Sólo la gente de éxito invierte en su propio desarrollo

Lo primero de todo, si eres una persona muy sensible te aconsejo que no leas esto, ya que te puede llegar a doler.
Hay gente que crece constantemente y avanza, y esto no deja de ser algo que disgusta a otros muchos. Estos que no avanzan o los que critican a los que avanzan, no hacen nada al respecto pero les duele que otros sí lo hagan, ya sea porque piensan que ellos lo intentan y no lo consiguen o, simplemente, critican a los que suben por envidia o porque no toleran que otros crezcan si ellos no crecen.

En el mundo latino hay mucha víctima, y en el área laboral ésta es una manera de manifestarse. Durante mis 16 años viviendo y trabajando en Inglaterra me di cuenta que la «selva» corporativa era una selva menos contaminada que la del mundo latino. Allí, el que quería progresar lo conseguía a base de hacerlo mejor que el otro. Cierto que algunos sin escrúpulos intentaban pisar a otros para escalar, pero al menos no ocurría como en el mundo latino, en el que la mayoría de los que no suben quieren trepar sin trabajar sus habilidades para escalar, y sólo quieren subir a base de pisar a otros, no para mejorar uno mismo, sino para no dejar que otros progresen.

Por esto, quizá, también en el mundo anglosajón la gente esté más dispuesta a invertir en su propio desarrollo personal y profesional. Asisten a formación por su cuenta en aspectos de desarrollo personal, que luego les reportan en lo profesional, permitiéndoles así subir peldaños. También invierten en trabajar a título personal con su propio coach personal, y no porque tengan problemas, sino porque desean ser mejores.

En España, por ejemplo, los que intentan superarse son criticados con frases del estilo de ´»no será bueno o necesita mejorar», «está tan mal que necesita levantar cabeza», etc. Y fíjense ustedes, sin embargo, que la mayoría de mis clientes individuales, más de 100, llegaron a mí por motivos de superación personal, de querer mejorar algo de sí mismo y/o para que les ayudase a conseguir sus objetivos personales.

Esto es también el caso de casi todos los coaches que conozco. Pero aún así, el atrevimiento del ignorante le permite criticar la utilidad del Coaching, posiblemente por no querer hacer nada al respecto para superarse a sí mism@ o no querer mejorar en el aspecto laboral por méritos propios, en lugar de por pisar a otros.

Es en este momento cuando me gustaría compartir con ustedes uno de los últimos casos que he presenciado. Se trata de la primera promoción del Programa de Certificación OlaCoach, PCO, con 7 coaches con hambre de mejorar, de crecer, de alcanzar sus sueños. Coaches que están atrás a otros cientos que lloran por no tener clientes.

Mucha gente llega a nuestros programas con buenas, muy buenas intenciones. Unos desean que OlaCoach les ponga la plataforma, les impulse y les ascienda en su propio camino. Aunque tenemos un nivel de satisfacción de nuestros programas muy exitoso, superior al 85%, esto no quiere decir que les coloquemos en puestos mejores, o les demos clientes. Lo que quiere decir es que les proveemos de una formación y apoyo de primera calidad. Pero eso por sí sólo no es sinónimo de éxito, ni es suficiente. De ahí que los que desean tener éxito, en cualquier aspecto, deben de mostrar responsabilidad por sus propias acciones y poner muchísimo de su parte. El resto, son apoyos más o menos valiosos, pero insuficientes si uno mismo no hace para que ocurran las cosas.

Hoy leía unos comentarios de este grupo del PCO que están apunto de terminar su ciclo. En dichos comentarios me transmitían lo que yo llamo «problemas elegantes». Y estoy seguro de que estos problemas elegantes ya les gustaría tenerlos para sí muchos coaches, incluso muchas personas. Estos coaches del PCO tienen tantos clientes y tanto trabajo que su mayor desafío es cómo manejarlo de manera equilibrada. O sea, les está costando manejar su propio éxito y seguir creciendo de manera sostenida.

Una cosa está clara, esta gente se ha apoyado en OlaCoach, al igual que en otras organizaciones y personas, sin dejar de controlar el timón de sus vidas, para no depender de que otros les «formen» o les llamen. Se han lanzado por propia iniciativa, y eso la gente de éxito lo aprecia, y los que quieren conseguirlo también.

¿Será que estos coaches inspiran a sus clientes y por eso atraen más? ¿Será que otros muchos se quedan esperando a que su empresa, sus colegas, escuelas de formación, amigos, etc. se lo pongan fácil para desarrollarse?

Pues ya saben el dicho, «El que espera…»

Ah! se me olvidaba, como estamos cerca de empezar un nuevo año, casi que lo mejor es esperar al año nuevo, vida nueva, ¿no? (hala, a esperar a que haciendo lo de siempre nos ocurran cosas diferentes!).