26 de diciembre de 2024

Inglés, productividad y Fórmula 1

Inglés, productividad y Fórmula 1

Cuando hablamos de productividad nuestra mirada se centra principalmente en los procesos productivos, ventas, número de empleados e inversión realizada. Queremos que nuestra empresa crezca, se expanda y acceda a nuevos mercados y, por ello, se invierte en la formación e impulso del Capital Humano. En esta revolución cultural se movilizan todos los estamentos de la Organización, se crea un nuevo entorno de trabajo, se refuerza la motivación y se abre la puerta a las necesidades de los clientes en todo el mundo. Conseguir esta meta pasa por preparar la empresa para “hablar” y “actuar” en el contexto y el lenguaje de los negocios. Para ser productivos necesitamos hablar, pensar, en inglés.

Desde hace varios años la empresa española pone especial empeño en potenciar la formación interna de la empresa y su presencia en los mercados internacionales. Estamos convencidos de que podemos competir en los mejores circuitos de negocios y trabajamos día a día para ajustar cada engranaje. Nos preparamos incansablemente para perfeccionar la Gestión del Desempeño y para ello buscamos la preparación más exigente posible.

Un cambio de marcha

La verdad es que cuando llegamos a la pista dispuestos a correr nos resistimos a cambiar de marcha. Queremos hablar de negocios pero no dominamos el lenguaje en el que se realizan. El inglés es una de las áreas donde más se invierte a largo del año. Año tras año la empresa destina una gran cantidad de recursos para conseguir que sus empleados hablen inglés. Sin embargo, se realizan siempre los mismos exámenes y se da paso a los mismos ciclos de formación. El resultado dista mucho de ser satisfactorio.

Para competir en la carrera por el mercado es conveniente actualizar nuestra maquinaria, incorporar las mejores piezas y realizar una conducción que nos impulse a las primeras posiciones. El primer paso consiste en conocer la situación actual del inglés en la empresa. Cuando se sabe las áreas de mejora específicas de cada persona, se puede preparar el plan de acción que le ayude a potenciar su efectividad. Competir en el nuevo mercado exige también una evolución en cuanto a los sistemas de formación interna de la empresa.

En muchos exámenes se incide sólo en dos áreas del inglés: hablar y comprender, sin tener en cuenta que en el dominio del inglés existen cuatro dimensiones esenciales: lectura comprensiva, comprensión auditiva, expresión oral y expresión escrita. Cuando el contexto se refiere al ámbito profesional, ser capaz de manejarse con soltura en cualquiera de estos aspectos adquiere una importancia aún mayor. La firma de un contrato comercial, la participación en una reunión, la comprensión de un documento, la redacción de un informe o una conversación telefónica, pueden representar la clave del éxito para la empresa.

Por qué recorrer la pista en segunda cuando tenemos la oportunidad de cambiar de marcha y ser más efectivos. Los exámenes de inglés convencionales se centran en aspectos generales del uso del idioma, evaluando el dominio del inglés en sociedad, cuando lo que interesa es su utilización profesional. Además, se transmite la idea de que la única necesidad es el control de la conversación, sin tener en cuenta que en el día a día el profesional puede enfrentarse a un texto o tener que escribir el mismo en inglés.

Pisar el acelerador

En su trabajo es conveniente que el empleado sepa conducir sobre cualquier superficie y sacar el máximo provecho a sus oportunidades. Con el examen adecuado de inglés, adaptado a su trabajo y su empresa, dispone de datos exactos sobre su conocimiento en las cuatro dimensiones esenciales y puede requerir formación dirigida a las carencias concretas en cada habilidad.

Estamos sobre el asfalto de la carrera, la competición está en marcha y no es aconsejable perder de vista el objetivo: ser competitivos, ser los mejores. No obstante, para seguir en el circuito hay que tener muy presente el tiempo en el que realizamos cada vuelta. Para ser productivos necesitamos reducir al máximo el tiempo empleado por cada operación, más el esfuerzo realizado, más el Capital Humano utilizado. Cuando conocemos el nivel de inglés real en las cuatro dimensiones y lo adecuamos a las exigencias del puesto el trabajo se vuelve más efectivo. Aceptar este cambio y utilizar el sistema de evaluación de inglés que conduzca a una mayor rentabilidad en el trabajo ayuda al desarrollo de las personas y el crecimiento de la empresa.

La evolución del mercado en los últimos años ha demostrado que el inglés es un instrumento decisivo para el desarrollo y competitividad de la empresa. La empresa necesita pisar el acelerador e invertir en la evaluación y posterior formación en inglés como un elemento de influencia en la productividad del empleado y en la cuenta de resultados. Si conocemos nuestro coche, evaluamos sus áreas de mejora y ajustamos su mecánica conseguiremos conducir la empresa hacia el podium del éxito.

Fórmula I

Cuando se habla de productividad y de respuesta a las necesidades cada vez más globales de la empresa España se encuentra en una situación de evolución, de cambio y adaptación. Gran parte de la capacidad competitiva de muchas empresas pasa por la mejora de una herramienta esencial para los negocios como es el inglés. La empresa, los clientes, los negocios siguen su curso. El éxito no espera y no podemos detener nuestro avance.

A la hora de mantenernos en la carrera no sirven todos los coches. Indudablemente cuando se necesita mejorar hay que poner los medios para conseguirlo, pero buscando el sistema más efectivo. No basta con ponerse un casco y manejar el volante, antes de invertir en formación hay que saber evaluar para que esa formación sea en verdad adecuada y efectiva. Si queremos dirigirnos a la meta con la seguridad de alcanzar nuestros objetivos necesitamos un método de evaluación, de chequeo, similar al boxes de Fórmula I, un sistema:

– Dirigido al inglés empresarial, adaptado a la realidad del trabajo diario. Necesito conocer el estado de mi coche y no cómo se construye una mesa.

– Que evalúe las cuatro dimensiones esenciales: lectura comprensiva, comprensión auditiva, expresión oral y expresión escrita. Si sólo obtengo información parcial y no se analiza todo lo necesario no puedo competir de la misma forma.

– Apoyado en las últimas tecnologías. La Gestión efectiva del tiempo requiere sistemas más rápidos y fiables.

– Resultados inmediatos sobre las pruebas. Cuando me incorporo de nuevo a la carrera, mi actuación mejora si tengo la respuesta a mis preguntas.

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