Imagínense que le concedemos al Gerente General de una empresa cualquiera un deseo para resolver un sólo problema que le preocupe dentro de su organización. Casi con seguridad, el deseo que escoja será altamente dependiente de las personas que trabajan en su empresa y por tanto, solo se podrá cumplir si logra que mejoren su rendimiento y productividad. Lo que habría que preguntarle a este Gerente es qué estaría dispuesto a hacer para lograrlo.
Si las ventajas competitivas de una empresa consisten en ser capaz de hacer cosas que otros no pueden, la pregunta que este Gerente, y cualquier directivo, debiese ser capaz de responder es ¿Qué necesitas que sean capaces de hacer tus empleados? Y una vez respondida esa pregunta, habría que hacerle esta otra ¿Qué estás haciendo, en el día a día, para ayudar a las personas a hacer mejor su trabajo, en definitiva, para que sean más competentes?
Las personas saben que han aprendido a hacer su trabajo después de largos años de experiencia y práctica continua y no gracias a los cursos a los que han asistido. Si el conocimiento se demuestra haciendo, entonces se aprende haciendo Hay un viejo dicho en el mundo del deporte: "Cómo se juega depende de cómo se entrena". Por eso un entrenamiento de cualquier deportista es muy similar a lo que le espera cuando deba competir.
Sin embargo, en el mundo corporativo, ¿Se parece en algo un aula a tu lugar de trabajo? Todos saben que no pueden esperar milagros de la formación al igual que nadie espera que su cuerpo se transforme después de 1 semana o 1 mes de ir al gimnasio.
Cada 2 meses suelo someter a un grupo de unas 300 personas a un experimento muy sencillo: Les formulo por mail alguna pregunta relacionada con los ámbitos de la gestión del conocimiento y el aprendizaje y les pido que me den su opinión. Posteriormente tabulo y analizo las respuestas y las devuelvo a todo el grupo que incluye desde estudiantes, jubilados e incluso amas de casa hasta Presidentes y Gerentes Generales, Gerentes de RRHH, Comerciales y de Operaciones, vendedores, consultores, jefes de proyecto, académicos y profesores pertenecientes a organizaciones del ámbito de la banca, telecomunicaciones, utilities, retail, salud, instituciones públicas, etc. de países como Argentina, Chile, España y USA.
La última pregunta que les formulé fue la siguiente:
¿Cuál es la clave que ha hecho exitosa una empresa u organización de la que hayáis formado parte o que conozcáis?
Cerca de 100 personas me hicieron llegar sus opiniones. Una vez procesadas, estas fueron las 5 claves que escogieron como las más importantes:
1. Liderazgo
2. Las personas
3. Visión compartida y compromiso
4. Equipos de trabajo motivados
5. Innovación
Como resulta evidente, en ningún caso se mencionó la tecnología, los productos, la marca, el prestigio, la rentabilidad o la facturación. Todas las respuestas, casi sin excepción, estuvieron relacionadas con el único elemento sin el cual las empresas no pueden existir: Las personas que trabajan en ella, su conocimiento y su compromiso para desplegarlo. He de reconocer que me sorprendió tanta unanimidad en el resultado.
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