¿Creatividad? ¿Para qué sirve la creatividad? Seguro que en las actividades artísticas tiene utilidad pero, ¿en la empresa? Bueno, quizá algo en Marketing, pero ¿en el departamento de contabilidad, por ejemplo?
Miremos un momento a nuestro alrededor. Fíjese, por ejemplo, en su barrio. ¿Cuántas tiendas existen ahora mismo que no existían hace, digamos, 6 años? ¿Cuántos comercios tradicionales sobreviven? Más aún, ¿se acuerda de los reproductores de vídeo? ¿De los walkman? ¿Del tamagotchi? ¿Dónde están ahora?
¿Se da cuenta, por ejemplo, del tremendo problema al que se enfrenta la industria musical y cinematográfica con la aparición de Internet? Pero, ¿es Internet realmente una amenaza, o la mayor oportunidad de negocio de toda la historia de esta industria?
Para esto sirve la creatividad, para crear nuevas soluciones, ofrecer nuevos usos, crear nuevas necesidades o utilizar las cosas de forma diferente. Y es que una empresa necesita estar, permanentemente, desarrollando nuevos productos y servicios, buscando mejores formas de trabajar y de aumentar la eficacia, reinventándose y criticándose a sí misma.
¿Qué es la Creatividad?
La creatividad es una competencia compleja y tiene tres componentes básicos:
CONOCIMIENTOS
Este área comprende todo lo que una persona sabe y puede hacer. Es muy difícil que seamos capaces de aportar una solución creativa a una pieza de motor que se sobrecalienta si no sabemos nada de motores, de física, de conductividad o de calor.
Cuanto mayor sea el área de conocimientos de una persona, mayor “espacio mental” utilizará a la hora de solucionar problemas. Esto se traduce en una eficacia mucho mayor, ya que un conocimiento amplio me permite comprender mejor el problema, además de construir comparaciones, deducciones, inducciones, etc, que me ayuden a aportar soluciones.
Lo que llamamos “cultura general” puede influir de una manera decisiva en la creatividad de una persona.
FLEXIBILIDAD MENTAL
Entendida como la forma que tiene una persona de enfrentarse a los problemas. Se concreta en la capacidad de reunir ideas y conocimientos existentes, y combinarlos de una manera nueva.
¿Es la persona capaz de saltarse los convencionalismos, de proponer soluciones arriesgadas, de ver las cosas desde diferentes ópticas, de sacudir el “statu quo” de la compañía, de poner una situación del revés? Muchas compañías que fomentan a diario el conservadurismo y la toma de decisiones basada en la tradición, se sorprenden de que sus trabajadores no sean capaces de salir de determinados “bucles mentales”.
La flexibilidad mental puede convertirse en hábito, para bien o para mal.
MOTIVACIÓN
Como en todas las competencias, existe siempre un factor que determina lo que hace realmente la gente, y es su deseo de hacerlo. Alguien puede tener un amplísimo campo de conocimientos y una gran facilidad para enfocar las cosas desde distintas ópticas pero, si el trabajo no me motiva, sencillamente no lo haré.
Es la interacción entre estos tres componentes lo que nos lleva a la creatividad, esa capacidad para crear nuevas soluciones, ofrecer nuevos usos, generar nuevas necesidades, o utilizar las cosas de forma diferente.
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