En los últimos años, el bienestar del empleado ha experimentado una transformación significativa, convirtiéndose en una prioridad fundamental en las áreas de Recursos Humanos de las empresas. Sin embargo, la importancia que se ha otorgado al bienestar de los empleados ha crecido de manera exponencial en los últimos tres años, impulsada en gran medida por la pandemia de Covid-19. El cambio de perspectiva que hemos experimentado en relación con nuestras prioridades vitales, particularmente en lo que respecta a nuestra salud y bienestar, ha sido un factor decisivo para que las empresas comprendan que el bienestar es una prioridad fundamental para sus empleados en la actualidad. Si observamos las tendencias y prioridades anticipadas para 2023 por las principales consultoras y expertos en capital humano, el bienestar del empleado siempre figura entre las cinco principales tendencias relacionadas con el talento.
El enfoque de «Employee Life Centricity» se basa en la premisa de que los empleados son seres humanos completos, con una vida que va más allá de su trabajo. Este nuevo paradigma reconoce que la vida personal, familiar, social, emocional y física de los empleados tiene un impacto significativo en su bienestar y desempeño en el ámbito laboral. Al aceptar al empleado en su totalidad, con todas sus mochilas sobre su pasado, presente, y futuro, las organizaciones se comprometen a comprender y valorar todas las facetas de la vida del empleado. Esto implica crear un entorno donde se fomenten el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el desarrollo personal y profesional, y el bienestar integral de los empleados.
ELC busca ir más allá de la visión tradicional en la que las compañías solo ponen foco en la productividad y el desempeño laboral de sus empleados. Este concepto reconoce que los empleados son más que sus tareas diarias, y que sus vidas personales tienen un impacto directo en su motivación, satisfacción y compromiso en el trabajo. Y esto representa dar un paso adelante en la mejora del bienestar del empleado, ya que implica comprender y valorar al empleado desde una perspectiva integral, reconociendo que su vida personal, familiar, social, emocional y física es decisiva para mejora e influye de manera significativa en su bienestar y rendimiento laboral. En el entorno empresarial actual, cada vez se reconoce más la importancia de aceptar a los empleados en su totalidad, reconociendo que tienen una vida diversa más allá de su ámbito profesional.
Para implementar con éxito el enfoque de «Employee Life Centricity», las organizaciones deben adoptar medidas concretas:
- Fomentar una estrategia integral de bienestar del empleado: Se debe tener en cuenta las cinco dimensiones del bienestar del empleado: laboral, social/relacional, físico, emocional y financiero. De esta manera, se promueve un enfoque holístico hacia el bienestar, abordando todos los aspectos relevantes para el empleado.
- Promover un equilibrio saludable entre la flexibilidad y las necesidades del negocio: Es fundamental encontrar un equilibrio adecuado entre la flexibilidad laboral y las demandas del negocio. Esto implica abordar el debate sobre workplace: trabajo presencial o el teletrabajo, buscando el equilibrio necesidad del negocio y preferencias de los empleados.
- Fomentar la conexión interpersonal y el apoyo social: Las organizaciones deben crear espacios y oportunidades para que los empleados se conecten entre sí, tanto en el entorno laboral como fuera de él. Al promover la conexión y el apoyo social, se fortalece el sentido de pertenencia y se mejora el bienestar general de los empleados.
- Cultivar una cultura de inclusión y apoyo: Es importante crear un entorno laboral donde todos los empleados tengan igualdad de oportunidades y máximo respeto. Esto implica promover la diversidad, la equidad y la inclusión en todas las facetas de la organización, lo que a su vez contribuye al bienestar y la satisfacción de los empleados.
En resumen, el enfoque de «Employee Life Centricity» reconoce la importancia de que cada empleado es único y diferente a todos los demás, y que debemos considerar todas sus circunstancias vitales. Al adoptar este enfoque integral hacia el bienestar, las organizaciones pueden crear un entorno de trabajo saludable, enriquecedor y más productivo, donde las empresas y los empleados puedan mejorar tanto personal como profesionalmente.