Hay un lado oscuro de la dirección.
Existen Darth Vaders en muchas compañías. Personas con potencial, capacitación, aptitudes, actitudes, amplias perspectivas de progresión, inquietudes… que un día, sobrepasado el umbral de resistencia al “no me afecta” ó tras un momento de relajación moral y fagocitosis al entorno, quedaron abducidos por el lado oscuro y se dejaron llevar.
Unos siempre estuvieron allí.
Algunos fueron cambiando el acentuado sentido crítico por el no menos acentuado sentido del dejarse querer.
Otros (quizás con menor capacidad de curvatura) llegaron al lado oscuro tras tornarse ácidos y corrosivos para sí mismos y los demás. Eso sí, permaneciendo, ya sin cuestionárselo “ahí mismo”.
¿No será que Darth Vader no deja de ser un mando intermedio de Operaciones que tiene un superior que es quien “Impera” sobre decenas, cientos o miles de personas y que algo tendrá que ver a la hora de conformar e inducir, por acción u omisión, la constitución y consolidación de un Imperio ó una Alianza?.
Estoy convencido de que hay Darth Vaders, porque también existen Emperadores del mal hacer.
¿Buscas otro empleo? ¿Por qué?.
DESGLOSANDO EL MOTIVO DE CAMBIO
Finaliza una semana saturada de reuniones, muchas afrontadas a bocajarro, negociaciones con proveedores, clientes, asistencia a actos, resolución de imprevistos que podían haberse anticipado y…, sin quererlo ni esperarlo, sin pretender ni mucho menos hastío hacia situaciones, de fondo apreciadas, que permiten contrastar y aprender si eres asiduo a acudir tanto como a estimular hacerlo a otros… perdido el estado de alerta, se apodera de ti una voz interior revelando cansancio; se manifiesta, te agita y devuelve, machaconamente, una retahíla de preguntas, que aturden tu sien surgiendo insistentes, generando inquietud, impotencia, acecho por la propia interpelación estridente e invasora:
Necesito encontrar un lugar donde estén aquellos que…
• Ejercen más allá de poseer, cargos de dirección sobre personas o proyectos.
• Se forman siendo que no vivimos en Matrix y el conocimiento no se adquiere incorporando por cogote píldoras con contenido informativo, formativo, de aprendizaje. Cuando constan como directivos no se eximen a sí mismos de aprender e ir a escuchar ( porque para qué¡¡¡). No se excusan de acudir a encuentros en los que no conocen a nadie, ni les interesa, ni nadie les conoce, ni les reconoce… ni les adula.
• Están los que van más allá de frecuentar foros sin abandonar la zona de confort de un entorno acotado, controlado y local, en el que saben que los sentados enfrente son conscientes de su rango, del aparente poder y distancia que éste les proporciona y da seguridad, siempre respaldados por el emblema de la compañía que les protege suficientemente de lo que digan.
• Son quienes instan, impulsan, motivan, ayudan, garantizan, tanto la mejora de sí mismos como de cuantos de ellos dependen.
• Evitan provocar sensación de irritabilidad en sus colaboradores, por sentir invadidas sus conciencias tras lo que “han tenido” que callar, omitir, mentir, sortear, defender…para no evidenciar la ausencia de competencia de aquel al que refieren como superior, poniendo en su boca cosas que nunca diría porque no se le ocurrirían…ni sabe, ni puede, ni quiere, ni le importan.
• Valoran la argumentación y aporte de criterio e identifican y reconocen cuando “otros” trasladan lo que “él” les ha pedido. Donde se ponga coto e impida que “esos otros” se conviertan en elemento reforzador, contra natura, de falacia directiva; en piezas esenciales de una maquinaria fabricante y reforzadora de permanencia del monstruo arropando que siga ahí, que haya más de lo mismo en el mismo u otro cargo, así como la obtención de promoción, para nada merecida, como mérito.
Necesito encontrar un lugar donde NO estén aquellos que…
• Derivan la responsabilidad sobre resultados, procesos, incidencias (sin asumirla como suya si no conlleva aplauso) en quienes tienen abajo que, a su vez, sin dirección ni directrices “bogan a la deriva”, peleando cada minuto de cada día por continuar, contra corriente, hacia delante, hacia el futuro, con resistencia y aguante espectacular sobre incompetencias, incongruencias, prejuicios y carencias decisivas de sus superiores, denotadas una y otra vez. Un lugar donde esté formalizado el requerimiento esencial contrastado de adscripción a puesto de “no necesitar ese aplauso”.
• Ostentan cargos, al efecto de percibir a fin de mes compensaciones no ganadas durante los 29 días restantes; personas cubiertas por un barragán que impide autocrítica y reflexión sobre si realmente merecen algo de lo que les ha sido ingresado, al vivir en el beneplácito permanente.
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