Estados Unidos, el país más poderoso y odiado del mundo. Es curioso comprobar como sindicalistas de todo el mundo, comunistas, izquierdistas, anarquistas, socialistas, socialdemócratas, democratacristianos, liberales, radicales, conservadores, progresistas, fachas, rojos, ultra izquierdistas, ultra derechistas, blancos, negros, gitanos, indios, payos, ricos, pobres, altos, bajos, guapos, feos, hombres, mujeres, gays, lesbianas, transexuales, simios, simias (estos últimos sólo en España)…………………. celebran al unísono la fiesta más internacional del país más odiado del universo.
Y todo por una simple demanda de derechos laborales allá por el siglo XIX, una tontería, la jornada de 8 horas. Luego vendría la Ley Ingersoll, las huelgas, los policías muertos, el «Día Internacional del Trabajador»….. casi nada.
Hoy, 1 de mayo, gracias en gran parte al país del despido libre y de la coca cola , el más industrializado del planeta, todos los trabajadores somos un poco más libres, tenemos bastantes más derechos que entonces y tendremos bastantes más mañana. Pero con cabeza, con equilibrio, sin inclinar la balanza hacia ningún lado, que todos ganemos, no vaya a ser que algunos sueños vuelen hacia Bratislava, por poner un ejemplo.
Hoy, 1 de mayo, celebremos esta fiesta con el ánimo de trabajar eficazmente los 364 días restantes, bueno, los días laborables que marquen los convenios y las horas estipuladas en los mismos.
Esperemos que el hecho de saber que la fiesta tiene origen norteamericano no desanime a nadie a la hora de celebrarla. No lo creo.
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