Uno de los grandes cambios que se están produciendo en estos momentos, y que afecta a la estrategia de la gestión del talento de manera importante, es la configuración de nuestro mercado de trabajo, cada día hay menos jóvenes y más seniors.
Esto está haciendo que muchas empresas tengan grandes dificultades en atraer el talento joven que necesitan, siendo esta una de sus prioridades e incluso un factor limitante a su crecimiento y, por tanto, a su competitividad.
Este fenómeno es la primera vez que sucede. Jamás la captación de talento había sido un problema, y mucho menos, ser el mayor reto de muchas compañías.
Y esto se produce por varias razones.
La primera es que hoy hay menos jóvenes que antes. En los últimos 20 años hemos perdido 1,8 millones de jóvenes de entre 16 y 29 años en el mercado laboral como consecuencia de la caída de la natalidad que se inició a finales de la década de los 70s.
Pero no solamente hay menos jóvenes, sino que, además, muchos se quedan con titulaciones poco habilitantes para el mercado laboral y aquellos que obtienen un título superior, en muchas ocasiones éste es de baja empleabilidad, encontrándonos aquí con un segundo problema y es que el sistema educativo no está alineado con el sistema productivo.
El tercer desafío es de naturaleza social y que tiene que ver con los valores de la sociedad en su conjunto y de las últimas generaciones en particular. Por no abrumar con fuentes y datos, el último monitor de Merco Talento Universitario de nuestro país, elaborado conjuntamente entre Merco y Recruiting Erasmus, nos ofrecía los siguientes datos de los jóvenes universitarios sobre sus preferencias de empleo. Para un 22% de los jóvenes (universitarios) la calidad de vida y la retribución son los dos factores más relevantes a la hora de elegir una empresa u otra, seguidos de un buen ambiente de trabajo (15%) y las oportunidades de formación y desarrollo (14%). En ese conjunto de cuatro factores se agrupan la mayor parte de las “peticiones” de los jóvenes actuales, pero por encima de todo el balance entre calidad de vida y retribución.
Esto hace que muchas empresas se pregunten dónde hay caladeros para aquellos jóvenes que todas las empresas quieren, con un conjunto de competencias sanas que son las que se necesitan para competir en un mercado cada día más revuelto, complejo y competitivo.
En 2007 algunos pioneros ya se hicieron esa misma reflexión e iniciamos una investigación para identificar “el mejor caladero de jóvenes” y encontramos una interesante investigación de una universidad alemana que evaluó a cientos de jóvenes de cuatro países en su último año de estudios universitarios, de acuerdo con un perfil competencial tipo desarrollado a partir de los requerimientos de un conjunto de grandes empresas. El estudio mostraba que los alumnos que habían podido participar en un programa de movilidad internacional eran aquellos que mejor cuadraban con el perfil objetivo por encima de otras variables como la nacionalidad, el tipo de estudios, la universidad, etc.
Así, participar en una experiencia de movilidad internacional se convierte en una experiencia transformadora de los jóvenes talentos.
Esa investigación posteriormente ha sido validada por estudios posteriores realizados por la propia Unión Europea y que va incluso más allá. En estos estudios se demuestra que no solo la participación en estos programas permite desarrollar esas competencias críticas que todas las empresas buscan en sus jóvenes, sino que además los jóvenes con más iniciativa de base son los que se apuntan a estas oportunidades voluntarias de experiencia internacional. Es decir, ya tenían un perfil diferencial antes de irse fuera.
A partir de estos resultados, analizamos el posicionamiento de nuestro país en cuanto a los programas de movilidad internacional, y eureka, éramos uno de los países con más movilidad internacional, tanto de estudiantes Erasmus, la gran apuesta de la Unión Europea, como de otros programas de movilidad e intercambio. Y esto se debe fundamentalmente al gran atractivo que, para muchos jóvenes tanto de Europa, como de otros continentes, tiene pasar un tiempo disfrutando de nuestra hospitalidad y tradicional actitud inclusiva.
Fue entonces cuando lanzamos el proyecto Recruiting Erasmus, una plataforma que sirve de puente entre las empresas y ese talento diferencial que tienen los alumnos que participan en programas de movilidad internacional y que de manera temprana se exponen al mundo saliendo de su zona de confort.
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