La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que se necesitan más de cuatro millones de trabajadores de salud para cubrir el déficit que presentan 57 países, la mayor parte de ellos del África subsahariana y de Asia, sobre todo Bangladesh, India e Indonesia.
Ante esta situación, la OMS, junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ha anunciado en Toronto la puesta en marcha de un plan mundial coordinado a fin de salvar un obstáculo muy importante, y a menudo descuidado, que dificulta la prevención y el tratamiento de la infección por VIH/sida: la grave escasez de personal sanitario, en particular en los países en vías de desarrollo.
El plan, titulado «Tratar, capacitar, retener», pretende reforzar los recursos humanos para la salud, promover estrategias nacionales integrales de desarrollo de los recursos humanos en los diferentes programas de lucha contra enfermedades y promover el acceso universal a los servicios de VIH/sida.
El África subsahariana afronta los desafíos más grandes en materia de personal sanitario, ya que tiene un 11% de la población mundial y casi un 64% de las personas con VIH, pero sólo un 3% de los trabajadores sanitarios del mundo. Además, a nivel mundial, el personal sanitario se concentra en las zonas urbanas, mientras que éste escasea en las zonas rurales. También ha cambiado la apreciación del trabajo sanitario por parte de los jóvenes, quienes consideran éste como una opción de carrera menos aconsejable, y como consecuencia de ello faltan trabajadores de salud capacitados para prevenir y tratar el sida.
El subdirector general de la OMS, Anarfi Asamoa-Baah, indicó que «la escasez de personal sanitario está devastando los sistemas de salud pública, en particular en el mundo en desarrollo, y constituye uno de los retos más grandes que tenemos para prevenir y tratar la infección por VIH».
El plan «Tratar, capacitar, retener» se concentrará en los países más afectados por el VIH/sida y la OMS estima que la aplicación del plan en los 60 países que sobrellevan la mayor carga de VIH costará como mínimo 7.200 millones de dólares durante los próximos cinco años, y podría llegar a hasta los 14.000 millones, lo que equivale a entre un 2% y un 5% de los niveles de gasto sanitario habituales en los países de bajos ingresos.
Dentro del capítulo «Tratar» del plan se incluyen campañas de sensibilización especialmente diseñadas para prevenir la discriminación y la estigmatización; servicios de orientación y pruebas; acceso prioritario del personal sanitario y sus familiares al tratamiento antirretroviral; y protección contra la transmisión de VIH en el ámbito sanitario, con inclusión de acceso a la profilaxis postexposición.
CONTRATACIÓN Y CAPACITACIÓN En el apartado «Capacitar» el plan de la OMS incorpora entre otras medidas la contratación y capacitación de un mayor número de trabajadores sanitarios; sustitución de personal sanitario más especializado por personal menos especializado (por ejemplo de médicos especialistas por médicos generalistas, de médicos por enfermeras y de enfermeras por agentes de salud de la comunidad y por legos, inclusive por personas que viven con VIH); aumento del número de graduados mediante una mejora y una ampliación del alcance de la capacitación previa al servicio en las facultades de medicina y de enfermería, e introducción de una capacitación específica sobre el sida.
También se prevé la capacitación en el servicio de los trabajadores sanitarios que ya estén en el sistema de salud, a fin de dotarlos de las aptitudes necesarias y prepararlos mejor para cuidar más eficazmente a los pacientes que viven con VIH/sida.
El capítulo de «Retener» se refiere a un conjunto de intervenciones cuyo objetivo es que los países puedan conservar a los trabajadores empleados en el sistema de salud. Así, se incluye la reducción del reclutamiento de trabajadores de los sistemas de salud pública por parte de los programas sobre VIH/sida de ONG y del sector privado, y la mejora de la calidad del entorno laboral, entre otras cosas mediante procedimientos de salud y seguridad ocupacionales, la reducción del riesgo de contraer la infección por VIH y otras enfermedades por vía sanguínea y remedios para mitigar problemas tales como el estrés y el desgaste asociados al trabajo.
Asimismo, se prevé la prestación de apoyo al personal y a las familias con VIH mediante el ofrecimiento de una seguridad laboral, la prohibición de la discriminación, prestaciones sociales y ajustes de las exigencias laborales; y el ofrecimiento de incentivos financieros y no financieros, tales como posibilidades de carrera y de capacitación, transporte y acceso de los familiares al tratamiento de la infección por VIH.
Finalmente, para asegurar el éxito de «Tratar, capacitar, retener», la OMS ha determinado como medidas prioritarias el establecimiento de un comité directivo especial encargado de abogar por el plan, orientar sus actividades y seguir de cerca sus adelantos; facilitar orientación y asistencia técnica a los gobiernos nacionales para la ejecución de las actividades descritas en el plan; y promover el reconocimiento mundial del personal sanitario como «grupo vulnerable», con campañas dirigidas específicamente a promover el bienestar del personal sanitario en el contexto de la epidemia de VIH.
La OMS también quiere diseñar y facilitar la aplicación de un programa mundial de sustitución de tareas para acelerar la respuesta mundial a la crisis de recursos humanos; y abogar por el ofrecimiento de incentivos financieros para retener al personal sanitario y por el ofrecimiento de posibilidades de investigación como incentivos no financieros.
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