Cuando observamos el comportamiento animal se produce una clara interacción entre su organismo y el medio en el que se desenvuelve. Sus actos son mayoritariamente automáticos, puesto que se heredan genéticamente y responden a la aparición de diferentes amenazas.
Precisamente, hace unos días vi un documental sobre el saltamontes pigmeo de Japón, insecto que posee una forma curiosa de reaccionar ante una amenaza vital. Al sentirse en peligro, el saltamontes pigmeo se hace el muerto, extendiendo sus patas en todas direcciones. Las ranas son su mayor depredador y, a diferencia de aquellos otros depredadores que evitan presas muertas, ellas se comerán los saltamontes sin importar su estado.
A diferencia del mundo animal, la conducta humana posee espontaneidad, nuestros actos son fundamentalmente voluntarios y responden a estímulos de forma intencional.
Dejando para el final la conclusión que pude sacar al analizar el comportamiento de nuestro “amigo” el saltamontes pigmeo, cuando comenzamos un nuevo año nos hacemos la misma pregunta: ¿Cómo deberíamos actuar en 2023 ante el panorama que se presenta?
Partiendo de un 2020 perdido, un 2021 incierto y prudente y un 2022 que ha sido algo mejor de lo previsto, probablemente porque el fin de gran parte de las restricciones tras la pandemia haya pesado más que las dificultades económicas generadas, entre otras razones por la guerra en Ucrania, para este 2023 las previsiones económicas que nos presentan los economistas, las entidades bancarias o los organismos internacionales parece que no invitan a una gran euforia. Todos han ido revisando a la baja sus previsiones y únicamente el Gobierno, como refleja en sus Presupuestos, estima que el 2023 será un año de cierta bonanza económica.
Los principales factores del debilitamiento son la inflación y la subida de los tipos de interés, lo que ha provocado una pérdida de poder adquisitivo de los hogares. La inflación se ha convertido en el objetivo contra el que luchar desde los gobiernos y las principales instituciones económicas, si bien no se atisba un cambio de tendencia cercano en el tiempo. Otros factores que nos afectarán en diversa medida serán la renovación del modelo energético, el cambio climático, el impacto tecnológico, el desempleo, la desigualdad, el envejecimiento de la población o el Brexit, entre otras variables. Peroa pesar de todo ello no se cree que lleguemos a una recesión pero sí a un frenazo en el crecimiento económico y, por tanto, a un año algo más débil que el anterior.
Si en el primer editorial de 2022 afirmaba que ante este panorama de transformación total estábamos ante un punto de inflexión, este año, aún con más argumentos, debemos seguir trabajando en las claves que nos han situado en estos últimos años como el medio de comunicación referente en los recursos humanos: alto volumen de contenidos propios, apuesta firme por la información multimedia, eventos innovadores de altísimo nivel y todo ello con un mayor afán de superación y mejora constante.
Por fin este año volveremos a reunirnos en todos los foros de encuentro que convoca anualmente el periódico, algunos tan consolidados como el “HR Innovation Summit”, “Tech&People”, “SBC Forum” o el “Congreso de Compensacion”, reconoceremos la labor de profesionales y empresas del sector de personas en galardones como “Los + Influyentes de RRHH”, el “Premio Literario RRHHDigital”, los “Premios a los CEOs del Año”, los “Premios de Compensación”, los “Premios Salud y Empresa” y, por supuesto, durante los 365 días del año nos seguiremos encontrando con toda la actualidad del sector a través de diversas y modernas propuestas de contenido, para disfrute de una audiencia siempre fiel que crece cada año y a la que continuaremos sorprendiendo de acuerdo con la actualidad más destacada.
Seamos valientes y no nos detengamos por las amenazas externas que nos rodean. Esa misma capacidad de adaptación fue la que desarrolló nuestro referido saltamontes pigmeo. Al hacerse el muerto y extender completamente sus patas, su cuerpo se vuelve tan rígido que hace imposible que la rana depredadora se trague al indefenso saltamontes. Frente al resto de animales que utilizan esta técnica simplemente como una “última oportunidad”, este insecto ha pasado de la inacción a la estrategia para garantizar su supervivencia de una forma muy astuta.
Superemos esos sentimientos de miedo propios de nuestro tiempo y pasemos a la acción afrontando con inteligencia lo que nos depare el año que acabamos de empezar. ¡Feliz 2023!
Cargando ...
