Cuidado con las formas

Mi editorial de hoy lo he dado en llamar «cuidado con las formas» porque hay mucho mamandurrias en esto de los recursos humanos que se ha olvidado de la importancia que tiene tratar adecuadamente a las personas desde el primer momento en que toman contacto con las empresas.

Estamos entrando poco a poco en el club del pleno empleo técnico y eso nos obliga a todos a poner especial cuidado en cómo tratamos a los empleados, tanto a los que están ya con nosotros, como a los que se pueden incorporar a nuestras empresas.

El mayor impacto se produce desde el departamento de selección en tanto en cuanto suele ser el departamento que busca a esos profesionales que necesitamos y que cada día están más caros de conseguir. No obstante, hay muchas diferencias entre empresas a la hora de tratar con dichos candidatos. Por lo general, cuando la selección se lanza y se realiza desde los departamentos internos se es escrupuloso en la aplicación de las prácticas marcadas por el manual de estilo de la compañía. Sin embargo, el problema surge cuando cedemos nuestras selecciones a empresas externas de dudosa reputación.

Cada día existen más y más “expertos” en selección que te buscan, debajo del mar matarile, a cualquier candidato que necesites en un tiempo récord. Y tu como gestor te lo crees y les cedes la búsqueda pagándoles el porcentaje correspondiente. Pero, ¡ay amigo! la imagen que proyectan de tu empresa es paupérrima.

Ejemplos. Citan a los candidatos en lúgubres centros de negocios más propios para una cita a ciegas que para una entrevista de selección, una vez realizada la entrevista se olvidan del candidato y no le proporcionan ningún tipo de feedback sobre el estado del proceso, le ofrecen distintos puestos al candidato en un abanico de mercadeo de bazar tunecino donde parece que todo vale, y la mejor de todas: realizan entrevistas telefónicas… ¡para puestos de Alta Dirección! y como el conejito de la marca que todos estamos pensando, siguen y siguen y siguen… dejando en mal lugar a nuestras empresas y al candidato potencial, que se queda pensando aquello de ¿en dónde me estoy metiendo?.

Seguro que el atento lector está pensando que eso pasa en empresas pequeñas con profesionales jóvenes y poco expertos… pues siento defraudarle una vez más amigo mío, pero no. Grandes consultoras que tienen sus oficinas en la Milla de Oro de Madrid se precian de llevar a cabo estas prácticas “profesionales”, incluso algunas llevan el marchamo de internacional o importante multinacional de recursos humanos.

No se acercan buenos tiempos para la lírica de la selección del personal y la retención del talento. La competencia aumenta y mejora, los potenciales empleados buscan, comparan y eligen siempre lo mejor para ellos como personas y como profesionales. Así pues, sigamos desmotivando al personal y mirándonos al ombligo de nuestras veleidades.