¿Cómo sería un director de Recursos Humanos estoico? Viviría con serenidad la incertidumbre, y la transmitiría a su equipo, lo que revertiría en un ambiente con el estrés justo para ser creativos y afrontar la adversidad o la bonanza con equilibrio.
Como el estoicismo ya es casi trending topic, solo unas pinceladas antes de seguir con la respuesta a esta pregunta. La aceptación de lo que no se puede cambiar, la búsqueda de la virtud y la construcción de una mentalidad resistente ante las adversidades son las claves que hoy la hacen tan atractiva.
Epicteto, Séneca y Marco Aurelio son los principales influencers del movimiento estoico, de los que un Director de Recursos Humanos puede aprender muchísimo, pero sobre todo a poder dormir por las noches. Sabe que la incertidumbre es el estado natural de la vida, pero vive desde la serenidad porque sabe dónde llevar su atención.
Sabe que todo es pasajero, por lo tanto, conoce bien en qué cosas ha de fijarse y, lo que es igual de importante: cuáles debe desatender. A su vez, sabe transmitir este espíritu a su equipo, para que centre la atención, en lo verdaderamente relevante.
Y ahora sí, ¿cómo podemos aplicar el estoicismo en el ámbito de Recursos Humanos?
Aceptación de la realidad. La filosofía estoica enseña la importancia de aceptar la realidad tal como es. En Recursos Humanos, esto significa aceptar que a veces hay factores que están fuera de nuestro control, como los cambios en la economía o las regulaciones gubernamentales. Al aceptar estos factores, podemos concentrarnos en lo que sí podemos controlar y tomar medidas para mejorar la situación de nuestras empresas y organizaciones.
Enfoque en la virtud. El estoicismo enfatiza la importancia de la virtud, que incluye la justicia, la honestidad y la compasión. En Recursos Humanos, esto significa centrarse en tratar a los empleados de manera justa y equitativa, así como en la creación de un ambiente de trabajo saludable y positivo, además de motivador.
Desarrollo de la mentalidad resistente. El estoicismo enseña la importancia de desarrollar una mentalidad resistente ante las adversidades. En Recursos Humanos, esto puede significar ayudar a los empleados a desarrollar habilidades para manejar el estrés y la presión, y crear un ambiente de trabajo que fomente la resiliencia y la fortaleza mental.
Enfoque en el presente. El estoicismo enseña la importancia de centrarse en el presente y no preocuparse demasiado por el futuro o el pasado. En Recursos Humanos, esto puede significar enfocarse en las necesidades actuales de los empleados y de la organización, en lugar de preocuparse excesivamente por el futuro.
Estoicismo, un mapa para la gestión de personas
En síntesis, la filosofía estoica puede ser una guía valiosa para la gestión de Recursos Humanos, ya que puede ayudar a los líderes a mantener la calma y la perspectiva en situaciones desafiantes, y a centrarse en lo que realmente importa: las personas.
Si en el siglo XXI todavía volvemos los ojos al estoicismo es por distintos motivos. Pero si tuviese que destacar solo dos, diría que es una filosofía sencilla de entender y que busca la acción constante. De hecho, en la transformación cultural que demandan las organizaciones para adaptarse a los nuevos contextos, el estoicismo puede jugar un papel fundamental.
Hemos de comprender que los pensadores estoicos vivieron en entornos con muchas similitudes en cuanto a la situación social, económica y política que vivimos en nuestros días.
Vivieron una pandemia (y post-pandemia), guerras, crisis económicas… y salieron de ellas. A veces pienso que ellos vieron ya la película, y por eso conocen el final… Y ese final está desvelado en su pensamiento.
Por ese motivo entrenarnos como profesionales en el estoicismo organizacional, aplicado al mundo profesional, puede ser una herramienta que nos ayude a adaptarnos al actual momento con una clara ventaja competitiva: contar con los elementos necesarios para bajar la cabeza y atender a las cosas importantes, relativizando las que aparentemente más urgen, pero, en realidad carecen de impacto.
Como hoy estamos viendo, el estoicismo está presente en las organizaciones más fuertes, así como en muchos de los programas de coaching, de recursos humanos, de entrenamiento de alto rendimiento… sin ser conscientes de que las raíces de sus metodologías nacen en esta filosofía.
Como me gusta decir en mis conferencias, los desafíos de la empresa del siglo XXI plantean preguntas que llevan respondidas más de 2000 años.
Si grandes multinacionales en Estados Unidos están incorporando filósofos a sus consejos de administración es porque en tiempos de incertidumbre, es necesario cuestionarse. Es necesario contar con personas que actúen como una chinita en el zapato. Que nos vuelvan los ojos a lo verdaderamente importante en la empresa, a lo que verdaderamente impacta en la cuenta de resultados, que nos cuestionen el origen de las decisiones.
Al fin y al cabo, ser estoico consiste en aplicar la sabiduría para aprender cada día más, para preguntarse qué se hizo mal, qué se podía haber hecho mejor y qué acciones se harán para lograrlo.
No hablamos de ninguna novedad. El pensamiento estoico no lo es. Lo que sí es nuevo es que, por una vez, el ser humano aproveche todo lo que ya sabe. Lo ponga a trabajar y deje de inventar la rueda una y otra vez.
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