Analizando las medidas que tienen pensado implantar muchas empresas para avanzar en materia de conciliación vida personal – vida profesional, me viene a la cabeza una pregunta que, al menos para mí, puede ser el quid de la cuestión. ¿Hay tiempo suficiente para hacer todas las cosas previstas? Y añado, ¿sabemos gestionar adecuadamente nuestro tiempo?
Uno de los grandes problemas en la empresa española, y quizá en las empresas de otros países mediterráneos, aunque generalizar pueda no ser del todo correcto, es la adecuada administración del tiempo de los empleados. El concepto Just in Time (JIT), aplicado a la gestión de la producción y de los almacenes como fórmula para evitar pérdidas -de tiempo y/o de dinero-, es algo que actualmente no es posible extrapolar a trabajadores no pertenecientes al mundo de la fabricación o de la logística.
Fútbol, el deporte preferido por el trabajador mediterráneo
Supongamos que la jornada laboral fuese un partido de fútbol. Estamos acostumbrados a ver una estadística que distingue, dentro de los 90 minutos de duración del match, entre tiempo de juego total y tiempo de juego real o efectivo.
En Tenis pasa exactamente lo mismo; un partido puede durar muchas horas, sobre todo si es en tierra batida, y el juego real o efectivo reducirse a la mitad.
Independientemente de los descansos recogidos en los correspondientes convenios colectivos, el ir a tomar café, el ir a fumar un cigarrillo, el hacer unas compras necesarias, el relatar el fin de semana…. son, entre otros, los actos que conforman el tiempo total del partido –la jornada laboral-, junto con el tiempo que se invierte en atender el teléfono, preparar un pedido, hacer una factura, vender un producto… Pero sólo estos últimos forman parte del tiempo real o efectivo de juego. Sólo estos últimos son realmente productivos, sólo estos generan un beneficio para la empresa; si no beneficio, al menos no generan una pérdida.
Sin embargo, a la empresa nunca se le regala nada, ni debería regalársele nada si la jornada de trabajo fuera un tiempo efectivo de trabajo, tiempo de juego real y productivo. ¿Quién es responsable de esto? ¿Tiene solución? ¿Se puede ser más productivo?
En algunos países de la Unión Europea se trabaja de forma muy distinta a la española, a la mediterránea, y nadie regala nada. Reino Unido, Alemania, Holanda, Suecia, Noruega, Bélgica…. Mercados de trabajo donde tiempo efectivo de juego y tiempo total suelen coincidir; quizá la filosofía de vida sea distinta, una mentalidad profesional opuesta a la del sur de Europa. Entran a las 8 y salen a las 5 de la tarde, no les llames fuera de ese horario, no les pidas ningún esfuerzo a las 6 de la tarde.
Baloncesto, el deporte preferido por el trabajador del norte de Europa
Siguiendo con el símil deportivo que tan de moda se ha puesto con el ya algo lejano triunfo de la selección española de baloncesto en el campeonato mundial, al norte laboral de Europa le gusta el baloncesto. Es un deporte que sólo tiene en cuenta el tiempo real de juego; el resto no importa. Sólo importa el tiempo efectivo de trabajo. Incluso los tiempos dedicados a dar instrucciones a los jugadores, en los que el reloj está parado, se denominan “tiempos muertos”.
Ahora que oímos hablar continuamente de productividad y conciliación, es posible que ambas mejorasen si consiguiéramos adoptar en el trabajo el modus operandi del deporte de la canasta, trabajar y rendir efectivamente durante la jornada laboral, y no regalar ni un minuto a la empresa –tampoco lo iba a pedir.
El fútbol, dejémoslo para el tiempo libre.
Los comentarios están cerrados.