La pregunta que nos deberíamos hacer tendría una nueva reformulación: ¿Estamos preparados y tenemos la suficiente preparación? Es decir, como trabajadores y usuarios, ¿contamos con los conocimientos necesarios para subirnos al barco de la innovación tecnológica? Y, por otra parte, ¿las compañías españolas están correctamente equipadas y adaptadas a esta revolución digital?
La España Digital en cifras
El asunto debe ser relevante desde el momento en que la Comisión Europea elabora y publica índices anuales, a través de los cuales, supervisa los avances de los Estados miembros de la Unión Europea en el ámbito digital, son los denominados Índices de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI por sus siglas en inglés).
Si atendemos al último Índice elaborado por la Comisión Europea en 2022, España ocupa el puesto número 7 de los 27 Estados miembros de la UE. Nuestro país está mejorando sus resultados en comparación con años anteriores, sobre todo en lo que se refiere a la integración de la tecnología digital (puesto número 11, cinco puestos mejor que en 2021), así como en términos de capital humano (puesto número 10 en comparación con el puesto número 12).
Según estos datos, nos tenemos que sentir orgullosos de la posición que ocupa nuestro país en el ranking europeo, y es que las compañías ya son conscientes de lo que puede aportarles el moverse en un entorno tech, trabajando con herramientas digitales, o bien, contar con partners tecnológicos, como Convertia, donde ayudamos a transformar digitalmente el negocio a través de un servicio personalizado de consultoría, estrategia, ingeniería y soporte técnico.
Parafraseando a nuestros expertos, podríamos decir que lo que aportan las soluciones tecnológicas a las empresas es agilizar extraordinariamente las respuestas a procesos de negocio, evitando a los perfiles más estratégicos la involucración en tareas técnicas y recurrentes que consumen mucho tiempo y, como resultado, logran generar procesos más eficientes y aumentar con ello la productividad.
Las compañías españolas ante la era digital que se avecina: notable alto
Por tanto, y volviendo a la pregunta inicial, ¿estamos tecnológicamente preparados desde las empresas? Está claro, y así lo avalan los datos europeos, que a nivel general pasamos de la nota media y nos situamos en posiciones sobresalientes. Pero ¿qué ocurre cuando vamos un poco más lejos y nos adentramos en conceptos que están en plena efervescencia digital? Por ejemplo, hablamos del customer experience (CX), que se posiciona como una de las principales claves en la oferta digital de las empresas a nivel global.
Este nuevo foco se concentra en la búsqueda de nuevas vías de interacción y colaboración entre empleados y proveedores para poder alcanzar una propuesta de valor diferencial al cliente, dicho de otra manera, poner al consumidor en el centro de la diana. Las compañías han recogido el guante de esta nueva tendencia y ya consideran que es más importante que nunca, y así, alrededor del 90% de las empresas se esfuerzan por mejorar su estrategia de atención al cliente, lo que supone medir resultados a tiempo real, atención rápida y personalizada, automatización de procesos, realización de encuestas de satisfacción, y la seguridad de datos, o cómo actuar ante la reciente desaparición de las cookies de terceros.
El notable alto significa que las compañías españolas ya conectan su éxito a una estrategia customer-centric. Este empoderamiento del cliente implica que los usuarios resuelvan sus propias consultas a través de un abanico de soluciones sencillas, en diferentes canales de comunicación, donde los chatbots y portales de voz inteligentes, impulsados por inteligencia artificial, serán la clave.
Conclusión
La respuesta a la pregunta que da título a este artículo bien podría ser VERDAD.
Es cierto que aún tenemos desafíos por delante: brechas digitales, falta de programas de formación en competencias digitales, recortes de presupuestos en I+D+i, dificultad en la retención de talento y cambios vertiginosos que implican una difícil adaptación en grandes estructuras organizativas. Por otra parte, el reto se encuentra en sacar el máximo partido, saber utilizar y actualizar herramientas y habilidades digitales de forma permanente, así como contar con socios tecnológicos que les apoyen en potenciar las ventas y en diseñar e implementar estrategias digitales que les lleven al éxito.