Seguimiento de la realidad
Pero no todo acaba en el entrenamiento presencial. La ‘formación de realidad’ contempla una fase posterior que aborda las labores de coaching on line y coaching presencial. ¿Objetivo? Reforzar la calidad de la implantación del entrenamiento y, por tanto, corroborar la aplicación real de la labor formativa.
En la fase de coaching on-line un consultor realiza un seguimiento del plan de acción definido en la acción presencial (con cinco clientes o colaboradores elegidos por ser representativos de las distintas tipologías de la segmentación realizada) y en el que se deben transferir las claves del entrenamiento recibido. ¿Cómo se realiza el seguimiento? Mediante la tutorización ‘on line’, a través de una plataforma ubicada en Internet, en la que cada participante informa de la gestión realizada y recibe el apoyo y asesoramiento del consultor.
El seguimiento permite definir las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos y plasmarlas en informes de transferencia que detallan las conclusiones obtenidas. Es la especificación de las áreas de mejora que deberán trabajarse en la siguiente fase del proceso: el coaching presencial. El coaching ‘on the job’ tiene tres objetivos muy definidos: – Movilizar la implantación del modelo.– Apoyar la puesta en marcha de las estrategias más adecuadas.– Evaluar la calidad de manejo de situaciones de gestión.
En esta fase el consultor está en disposición de reforzar los puntos que no han quedado bien interiorizados y precisan de un mayor reforzamiento. Permite corregir in situ los comportamientos y el manejo de situaciones de cada profesional al tiempo que habilita al consultor para realizar una valoración presencial de la implantación del modelo y aportar personalmente las conclusiones sobre su labor y las recomendaciones de actuación pertinentes que le permitan alcanzar los objetivos específicos. Es la guinda del pastel.
El participante que ha completado el recorrido ha conseguido conocer con estructura y criterio la realidad que maneja; ha obtenido pautas de actuación para los casos diferenciados a los que se enfrenta; ha recibido un informe sobre su labor profesional, con puntos fuertes y áreas de desarrollo bien tipificados; y ha trabajado en su propio puesto de trabajo las situaciones más complicadas de solventar.
Una perspectiva renovada
En conclusión, el nuevo paisaje de creciente exigencia empresarial precisa ideas innovadoras que renueven las perspectivas de la labor de formación y desarrollo. La aparición de las nuevas tecnologías en este campo dispara las posibilidades y posibilita la superación de obstáculos operativos y geográficos antes insalvables. En la ‘Formación de Realidad’, los servicios tecnológicos de vanguardia hacen posible la realización de un trabajo ‘pre-aula’ (que fulmina las dudas sobre la aplicabilidad de la labor formativa) y apoya un seguimiento posterior (complemento final que culmina el proceso con actuación en el propio puesto de trabajo). En cada paso, el vehículo tecnológico ha sido fundamental.
Imaginemos ahora al mismo profesional que utilizábamos como ejemplo al principio del texto. Recibe la convocatoria para la acción formativa y, a quince días del curso y a requerimiento del proveedor, responde a una serie de cuestiones sobre sus clientes/colaboradores. Los datos que debe aportar son los que maneja a diario, los que definen su situación, y los envía a través de una plataforma tecnológica ubicada en Internet. El proceso, por tanto, es sencillo y no requiere apenas esfuerzo. El proveedor recibe la información en tiempo real y la integra en una metodología propia que, en función de unas variables establecidas, distribuye y ubica a los clientes/colaboradores en el contexto de su globalidad. Es decir que la solución ofrece una clara segmentación y facilita al participante una nueva perspectiva con distintas tipologías y particularidades.
Pasan dos semanas y el profesional acude a la formación con expectación e interés. Varios días antes ha recibido un informe sobre su cartera de clientes o equipo de colaboradores, por lo que llega al aula con la realidad que afronta cada día, analizada y segmentada. Allí compartirá pautas de actuación y contemplará planes de acción para cada particularidad. Tendrá delante la propia fotografía de la realidad que debe gestionar. Después, vendrá el seguimiento. Otra dimensión.
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