El final de 2022 y este comienzo de año ha estado protagonizado -en el mercado directivo- por la salida de varios CEO´s de importantes y reconocidas multinacionales y grandes empresas. Renuncias como las del director ejecutivo de Cellnex, o del de Vodafone, o la salida del CEO de la farmacéutica Almirall, por ejemplo.
También, en el último año, hemos sido testigos de fenómenos como “la gran dimisión” y la llamada renuncia silenciosa, que se producían a medida que, trabajadores/as, managers y directivos/as reevaluaban el impacto del trabajo y lo que quieren obtener de sus vidas, el llamado propósito que comienza a ser factor crucial en el engagement de los empleados/as a raíz de la pandemia.
Estos dos últimos años de incertidumbre han puesto a prueba la capacidad de las empresas para proteger y respaldar el bienestar de sus empleados/as y ejecutivos/as, y tras situaciones difíciles y sacrificio personal, líderes y trabajadores/as acusan el cansancio físico y psicológico que ha supuesto hacer frente a esta época.
Según el III Barómetro LHH Executive sobre Liderazgo Directivo en España 7 de cada 10 directivos y directivas de nuestro país declaran que su empresa no lleva a cabo ninguna iniciativa para prevenir los problemas de salud mental de sus equipos. Y desde empresas, sociedad y ámbito sanitario no para de destacarse que en los últimos años se han disparado los problemas de salud psicológica y estrés de la población -también dentro del ámbito laboral con fenómenos como el llamado burnout, el síndrome del trabajador burbuja, los problemas derivados de la no desconexión digital, el estrés, y un largo etcétera-.
Estos datos deberían poner en alerta a las empresas y llevarlas a cambiar sus propuestas cuando quieren rodearse del mejor talento: ofrecer carreras atractivas, la flexibilidad de un modelo de trabajo híbrido, así como un entorno laboral y una cultura de la organización atractivos. Ofrecer a las personas un trabajo con el que se sientan realizadas, oportunidades continuas para crecer y aprender, flexibilidad y lugares de trabajo diversos y orientados a los valores… Todo ello es esencial en este 2023 que arranca.
Trabajar la confianza de los equipos con los/as managers también es fundamental para mejorar el engagement, la eficiencia, la productividad y la salud mental de los empleados/as. Desde LHH Executive creemos firmemente en el concepto de `Psychological Safety´ que fomenta este tipo de contextos y de comunicación. En ellos las personas solo se preocupan por dar su mejor versión porque el entorno les es favorable al estar en un ambiente de confianza y seguridad donde se permite el error. Si hay algún desacuerdo, diferencia de opinión o dificultad, van a poder transmitirlo sin ser juzgados recibiendo la ayuda necesaria. Ofrecer un entorno donde la plantilla pueda crecer, desarrollarse, se sienta escuchada, sea partícipe, y tenga éxito en su puesto de trabajo es también nuestra responsabilidad como empresa.
Otro de los grandes retos de este nuevo año es seguir fomentado la formación de todos los equipos, con la atracción, retención, y fidelización del talento. La aceleración de la transformación digital está conduciendo a una mayor automatización del ámbito laboral que traerá la creación y reinvención de los puestos de trabajo que conocemos hoy en día. Las personas compartiremos cada vez más nuestras tareas con máquinas y robots inteligentes, y esto tiene enormes implicaciones para las habilidades y el talento que las compañías necesitarán en el futuro. Esto hace necesaria la reconversión y mejora de las cualificaciones de un gran número de profesionales en nuestras empresas (todos hemos oído hablar mucho del upskilling y reskilling), así como la contratación de nuevo talento con las cualificaciones necesarias para el futuro.
Por un lado, las organizaciones deben hacer frente a la enorme brecha de competencias que existe en áreas como el Big Data, la IA y similares, asegurándose que están creando la mano de obra experta en datos y tecnología necesarias para tener éxito en el futuro. Por otro lado, a medida que la tecnología crea nuevos empleos, las empresas deben volver a formar a su personal con las habilidades necesarias para trabajar junto a máquinas inteligentes y desarrollar sus habilidades personales y únicas -que nunca podrá desarrollar un robot-: creatividad, pensamiento crítico, comunicación interpersonal, empatía, liderazgo y la aplicación de cualidades «humanas» como el cuidado y la empatía. Todas ellas son claves en 2023.
Hemos cambiado nuestra forma de trabajar y empresas y empleados/as se han adaptado y siguen abordando profundas transformaciones. No hay que dar pasos atrás. Los nuevos modelos de trabajo, la transformación digital y otros muchos desafíos exigen contar con líderes que refuercen el cuidado de todas las personas y que pongan el foco de su función en sus equipos.