Debido a las presiones del mercado, trabas y demás inconvenientes económicos, grandes, medianas y pequeñas empresas se ven obligadas a prescindir del capital más importante que tienen, el humano. En estos tiempos, uno de las claves para el buen funcionamiento empresarial es mejorar el ambiente laboral, reduciendo el absentismo y logrando un rendimiento mayor. Y no estoy hablando de echar más horas, sino de ser más eficaz en el tiempo ya establecido.
Un ejemplo es la empresa SENCO, en Brasil, en la que sus propios empleados llegaban a fijar su salario en base a unos parámetros establecidos de mutuo acuerdo con la dirección de la compañía.
Todo esto se logra a través de crear un ambiente “Coaching y liderazgo”, donde los equipos directivos con responsabilidades únicas toman conciencia de los elementos que afectan a la empresa y a su propio entorno.
Qué bonito suena crear un ambiente “Coaching y Liderazgo”, lástima que ya esté registrado.
Bueno, para crear dicho ambiente lo primero es adquirir, repito ADQUIRIR, o sea, que se pueda uno entrenar en ciertas habilidades de comunicación, de inteligencia emocional, de auto-creencia y auto-gestión entre otras. Lo malo del asunto es que las empresas sólo reparan en esto cuando los resultados comienzan a torcerse, olvidando que una cultura de responsabilidad y autogestión se logra a base de formación y tiempo.
La segunda opción, si no es posible crear ese ambiente “Coaching y Liderazgo”, llegado el caso extremo de tener que despedir al personal, es la de facilitarles un proceso de coaching para:
– Evitar el enorme shock que van a sufrir al quedarse sin trabajo, más grave cuanta más antigüedad se tenga.
– Lograr afrontar el cambio como una oportunidad, en lugar de como una crisis.
– Lograr, por parte del trabajador, identificar todas sus habilidades y recursos, que le servirán para reinsertarse de nuevo en un puesto de trabajo.
– Auto-motivarse a través del Coaching, pues, con un buen coach, puede llegar incluso a crear un mundo mejor del que tenia para si mismo y los suyos.
Todo esto no es hacer psicoterapia, como algunas empresas han creído. El coaching es diferente, es un proceso que invita a la acción de quien lo vive.
Todo ello se puede plantear desde una óptica ganar-ganar-ganar (empresa-empleado-sociedad), ya que la empresa pone a disposición del empleado recursos que bien podrían ser parte de la compensación que se destina a su despido.
El empleado gana muchos de los puntos mencionados arriba, lo que le abrirá otras puertas, y antes de lo esperado.
La sociedad, también gana, pues en lugar de tener a un individuo cobrando un subsidio, a costa de los recursos del país, ve como aprovecha al máximo la situación que se le presenta, pudiendo reincorporarse a otro puesto de trabajo en un menor lapso de tiempo.
¿Cómo canalizar todo esto? A través del Coaching. ¡Pero con CUIDADO! Muchos consultores están ofreciendo sus servicios como coach. Prefiero no dar nombres. Cerciórese de cuál es la formación específica como tal, y cual es su experiencia como Coach; pida referencias, cuantas más mejor. Muchos dicen que han hecho coaching, cuando en realidad lo que han hecho es formación, análisis de competencias, asesoramiento o establecimiento de estrategias. El Coaching es siempre un proceso entre Coach-Cliente donde debe de haber unas pautas conocidas por coaches profesionales, como es una relación de alianza, conversaciones periódicas, etc. Muchos venden el coaching como un proceso que no tiene nada que ver con lo que estamos hablando aquí.
Ahora usted tiene la palabra, y si tiene el poder de decisión, o conoce a quien lo tiene, investigue más sobre este recurso que puede aportar mucho tanto a personas como a empresas.
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