El mercado laboral se viene transformando… Automatización, digitalización, sostenibilidad, conciencia en el cuidado del medio ambiente, diversidad, equidad, facilidades para trabajar en forma remota e híbrida. La era digital propone nuevos desafíos a empresas y colaboradores.
Según un relevamiento de Mercer, en Latinoamérica el 56% del personal espera espacios de actualización en su lugar de trabajo, que se le proporcionen conocimientos adecuados para desarrollarse. Si, tal como lo enuncia el reporte, se estima que uno de cada cinco puestos de trabajo desaparecerá en el futuro cercano, producto del rediseño de roles, la capacitación para mejorar o incluso adquirir nuevas habilidades es clave.
El Foro Económico Mundial asegura que a nivel global el 50% de los trabajadores deberá reciclarse y aprender nuevas habilidades de aquí al 2025: pensamiento analítico e innovación, resolución de problemas complejos, creatividad e iniciativa, liderazgo, diseño y programación de tecnología, tolerancia al estrés y flexibilidad.
En este contexto, cobran especial relevancia dos tendencias de aprendizaje continuo en las organizaciones: Upskilling y Reskilling.
El Upskilling o “perfeccionamiento” consiste en la adquisición de todas aquellas competencias específicas que pueden ayudar a los colaboradores a desempeñarse mejor en su rol. Es decir, produce un crecimiento profesional que conduce tanto a mejorar su desempeño como a allanar sus oportunidades de promoción interna. Así, mediante las acciones de Upskilling, los talentos no solo mejoran su rendimiento, sino que adquieren una importancia estratégica en la organización, que buscará retenerlos.
Aunque el perfeccionamiento es siempre valorado en el ámbito laboral, en determinadas ocasiones no será suficiente con mejorar las habilidades, requiriendo por parte del colaborador, que se recicle profesionalmente. Precisamente de ello se trata el Reskilling o la “recapacitación”: tomar conciencia de que, la receta para el éxito que se había implementado hasta el momento, necesita de nuevos ingredientes. En otras palabras, consiste en incorporar habilidades, competencias y capacidades para otro puesto laboral en un contexto cambiante. En este sentido, constituye una estrategia inteligente para aquellos talentos que desean mantenerse vigentes.
Aunque en ocasiones se utilizan indistintamente, el Upskilling y el Reskilling no son lo mismo. Mientras que el primero consiste en mejorar las habilidades y los conocimientos de un talento para ayudarlo a progresar en su rol, el Reskilling alude a su entrenamiento para una posición completamente distinta dentro de la misma organización.
Resumiendo, el Reskilling es la capacitación de un profesional para que desarrolle una tarea para la cual posee competencias blandas, pero no técnicas. En estos casos, el colaborador tendra que aprender habilidades duras para desarrollar su nuevo puesto. Y en contraposición, el Upskilling implica reforzar las competencias blandas de modo de prepararse para adquirir mayores responsabilidades. Es decir, en este último caso, el profesional ya dispone de las competencias técnicas necesarias para el puesto.
Los beneficios del Upskilling y el Reskilling, tanto para los colaboradores como para las organizaciones son:
1. Ampliar las oportunidades de crecimiento. Al promover espacios de aprendizaje que redundan en su desarrollo profesional, los trabajadores saben que la compañía se preocupa por ellos, impactando positivamente en su nivel de satisfacción laboral.
2. Mejorar la competitividad de la empresa. Empleados felices, trabajan mejor. Al estar más satisfechos, los colaboradores tienen un mayor desempeño, se logran mejores resultados y, en consecuencia, crece la rentabilidad de la organización.
3. Retención del talento. Al contar con oportunidades reales de mejora y, como resultado de ello, de crecimiento salarial, los colaboradores son menos propensos a irse.
4. Sostenibilidad de la empresa. Las acciones de Upskilling y Reskilling se convierten en una garantía de futuro para la organización, amplificando su capacidad de adaptación en un escenario cambiante.
Es importante tener presente que estas iniciativas no deben reducir la productividad de los colaboradores, y tampoco restarles tiempo de su vida privada. Lo ideal es que se implementen dentro de la jornada laboral. A través de esas capacitaciones, las organizaciones pueden beneficiarse de un colaborador dispuesto a dar la milla extra y aprender. Se impulsa la formación de colaboradores de la empresa para ocupar posiciones que, de lo contrario, habría que salir a buscar afuera. Es una forma de promover a quienes ya forman parte de la organización.
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