La vida es como una maratón, pero en lugar de recorrer kilómetros, vamos sumando horas a lo largo de los días. Y como en cualquier carrera, necesitamos tener un buen equilibrio entre el esfuerzo y el descanso para poder llegar a la meta. En el ámbito laboral, esto se traduce en poder gestionar nuestros horarios de trabajo de manera flexible para adaptarlos a nuestras necesidades personales. La mayoría de los trabajadores sienten que existe una batalla constante entre su horario laboral y su vida personal, una batalla que además a menudo termina con la segunda siendo la gran perdedora o con su motivación o rendimiento disminuidos a causa de la ansiedad y el estrés.
De hecho, no se trata sólo de adaptar la una a la otra, la clave está en entenderlas y gestionarlas como una misma. Nuestros trabajos forman parte de nuestras vidas tanto o más que otras actividades que realizamos. Es una idea errónea pensar ambas cosas por separado o luchar contra la inevitable verdad: vidas solo tenemos una, no dos.
Optimizar esta fusión tiene muchos beneficios claros. En primer lugar, si podemos ajustar nuestro horario laboral según nuestras necesidades personales, podemos estar más motivados y dedicados en el trabajo, lo que puede llevar a una mejor productividad y desempeño laboral. También puede reducir el estrés de hacer malabarismos con las responsabilidades personales, lo que puede mejorar la salud mental y física de los empleados. Además, las empresas que ofrecen horarios de trabajo flexibles pueden mejorar su reputación y atraer empleados más talentosos y dedicados. Por lo tanto, es una clara situación de beneficio mutuo, tanto para los empleados como para las empresas.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todo es color de rosa. Los horarios de trabajo flexibles pueden crear desafíos en la coordinación de grupos de trabajo y el cumplimiento de plazos y metas. Por lo tanto, las empresas deben establecer políticas claras y justas para abordar estos problemas y garantizar que todos los empleados reciban un trato justo.
Dicho esto, ¿cómo podrían las empresas y los trabajadores conseguir una situación óptima para ambos?
Desde el punto de vista de las empresas
El primer paso es fomentar una cultura empresarial que valore el equilibrio entre la vida laboral y personal. Esto de forma práctica se puede conseguir incluyendo la implementación de políticas de trabajo desde casa o híbridos, horarios escalonados y horarios de trabajo reducidos, para que los empleados puedan adaptar su tiempo de trabajo a sus necesidades personales sin alterar la cobertura de necesidades o de carga de trabajo de la empresa.
En segundo lugar, es necesario capacitar a los líderes empresariales para gestionar equipos flexibles. Es importante que los mandos intermedios sepan cómo administrar el trabajo remoto y cómo fomentar la colaboración y la comunicación en un ambiente de trabajo virtual. También deben estar dispuestos a confiar en sus empleados para que hagan su trabajo sin supervisión constante. La confianza y el apoyo son elementos clave para el éxito de los equipos flexibles. Todo esto sin olvidar establecer expectativas claras en cuanto a la comunicación y disponibilidad fuera de las horas laborales, para evitar que tanto los empleados como los mandos sientan que siempre están conectados y trabajando.
En tercer lugar, y sobre todo para aquellas empresas con necesidades de puestos rígidos en los que no se puede alterar mucho el horario de trabajo o no se puede llevar a cabo trabajo en remoto, una de las vías para ayudar a los empleados con este equilibrio es ofreciendo más días de vacaciones pagadas, jornadas reducidas, más días de descanso (como por ejemplo con la jornada de 4 días de trabajo y 3 de descanso), etc.
Desde el punto de vista del empleado
Para que los proyectos y objetivos de la empresa no se vean afectados por la flexibilidad horaria de los empleados, es necesario un compromiso serio por parte de éstos. Para ello, es necesario mantener una comunicación abierta y bidireccional de las necesidades y deseos en cuanto a la flexibilidad laboral de forma lo más anticipada posible para que los mandos intermedios o RRHH puedan encontrar sustitutos o adaptar los plazos de fin de proyectos.
En segundo lugar, mantener una cultura de apoyo y colaboración entre los trabajadores es otra clave relevante para crear un ambiente laboral más armonioso y efectivo. Cuando los empleados son conscientes de los horarios de trabajo de sus compañeros, pueden realizar cambios entre ellos, así cómo adaptarse los unos a los otros para no alterar la cobertura de las necesidades de la empresa.
El tercer punto y no menos importante, para que aquellas medidas relativas al trabajo en remoto tengan impacto positivo, los empleados deben tener y mantener una buena responsabilidad productiva. Para ello tienen que demostrar que pueden trabajar de forma independiente y cumplir con las tareas a pesar de la ubicación o el horario.