Qué duro es volver al cole y qué lejos quedan ya las vacaciones. Siempre que volvemos de un período vacacional y especialmente el veraniego sentimos que se nos cae el mundo encima.
Voy a tratar de describir los efectos secundarios del regreso:
• Cuando suena el despertador no lo oímos o lo apagamos.
• Actitud triste, vagamos como alma en pena por la oficina y nos pueden llegar a confundir con una fantasma
• Mirar el reloj constantemente, casi cada minuto, pensando que cada hora ya no tiene 60 minutos
• Mover lo papeles de la mesa de un lado para otro, pensando que así el trabajo se hace solo.
• Mirar y remirar las fotos de las vacaciones
• Contar a nuestros compañeros cómo se estaba en el chiringuito de la playa, qué sol hacía y qué bien lo he pasado unas mil o dos mil veces.
• Tener la mirada perdida casi todo el día porque estamos soñando con volver.
Remedios:
• Cambiar el “ruido” del despertador por sonidos del mar, música o el canto de los pajaritos.
• Reducir el número de paseos innecesarios por la oficina para evitar que nos pregunte por las vacaciones
• No llevar reloj a la oficina
• Trabajar
• Cada vez que llegue el mail de un familiar o amigo borrarlo sin contemplaciones
• Decir que estamos muy ocupados, que ya os veréis más tarde para hablar de las vacaciones y dejar que pasen los días hasta que se aburran y no te quieran contar nada.
• Bajar la mirada hasta vernos los pies, al menos no se darán cuenta que estamos perdidos
El regreso es duro pero de pequeño me decía mi madre que al colegio hay que ir con alegría, pues al trabajo también.
Siendo todavía más positivo la Navidad está a la vuelta de la esquina y un año pasa muy rápido para las siguientes vacaciones de verano.
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