ENTORNO QUE FACILITE LA INNOVACIÓN.
Las organizaciones viven una situación de esquizofrenia. Exigen emprendimiento y creatividad pero castigan los errores y limitan la autonomía de sus miembros. Hablan de trabajo en equipo y colaboración (la base de la gestión del conocimiento) pero incentivan y premian resultados individuales y no a quien comparte su conocimiento. Seleccionan personas entrenadas desde la infancia para competir en lugar de compartir. Las organizaciones jerárquicas no son democráticas ni están diseñadas para ayudar y pedir ayuda, buscan la perfección de las tareas y no la innovación de las mismas.
Innovar es sinónimo de cambio y cambiar es algo que tanto el ser humano como las organizaciones resisten por naturaleza. Innovar también implica mejorar, para eso hay que aprender y por tanto aceptar el fracaso como parte del proceso. Para lograr tus metas es imprescindible arriesgar y eso significa que sin el ERROR es difícil progresar ya que este provoca la innovación y el aprendizaje. En una columna anterior donde me refería a Nadal, insistí reiteradamente en el error como el elemento más importante para el aprendizaje, pero en general el miedo a equivocarse es más poderoso y suele ganar la partida ya que las organizaciones y los directivos son poco permisivos con el error. En un entorno de miedo al fracaso, donde temo las consecuencias de mis acciones, es muy difícil que florezca la innovación porque las personas priorizan su seguridad, su estabilidad. Es hora de desterrar el miedo, han sido muchos siglos de vivir bajo su predominio (infierno, pecado, culpa …).
El verdadero aprendizaje requiere práctica y error: Hasta que no hago, no sé, Si no haces, no aprendes. Resulta curioso que la metodología de Aprender Haciendo se aplica, sin siquiera dudarlo, en aquellas tareas donde está en juego la vida, por ejemplo, en el caso de los cirujanos, los militares, los pilotos y conductores de cualquier vehículo… En su caso importa mucho más que hagan bien lo que tienen que hacer en lugar de que contesten bien un prueba de respuesta múltiple en un aula.
A los profesionales de hoy se les exige que jueguen un triple rol: Trabajar, Aprender y Enseñar. Para ello es necesario alcanzar previamente un grado de madurez organizacional, de incentivos a la colaboración, de tolerancia al error y de apoyo al desempeño de las personas que no es todavía regla común. Aprender no puede ser una actividad separada del trabajo. Reconocer que no se sabe y pedir ayuda tiene que ser natural así como ofrecer ayuda debe ser reconocido.
La innovación y el aprendizaje comparten algunos elementos comunes:
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Ambos son procesos dinámicos
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Ambos se proyectan hacia el futuro
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Exigen como condición indispensable ser curioso y, por supuesto,
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exigen una decidida voluntad de mejorar (y por tanto de arriesgar)
La innovación y el aprendizaje culminan en el conocimiento. Sin embargo, el conocimiento:
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es el resultado de un proceso
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se refiere al Presente/Pasado (puesto que ya lo tengo)
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se basa en Certezas (hechos aceptados y probados)
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y es Estático.
Si tu proyecto de Gestión del Conocimiento consiste en empaquetar y distribuir conocimiento a través de algún medio tecnológico, te estás creando un problema muy serio. El conocimiento es un enemigo del aprendizaje. La innovación te dice reinventa la rueda mientras la gestión del conocimiento te dice, la rueda ya está inventada. Interesante contradicción, ¿A quién escuchamos?
Iñigo y Pablo saben que nadie les va a castigar por intentarlo, por pensar absurdamente, por perseguir lo que les interesa, aunque se equivoquen. Es parte de su aprendizaje natural. Los cocineros son, hoy en día, un claro ejemplo de innovación combinando ingredientes y técnicas para diseñar platos que hace poco resultaban impensables. A nadie se le ocurre censurarles por el tiempo y el esfuerzo que dedican en sus laboratorios a investigar y a fracasar continuamente.
Para innovar hay que aprender y, a la velocidad a la que ocurren los cambios, nadie cuestiona el "aprendizaje a lo largo de la vida". En ese contexto, el uso de la tecnología no es una alternativa, es un imperativo. De estos aspectos relacionados con el arte de aprender expondré en Expolearning http://www.aefol.com/expoelearning2007/sesion_plenaria.asp en Barcelona del 22 al 24 de marzo.
¿Cómo esperamos que ocurra la innovación cuando el colegio y la universidad ni lo permiten ni lo fomentan y cuando las empresas apenas lo valoran?
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