un PowerPoint dinámico, unos textos y el e-Mail; gocé de excelentes resultados interviniendo en los Foros con mis alumnos, jugando a interpretar roles distintos para dinamizar las sesiones abiertas. Asimismo, en el ámbito presencial obtuve excelentes calificaciones por parte de los participantes y buenos resultados por parte de los clientes. Uno puede ser más o menos un buen conocedor de temas y, además, saberlos comunicar de forma correcta o no.
Recientemente he descubierto otra forma mejor de enseñar, de contribuir al crecimiento y logro de los objetivos de los asistentes, de mejorar los resultados de las personas, departamentos y empresas. Es lo último en estos momentos, aunque seguro que seguirán desarrollándose técnicas mejores; pero puesto que me ha gustado y está gustando a mis clientes, quiero destacarlo en este artículo: se trata del Coaching.
El Coaching es una metodología que facilita herramientas para contribuir a los logros que las personas, equipos y empresas se proponen. En resumen, una forma eficaz de conseguir alcanzar los objetivos previamente propuestos.
Lo maravilloso del Coaching es que al coaché (cliente) le planteamos preguntas inteligentes que le permiten salir progresivamente de sus anclajes pasados, romper con sus esquemas tradicionales y avanzar en pos de nuevas creencias, de nuevas opiniones, de nuevos paradigmas y crecer en la línea que el mismo cliente nos pida.
El Coaching es una metodología que, aplicada a la Formación y a la Consultoría, nos descubre un sinfín de posibilidades. Si a ello le añadimos la evaluación de las personas y grupos con las herramientas del Assessment, el resultado puede sorprendernos.
Regresemos al Futuro…
Supongamos una empresa que conjuntamente con una consultora de RR.HH. realiza un análisis profundo de las personas de determinado departamento: análisis OnLine más la intervención del Consultor = evaluación de las Competencias y Habilidades de las personas, y del equipo en la dirección de los perfiles prefijados con anterioridad.
Una vez detectadas las necesidades se establecen planes de Formación y Coaching para cada uno de los participantes, buscando la mejor manera de contribuir a su desarrollo personal y profesional. Cursos in o out company, jornadas específicas, talleres especiales, Outdoor, fines de semana, terapias individuales o grupales…
Todo un paquete de soluciones adaptadas a cada necesidad, donde no sólo aprendamos a “Carterizar Clientes” por poner un ejemplo, sino a seducirlos, a conservarlos, a fidelizarlos, a satisfacerlos, mediante distintas técnicas y aplicando en cada caso la metodología correspondiente.
En este caso el Formador – Consultor, se transforma (previa preparación) en un Coach capaz de ir detectando, paso a paso, lo viejo a desechar, los nuevos límites a superar, los paradigmas a vencer; en definitiva, se transforma en el “entrenador” que nos ayudará a superar lo que hasta entonces eran nuestros límites.
Lo bueno del Coaching es que no es una metodología nueva, sino que se trata de la conclusión lógica de todo un proceso de casi 50 años: desde el Análisis Transaccional, pasando por la PNL, superando la Inteligencia Emocional y entrando casi en el interior de las personas, puede llegar (si el Coach es bueno) a obtener resultados espectaculares y de alto rendimiento.
Estamos hablando por tanto de un Coaching profesional, fuera de perfiles en los que cualquiera con un curso de algunas horas pueda obtener un título.
El Coach – Consultor – Formador del futuro que nos viene es capaz de diseñar productos y servicios de utilidad para las personas y profesionales que demuestren una alta rentabilidad; técnicas que sean capaces de contribuir al desarrollo de personas y equipos de forma amena y agradable. Planes de formación capaces de hacer sentir el Éxito en los que lo reciben.
Hasta que no haya mejores posibilidades, estamos enfocando un camino donde la Formación ya no es un gasto, susceptible de subvenciones, una obligación, sino la mejor forma de invertir y rentabilizar el capital humano de las empresas, sin olvidar que estamos hablando de personas, de seres humanos en constante crecimiento.
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