Me he decidido a escribir este artículo tras leer este poema de Gloria Fuertes, bondad y talento… Y es que, desde hace algún tiempo, me encuentro con posts muy críticos con los departamentos de Recursos Humanos y, más en concreto con Selección de Personal. Es curioso para mí, porque yo, como todos, he sido candidata y sé que lo que se critica es real, pero ahora como profesional también veo qué es lo que hay detrás de esas malas prácticas en Selección de Personal.
A veces la presión que vivimos como reclutadores es tan alta que cometemos un error muy grande: olvidar que tratamos con personas; Que todos los candidatos con los que hablamos tienen sus propias vidas, familias, circunstancias personales, que, aunque ese día hayamos hablado con otras treinta personas, quizá ese candidato llevaba esperando nuestra llamada desde hace días con nervios, que si esa persona lleva semanas sin escuchar de nosotros, y no está en otros procesos de selección, pues es lo más normal del mundo que se interese por el proceso. En mi trabajo intento tenerlo en cuenta cada día. ¡Nunca sabemos cuándo terminará nuestro trabajo! – aun más con la situación del COVID-19 – Nunca sabemos cuándo vamos a volver a ser candidatos, y construir unos departamentos de Personas más HUMANOS es vital y necesario.
Tenemos mucho campo para mejorar, (yo la primera) en contestar a nuestros candidatos, en dar feedback si así lo solicitan, en definitiva, en tener una comunicación más fluida durante el proceso, en ponernos en la piel del otro. Con la situación del COVID-19 y tantas personas perdiendo sus puestos de trabajo, que esto se convierte en una obviedad, al menos para mí.
A todos esos candidatos dolidos (y con razón), recordad que las empresas las hacen personas y se mueven por objetivos, y a veces esos objetivos nos presionan tanto que nos quitan nuestra parte humana, (suena dramático, pero es así) ya que el tiempo que cada candidato merece a veces no entra en la programación de una empresa, y porque todavía no nos hemos enterado de que la experiencia del candidato es una parte fundamental de ese Employer Branding que tanto está de moda. Es hora de ponerse las pilas, las grandes empresas son grandes por cuidar los pequeños detalles. La experiencia de un candidato que puede llegar a ser parte de la empresa es de suma importancia. En la relación laboral, las primeras impresiones lo son todo, y hay empresas que van a la primera cita despeinaos y sin ducharse. ¡Muy mal!
A esos candidatos en búsqueda de empleo y con malas experiencias, os digo: ¡Hablad! Publicad en LinkedIn, escribid a la empresa, para expresar la mala experiencia que habéis tenido. ¿Por qué? Pues porque vuestro mensaje puede llegar a las manos adecuadas: Un Manager que no se da cuenta de hasta qué punto el proceso de selección en su empresa tiene fallos graves, o un técnico de selección como yo que, cuando lee tantas quejas, intenta tener en mente cada día cómo debe sentirse ese candidato. Como se suele decir, quien no llora, no mama, y consigais o no consigais el puesto, podéis contribuir a señalar los fallos en nuestros sistemas y procesos.
Intentemos llevar bondad y empatía al trabajo que hagamos, da igual si estamos en Recursos Humanos, diseñando aviones, programando o de cara al público.
Ánimo para todo ese talento en búsqueda de empleo, ¡el que la sigue, la consigue! Y a todos los reclutadores estupendos en mi red, grandes profesionales, ¡siempre podemos mejorar en nuestro puesto de trabajo!
¡Saquemos nuestra parte humana!