Buenos días, María, quiero pedirte un favor.
Siento que aún no te hayas tomado el café, pero es importante. Como sabes, esta mañana tengo una reunión con el Comité de Empresa y no voy a poder ver a Alfredo, el Director General de Producción, que quiere reunirse por un tema de su departamento. Dice que es muy urgente. ¿Podrías recibirle?
Ayer, ya le adelanté que hoy posiblemente no podría y que en la mañana de hoy le diría algo, pero dado que anoche me envió varios whatsapps, muy agobiado, porque se va mañana de viaje, quiero que le recibas tú. Si me dices que sí, yo le llamo, me excuso y le cuento que tú puedes reunirte con él.
Perfecto, cuando tengáis la reunión, me cuentas y vemos cómo gestionamos, pero sería interesante que, en el futuro, tú pilotes este tipo de reuniones de “apagafuegos” pues eres muy empática y transmites serenidad y seguridad. Y estoy convencida que sabrás encontrar una solución para que se tranquilice.
Alfredo, buenos días, como te dije ayer, finalmente hoy no voy a poder verte, pero dado que te apremia el asunto que me quieres contar, te propongo que te reúnas con María.
Si, claro, María, la subdirectora de Recursos Humanos. Entiendo que es un tema de recursos humanos lo que me quieres plantear, ¿no es así?
María te puede recibir y puedes contarle a ella eso que no me puedes decir por teléfono. ¿Te parece?
Yo ya le he informado de que me has enviado por whatsapp tu interés de que sea cuanto antes la reunión, porque quieres contarnos algo importante y mañana sales de viaje.
Es que, como te he dicho hoy tengo reunión con el Comité de Empresa y quiero prepararme antes la reunión. Espero que lo entiendas. Es un tema, que no sólo es importante para mí, sino que también es importante para todos los trabajadores, lo que te incluye a ti también.
Bueno …., si realmente son dos minutos, te escucho.
Entiendo lo que me dices y si te parece, primero te reúnes hoy tú, como Director de Producción con María, y a tu vuelta de viaje, tenemos una reunión con tu equipo, todos juntos e individualmente, con todos y cada uno de ellos, y buscamos una solución.
Te entiendo Alfredo, pero la vida no es como tú la pintas, y menos en la empresa. Estoy segura que tú, como responsable, tienes claro el problema y la solución, pero si tienes un “motín” en tu departamento, como me estás diciendo, hay que ver qué es lo que está ocurriendo. Por ello, reunirse con todos y escuchar a todas las partes, es importante. Hay que conocer, no sólo lo que tú piensas que estoy convencida de que, como director del departamento, eres el que tienes un mapa de toda la situación y de tu gente. Incluso que tendrás soluciones.
Alfredo, no se impone nada, hay que escuchar a todas las partes y saber qué es lo que está pasando, en dónde mejorar y cuestionar todo lo que se diga.
Si hay problemas mayores, cuando lo hables con María, ella te podrá decir si hay que enviar alguna amonestación a alguien, pero hay que hablarlo más despacio y por eso, te ruego que te reúnas con ella.
No amenaces a nadie. Así no vas a conseguir nada. Es contraproducente. Diles que estás valorando cómo solucionar el problema y, como cosa tuya, que nos vas a proponer una reunión de todo el departamento de Producción con el departamento de RR.HH., con el fin de que sientan que tú eres el líder y quien quiere solucionar este asunto de la discordia. ¿Te parece? Y, ya cuando tengamos esa primera reunión y os escuche a todos, os puedo proponer un proceso de Coaching, entre otras cosas.
Si Alfredo, para todos, para todo el equipo. El proceso sería para todos, no sólo para tu gente, tú también estas incluido porque tú eres parte del equipo. Y, por cierto, la más importante.
Si, claro, consiste en un proceso individual de unas seis sesiones coaching a cada miembro del equipo con un coach y un proceso de Coaching de Equipos, a más largo plazo.
Hazme caso que estoy convencida que os vendrá bien a todos.
Tranquilo, y no me levantes la voz, que no te puedo escuchar y no te entiendo.
Claro que sé que tenéis que sacar la producción de este año, pero estoy pensando, no sólo en sacar la producción adelante este año, también estoy pensando en las personas, en la empresa y en el departamento que tú diriges. Y para ello hay que extrapolarlo, tanto para este año, como para el futuro.
Y disculpa … que llevamos quince minutos hablando por teléfono de este tema, cuando te di dos minutos de mi tiempo. Yo sé que tu tiempo es importante, pero el mío también es muy importante y dado que te he escuchado, incluso ofrecido varias soluciones, considero que tú no estás teniendo conmigo la misma deferencia, ni la misma empatía, ni -siquiera- el respeto necesario. Te recuerdo que tengo algo muy importante que preparar.
Piénsatelo. Como te he dicho antes, te propongo que hables con María por lo que tienes que llamarla y pedirle esa reunión. Yo le voy a hacer un resumen de lo que me has dicho, pero eres tú el que tienes que ponerte en contacto con ella y contarle todo, desde la serenidad. Y como te he dicho, si ambos consideráis que hay que enviar alguna amonestación, pues ella tomará la decisión y actuará en consecuencia.
María es una gran profesional y sabrá ayudarte. Cuando os hayáis reunido, me envías un correo electrónico informándome de la fecha para agendar la reunión con todo tu departamento y tu percepción del problema después de hablar con María.
Respira y que tengas un buen día.