El comité de empresa del personal de tierra de Iberia en el aeropuerto de Barcelona da por hecho que una parte de la plantilla será subrogada a las tres empresas ganadoras del concurso, pero buscará en las próximas semanas resquicios legales para minimizar esta cifra.
Los representantes de los trabajadores se reunieron ayer para analizar el preacuerdo alcanzado ayer con la dirección de Iberia, que establece una serie de medidas laborales y organizativas para limitar el impacto de la pérdida de la licencia de los servicios de asistencia en tierra en favor de Flightcare (FCC), Globalia Handling (Air Europa) y Newco Airport Services (Spanair) durante siete años.
Fuentes presentes en la reunión han dicho a Efe que lo importante ahora es calmar los ánimos después de la huelga salvaje del pasado viernes, que bloqueó el aeropuerto de El Prat durante once horas, afectó a más de 100.000 personas, obligó a cancelar 544 vuelos y se saldó con nueve empleados detenidos, en su mayoría pertenecientes a los dos sindicatos con más peso en el comité.
Entre los compromisos no escritos figura el mantenimiento de la paz social por parte de los trabajadores y la renuncia a tomar represalias contra los huelguistas por parte de Iberia.
Las partes se han emplazado hasta la semana del 4 al 10 de septiembre para volver a retomar las negociaciones, tiempo que será aprovechado por los servicios jurídicos de los sindicatos para buscar posibles resquicios legales que permitan que Iberia preste los servicios de asistencia en tierra a sus filiales Air Nostrum y Clickair -que empezará a operar en octubre-, y por Iberia para mantener contactos con el ministerio de Fomento que hagan posible esta posibilidad.
También se estudia la posibilidad de prestar el servicio de asistencia en tierra a Air Nostrum y Clickair a través de una Unión Temporal de Empresas (UTE) con alguna de las nuevas concesionarias, siempre con la autorización del ministerio de Fomento.
Fuentes del sector han coincidido en señalar que con las medidas acordadas, entre ellas prejubilaciones a los 58 años, bajas incentivadas y traslados -todo de forma voluntaria-, se reduce poco la cantidad de personal que deberá ser subrogado.
Por ejemplo, se calcula que el compromiso de aplazar la subcontratación del personal de las salas VIP y de las tripulaciones permitirá mantener en Iberia a unas sesenta personas.
El comité de empresa, integrado por 25 miembros repartidos entre UGT (10), CCOO (9), USO (2), CTA-CISA (2), CGT (1) y ASETMA (1) -un sindicato que agrupa a los técnicos de mantenimiento, que se ha mantenido al margen del conflicto por considerar que no le afecta la pérdida de la licencia de Iberia en El Prat-, mantiene la unidad de acción.
Los sindicatos han reiterado que el personal que sea subrogado no mantendrá exactamente las mismas condiciones laborales en su nuevo destino y que, en el caso de los eventuales, nadie garantiza su continuidad una vez finalizados sus contratos.
La subrogación, que afectará a los trabajadores de menor a mayor antigüedad, supone cambios en diversas variables, como las dietas y el derecho de utilización de billetes de avión, entre otros aspectos.
Casi todos los sindicatos han reconocido que la plantilla ha acogido con resignación e impotencia el preacuerdo, y que a partir de ahora se trabajará con más desidia a pie de pistas.
«No le puedes pedir ilusión a gente que en tres meses saldrá de la empresa», han afirmado desde la CGT.
El personal de tierra de Iberia está integrado por 2.200 trabajadores, que se dividen entre la plantilla de los servicios en rampa (1.800) y la de atención al pasaje (400), que no se verá afectada por las subrogaciones por tratarse de un sector liberalizado y, por tanto, en el que Iberia podrá prestar sus servicios a Air Nostrum y Clickair.
Del personal de rampa, la posibilidad de que Iberia se preste a sí misma el servicio de asistencia en tierra (autohandling) reduce en 1.200 la cifra de posibles subrogados y la limita a 600, un colectivo que se verá reducido ligeramente con los acuerdos de ayer.
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