Para construir mejores alumnos debemos construir mejores escuelas y mejores formas de enseñar. Durante cientos de años, las aulas han permanecido inalteradas y en las últimas décadas se ha producido una explosión de conocimientos sobre cómo, cuándo y dónde aprenden mejor los alumnos. Sin embargo, el diseño físico de las escuelas refleja modelos anticuados de enseñanza y aprendizaje.
La disposición tradicional del aula promueve un modelo centrado en el profesor, y los estudios han demostrado que los modelos de aprendizaje centrados en el profesor son menos eficaces que el aprendizaje basado en proyectos. Esto supone que los estudiantes desempeñen un papel activo y colaboren mientras trabajan para resolver un problema con implicaciones en el mundo real.
Teniendo en cuenta esto, podemos suponer que, para impulsar el aprendizaje, necesitamos crear un sistema educativo que sea inmersivo y experiencial.
Para mí, la clave para que esto ocurra está en la tecnología. Cuando pienso en el aula del futuro, es aquella en la que los alumnos se sumergen en lo que están aprendiendo. En lugar de poner un vídeo sobre la Prehistoria, me imagino a los profesores utilizando gafas de realidad virtual para transportar a los alumnos a este periodo de tiempo, dejando que los estudiantes interactúen entre sí en este nuevo entorno y experimenten lo que se habría sentido al vivir en este periodo.
También considero que la tecnología es la clave para romper las barreras. Tomemos el Metaverso como ejemplo: cuando construyamos aulas en el Metaverso, estudiantes de diferentes países podrán asistir a una lección en el mismo aula, rompiendo todas las barreras geográficas y dando a estos niños acceso a los mejores educadores.
Por otro lado, el santo grial de la educación también está en cómo combinar el acceso y la personalización. Cuando se trata de educación, no hay un enfoque único para todos, ya que cada niño aprende de una manera diferente y necesita elementos específicos para poder desarrollar todo su potencial. Esto es especialmente importante para los niños con problemas de aprendizaje. La personalización garantiza que los niños tengan acceso a lecciones impartidas de una manera que se adapte a ellos. Por ejemplo, las gafas de Realidad Virtual pueden utilizarse para aumentar la concentración, haciendo que la experiencia de aprendizaje sea más eficaz. Esto podría beneficiar especialmente a los niños con TDAH. Mientras que a los niños con dislexia podría resultarles beneficioso aprender de situaciones de la vida real (por ejemplo, aprender matemáticas cambiando dinero en un supermercado simulado) en lugar de hacerlo a través de los libros. El uso de un avatar podría ayudar a algunos niños a superar su timidez y tener más confianza en sí mismos. Al final, el Metaverso va a ser el que cambie realmente las reglas del juego.
Sabemos que en España, el 55% de los padres está a favor de la Inteligencia Artificial, así que ¿por qué solo el 23% de los colegios la utiliza? También sabemos que los niños están creciendo en una generación que da prioridad a lo digital, por lo que tenemos que adaptarnos para liberar todo su potencial, y aquí es donde las escuelas y los gobiernos tienen que trabajar juntos. Esto no solo preparará a los niños para que desarrollen todo su potencial académico, sino que también los preparará para su futuro profesional.