Hace apenas unos años, el coaching se conocía como un trabajo basado en el entrenamiento físico, donde abundaban los cuarentones fornidos con pantalones cortos, cara de pocos amigos y un silbato colgando del cuello.
Impresiona decir que en tan solo veinte años, esta profesión ha pasado de esa pintoresca estampa a convertirse en un must del mundo personal y empresarial, donde profesionales con carreras ya consolidadas en diferentes sectores están añadiendo este título a sus currículums.
En el último estudio de ICF (2020) se estimó que existen más de 70,000 coaches certificados a nivel mundial, siendo Europa occidental la segunda región del mundo con mayor número de coaches. Y a pesar de ser una de las profesiones más elegidas hoy en día, el título parece seguir sonando a ‘poco’ por sí solo, como un nombre propio al que parece faltarle un apellido para tener algún tipo de peso. Existe el coaching personal, organizacional, deportivo, ontológico, sistémico, familiar… Estos apellidos pertenecen a las grandes familias dentro de esta profesión donde últimamente parecen estar reproduciéndose y creando plagas de títulos que se parecen y se hacen llamar igual aunque no lo sean.
¿Qué sabes de moda? En tan solo dos años te puedes convertir en fashion coach y darle un giro a tu carrera. ¿Te gusta el sector de la abogacía? Puedes ser la nueva coach de abogados de este país. Todo lo que se te ocurra puedes aderezarlo con un poco de coaching y convertirlo en una profesión de renombre.
Esto no es necesariamente malo. Ha permitido a las personas poder dedicarse a aquello que más les gusta y lo que es más importante, ayudar a otros a entrenarse en la disciplina que imparten. Antes necesitabas haber estudiado una carrera universitaria para contemplar la idea de poder no solo dedicarte al sector, sino considerarte ‘alguien’ en cualquier materia. Ahora, gracias al coaching, puedes sentir pasión por algo y acompañar a otros a llegar a sus objetivos con respecto a ese algo e incluso ganarte la vida en el proceso (el sueldo medio anual de un coach en Europa Occidental ronda los 47,000€ anuales).
La inmediatez también es un factor importante a la hora de reflexionar en por qué la profesión está en auge. Vivimos en una sociedad en la que la necesidad de inmediatez ha infectado nuestro sistema inmune colectivo (demos gracias a Amazon y Netflix por su maravillosa labor en este campo). No es de extrañar que una profesión que consigue resultados rápidos y eficaces esté teniendo éxito entre las empresas. Tanto es, que muchas de ellas están dedicando parte de sus recursos a formar nuevos coaches para que cumplan esta labor. Coaches que forman nuevos coaches: algo parecido al inicio de una plaga común.
Todavía no te lo he dicho, pero yo también soy coach. Y a pesar de todo lo que te acabo de contar, sigue sonando a ‘poco’, ¿verdad? Como si apareciera en una fiesta completamente desnuda y con una pulsera comprada en Aliexpress. Si ahora te digo que soy escritora, locutora, podcaster y coach de bienestar especializada en meditación guiada, es como enseñarte que me he puesto un vestido, unos Louboutin y esa tímida pulsera ahora ha cumplido su cometido proporcionándome un look joven, único y que está al día en las últimas tendencias.
Si los millennials y las redes sociales nos están enseñando algo, es que con poco presupuesto y algo de ingenio uno puede llegar a generar muchísimo más ruido en el mercado que alguien con toda una vida de formación académica, nos guste o no este concepto. Y son un 81% de ellos los que han expresado que tienen consciencia de los alcances del coaching (frente al 51% de generaciones de mayor edad) y un 47% ha reconocido tener relaciones con coaches, según ICF y su Estudio Global de Concientización del Consumidor 2022. Quizá no es una locura escuchar a estas nuevas voces y aceptar que esta profesión conecta más con ellos que otras formas de desarrollo personal.
Hace poco tuve que hacer un research para una presentación de una empresa, ¿y sabes qué fue lo que más me impactó? Que el wellness coaching, —especialización aplicada al bienestar— es la segunda tendencia mundial más requerida. Y yo con estos pelos.
El impacto que está teniendo el sector del coaching en las empresas es indudable. Créeme, mi pareja se dedica a recursos humanos y puedo decirte con total certeza que es así. Pero es imprescindible ponerle un apellido a la profesión si quieres optar por un reconocimiento más allá del habitual, porque será ese apellido el que te haga pasar de la visión del coach como un profesional más de la plaga común, a destacar en el mundillo con tu trending job, incluso si lo has comprado en Aliexpress.
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