Ventajas de realizar una selección de personal profesionalizada.
En los últimos años se ha producido una profesionalización cada vez mayor de las actividades de selección de personal. Poco a poco se han ido difundiendo las técnicas utilizadas por las consultoras y por las grandes empresas, y ya las pequeñas y medianas empresas -que constituyen la mayoría de las empresas de nuestro país-, comienzan a utilizarlas.
Todo ello llega en un buen momento en el que continúan bajando las cifras del desempleo y en el que se produce incluso una escasez de candidatos en muchas ocupaciones, lo cual hace que la selección haya de ser abordada todavía más de una forma racional y sistemática.
Este planteamiento “profesional”, debe distinguir dos fases muy importantes: la fase de reclutamiento o captación de los candidatos y la fase de selección propiamente dicha.
Fase de captación de candidatos
Disponer de una pluralidad de candidatos a los puestos de trabajo es fundamental si se quiere elegir entre ellos al más adecuado. Si no se accede a fuentes de candidatos idóneos, los esfuerzos que más tarde se hagan en la selección no podrán dar unos frutos óptimos.
Las fuentes de captación de candidatos pueden ser muchas, pero algunas ocupaciones tienen unas fuentes propias y distintas que las de otras. No es lo mismo buscar técnicos industriales, que médicos o abogados. Por eso el seleccionador tiene que saber donde acudir.
A parte de lo anterior hay una cuestión que subsiste y es la falta de adecuación del sistema educativo a las necesidades de las empresas.
Aunque se hacen esfuerzos, tanto por la iniciativa pública como por la privada, los desajustes entre individuos con una determinada formación y los puestos de trabajo que exigen una preparación distinta, siempre existirán. De todas formas estos desajustes pueden ser muy agudos en determinados momentos, bien por cambios inesperados en la economía, la tecnología, las circunstancias de una localidad, región o país. De ahí que la labor del experto en cada mercado de trabajo sea fundamental.
Otro aspecto a considerar en la fase de captación es cómo atender a los candidatos. En principio todo candidato debe ser tratado con la mejor consideración como persona que es, pero es que además, en el momento actual, en muchas ocupaciones y puestos concretos sucede que son los candidatos los que eligen a los empleadores.
La consecuencia es que las empresas tienen que competir unas con otras para conseguir los mejores profesionales, ofreciendo las mejores condiciones económicas y laborales posibles, y conducir con habilidad el proceso de captación y el de selección. Esto no quiere decir que el trabajo ya está hecho con captar candidatos, porque a continuación vendrá la selección propiamente dicha que es la que nos tiene que ayudar a conseguir la persona idónea.
Fase de selección
La selección de personal, realizada de una forma profesional trata de conseguir razonablemente un buen profesional para cada puesto de trabajo. La selección de personal profesional evita la improvisación, la toma de decisiones injustificadas, el favoritismo y la precipitación.
La selección de personal bien hecha supone, por una parte, conseguir el profesional adecuado para la empresa, y por otra la empresa y el puesto adecuado para cada persona.
Generalmente no se produce una buena selección si no hay satisfacción para ambas partes -para el empleado y para la empresa-, porque cualquier discrepancia hace que la relación se rompa más pronto o más tarde. Y en el caso de que se produzca muy pronto no cabe más que calificarlo de fracaso. Una buena selección se acredita con el tiempo y con el desarrollo profesional del candidato contratado.
No es este el momento de abundar en las técnicas que los profesionales usan en la selección: análisis del puesto, entrevistas, pruebas psicotécnicas, pruebas profesionales y otras según los casos, pero sí debemos insistir en que para cada proceso de selección se debe actuar de una determinada manera, y cumplirlo.
Finalmente existen otras cuestiones a tener en cuenta hoy en la selección y que importan mucho a los candidatos que se pueden resumir en el término “conciliación de la vida profesional y familiar”. Aspectos tales como los horarios, la ubicación de la empresa, las condiciones de trabajo, determinan que candidatos y empresas lleguen o no a un acuerdo. Ello hace que no se pueda dejar nada al azar cuando se quiere lograr una plantilla eficaz.
¿Y todo ello que coste tiene?
El coste de no hacer bien el proceso de selección es muy alto, aunque difícil de calcular en términos de pérdidas de tiempo, eficacia, productividad, imagen de la empresa…En cambio, el coste de un proceso bien hecho ya sea con medios externos a la empresa o propios de ésta, se amortiza enseguida y puede resultar ínfimo si se considera una larga estancia del candidato contratado en la empresa.
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