En la dirección de una organización empresarial cabe distinguir entre la gestión del equipo y su liderazgo. Mientras que el objetivo de la primera es asegurar que la tarea sea realizada de acuerdo con unos estándares de calidad, la segunda tiene que ver con conducir a la organización hacia un futuro establecido por la visión.
Mientras que, en términos de gestión, el objetivo de un directivo es formar equipos de alto rendimiento, atendiendo al liderazgo, el objetivo de un directivo es conseguir un equipo liderado de acuerdo a su diversidad.
En este sentido, el auge de los Master en Dirección y Administración de Empresas se debió a la necesidad de aprender a gestionar las organizaciones empresariales. La caída de su demanda se debe a que, en la actualidad, las organizaciones empresariales se fijan más en los problemas de liderazgo organizacional que en su gestión. Y es que resulta más difícil liderar que gestionar.
Mientras que la gestión de una empresa se puede llevar a cabo con un bajo índice de relación, el liderazgo exige justo lo contrario, un elevado nivel de comprensión acerca de cómo establecer las relaciones.
El liderazgo natural responde a factores de seguridad psicológica. En este caso, la personalidad del líder lo que ofrece es seguridad a sus seguidores. Esto no quiere decir que aquellos que sean líderes naturales no puedan ser grandes líderes. Lo que les convierte en buenos líderes es su disposición al aprendizaje. Los líderes naturales que resultan ser buenos líderes se diferencian de los demás en su convencimiento de que el aprendizaje es necesario.
Mientras que en los años cincuenta se descubre que el liderazgo puede aprenderse, nuestra realidad nos muestra que el acceso al liderazgo no puede efectuarse por otra vía que no sea su aprendizaje. En términos generales, el déficit de buenos líderes se debe a que en la empresa los líderes no consideran la preparación de futuros líderes como parte de su trabajo.
Cuando una organización adolece de las competencias necesarias para liderar o formar nuevos líderes, lo que debe hacer es contratar el servicio de un coach. Sólo a través del coaching se pueden desarrollar las habilidades necesarias para liderar equipos.
Por este motivo el papel que juega un coach, es el de ser el gran facilitador e impulsor del, desarrollo de las habilidades de liderazgo, incrementando el nivel de eficacia y paralelamente el nivel ético de las organizaciones empresariales.
A modo de resumen, entre los objetivos de un Coach debería encontrarse el desarrollo directivo de las siguientes habilidades:
– Que el líder establezca una visión ecológica: El liderazgo debe ser constructivo dentro de un contexto claro y bien meditado, en la búsqueda activa de un bien común. La meta de una organización debe corresponder con las metas individuales. Sin embargo, el establecimiento de una visión no debe llevarse a cabo desde las distintas perspectivas del equipo, sino desde el conocimiento del líder.
– Que lidere en Diversidad: el liderazgo en diversidad requiere dos condiciones, la construcción de un equipo y que este sea equilibrado.
1) Creación de un Equipo: la dirección estratégica de una organización requiere estabilidad a largo plazo, lo que se consigue a través del equilibrio y el mantenimiento de la motivación. En este sentido el líder debe encontrar la forma de construir un equipo equilibrado.
Los equipos que presentan una mayor motivación son aquellos que surgen en las nuevas empresas. Son grupos formados, en general por gente muy joven cuyo punto de conexión es la tarea y dentro de una organización donde los factores de desmotivación son reducidos. Las jornadas suelen ser muy extendidas y los primeros problemas aparecen cuando surgen conflictos de roles entre la vida personal y la laboral. En estos momentos de forma natural surge una propuesta de encuadre. Este es el talón de Aquiles de toda organización.
2) Un equilibrio: El coach debe ayudar al directivo a identificar los valores de la organización, es decir, aquellos comportamientos que identifican a su equipo. Todos los comportamientos que realiza una organización están dirigidos a su desarrollo y también a mantener el “status quo”. En el caso de una organización empresarial los comportamientos están dirigidos a crear valor, mejorando el rendimiento y la capacidad de innovación, y a mantener el negocio e implementar la innovación. Todos los miembros de una organización muestran comportamientos parecidos y distintos. El papel del líder será el de identificarlos de forma que el potencial, como grupo, sea superior a la acción de sus individualidades.
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