Sería maravilloso despertar por la mañana y disponerse a ir a un trabajo que te apasiona, donde te diviertes y sientes que, gracias a lo que haces cada día, dejas un legado, tu impronta y/o una bella huella en la sociedad. Sentirte afortunado/a porque elegiste ese tipo de trabajo que te gusta tanto, que sientes que no estás trabajando ningún día de tu vida.
Pues este sueño es el que persiguen o perseguimos muchos durante nuestra carrera profesional y por el que, en ocasiones, nos toca “remar contracorriente” y ser juzgados por aquellos que están en un trabajo que no desean y al que se enfrentan desde una actitud negativa, cargada de frustración y hastío. Son los mismos que te juzgan porque cambias de proyecto laboral, porque quizás antepones la propuesta de la compañía y lo que te puede aportar al salario o tienes comportamientos que te permiten conciliar tu vida laboral con tu vida personal. Son los que dicen frases del tipo: “Eso no es mi trabajo”, “Siempre lo hemos hecho así”, o el clásico “No me pagan para eso”… y te observan desde su silla mientras tú, sonriendo, apoyas a tus compañeros/as, compartes tus experiencias, ideas y conocimiento y siempre das un poquito más de ti cada día. ¿Y por qué debes pedir perdón por perseguir tu sueño? ¿Y por qué debes cargarte con la culpa de querer trabajar con un propósito claro? Si tengo que pertenecer a un equipo, por favor, incorporarme en las filas de los sonrientes, soñadores y montemos nuestra resistencia.
Ser parte de este colectivo de insurrectos nos posiciona en una de las estrategias que actualmente son tendencia en el área de Recursos Humanos y consiste en tener un propósito empresarial claro, sostenible y sobre todo, atractivo para el Mercado. Además, aceleraremos nuestra estrategia de fidelización de candidatos/as y empleados/as si nuestro propósito empresarial coincide y está alineado con el de las personas que queremos que se incorporen y desarrollen en nuestra compañía.
Si queremos ser ambiciosos y competitivos en nuestra estrategia de branding debemos atender a dos planos de análisis; por un lado, cuestionarnos ¿qué desean los/las empleados/as fieles? y por otro, y como resultado de la cuestión anterior, ¿cuál debería ser nuestra oferta hacia el exterior? Como base, los fieles apuestan por una empresa que transmite la información clave de forma sistemática y transparente; lo que nos exige ser una compañía que comunica constantemente con un plan de comunicación interno detrás organizado, con mensajes claros, utilizando canales de fácil acceso para nuestros/as empleados/as, que nos permita positivizar los entornos de los receptores del mensaje y en el que todos los flujos de información estén en constante movimiento e interacción. Puestos a pedir, un fiel quiere que su salario sea justo y competitivo sumado a poder estar en un proyecto donde se propicie y facilite la conciliación. El reto, entonces, para nuestras empresas será velar por la equidad tanto interna como externa y el cuidado e impulso de planes que ayuden a equilibrar la faceta personal con la profesional. Y para conseguir el mejor de los proyectos nuestro querido/a fiel aspira a dejarse llevar por una compañía que tenga una misión y un propósito. Identificaréis rápidamente este tipo de empresas porque son aquellas en las que sus empleados/as sienten que sus funciones diarias tienen una meta clara y su trabajo tiene y aporta un valor. Quizá esto de “trabajar con y por propósito” sea lo que más afinidad provoque con nuestra gente, lo que más fortalezca nuestro vínculo y, sin duda, la chispa que active nuestro “orgullazo” de pertenencia.
Las claves que nos llevarán hacia la fidelización del talento
De la alineación cultural que tenga el empleado de la empresa va a depender el grado de afinidad que va a tener con el propósito de la empresa. Y gracias a esta interrelación por la que fortalecemos el alineamiento de nuestros/as empleados/as conseguiremos influir en su nivel de bienestar, siempre que lo acompañemos de políticas de conciliación, compensación y equidad.
A veces pecamos de hacer de menos aquellos jóvenes que no aceptan un trabajo que no está alineado con su propósito, llegando al extremo les tacharlos de “sobrados/as”, “inexpertos” o “descerebrados”; pero… ¿y si te rompo el paradigma y te digo que quizás sepan más de la vida que tú que no trabajas alineado con la cultura de tu empresa?
Ser egoísta con uno mismo es ese traje que le gusta a todo el mundo pero que nadie se atreve a ponerse porque teme que le tachen de atrevido/a. ¡Qué pena! Porque el egoísmo positivo debería estar de moda.
Que lo que piensas y sientes esté en concordancia con lo que haces tiene un efecto tan fuerte que no creo que sea solo un asunto generacional, de hecho, debería ser el aspiracional de todo mortal trabajador/a. Lo que si os compro es que venimos de una generación que orientaba toda su vida a conseguir un trabajo para toda la vida, en un entorno en el que socialmente no estaba aceptado cambiar de trabajo porque “algo malo habrías hecho para no seguir” y en el que tus días se sucedían, en algunas ocasiones, en un trabajo gris del que deseabas escapar. Por favor, no seáis esa empresa gris y sumaros al movimiento de afianzar vuestro propósito atendiendo a las claves: Comunicación Permanente, Equidad y Conciliación y Propósito. Reaccionemos como empresas, pues ya que algunos/as transgresores/as dicen que no hay escasez de talento sino escasez de empresas que lo merezcan. Y me resisto a esta visión tan negativa, pero si tomé consciencia de que las personas no renuncian a sus trabajos, renuncian a las relaciones tóxicas, la falta de flexibilidad, la ausencia de reconocimiento y falta d sentido y propósito en lo que hacen.
Como espero que ya seáis parte de nuestro movimiento te dejo las frases que debes interiorizar para trabajar, cada día con propósito:
- SOY DUEÑO/A DE MI DÍA: “El día perfecto es en el que te vas a la cama con un sueño y te despiertas con un propósito”.
- VUELVETE LOCO/A Y CUESTIONATE HASTA A TI MISMO/A : “Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana”.
- PONTE LOS PREJUICIOS DE PEINETA: Llegaste a este mundo a cumplir un propósito indelegable. No inviertas toda tu vida contribuyendo con los propósitos de los demás”.
- NO ERES UN YOGURT CON FECHA DE CADUCIDAD: “Nunca es tarde para ser la persona que deseas ser”.
- LLEGA FRESCO/A PARA HACER UNA MILLA MÁS: “El compromiso del empleado/a se mide en la voluntad del colaborado/a de hacer un esfuerzo discrecional, de ir más allá y atravesar la delgada línea de lo que le corresponde hacer”.
- COHERENCIA POWER: “El Liderazgo personal es el proceso que consiste en mantener la perspectiva y los valores ante uno mismo y llevar una vida acorde con ellos”.
- EL SUPERPODER DEL APRENDIZAJE CONTINUO: “Lo que obtienes al alcanzar tus metas no es tan importante cómo en lo que te conviertes”.
Todos/as hemos compartido múltiples publicaciones sobre la Gran Dimisión que se produjo en las empresas estadounidenses o la denominada Gran Renuncia que ya se produce en España, y no se debe a nada más que al movimiento soñador de aquellos que no encuentran un propósito en su trabajo diario y deciden rebelarse en forma de baja voluntaria. Asumamos nuestra responsabilidad, no la deleguemos en otros y construyamos el propósito que queremos transmitir a nuestros empleados/as y compartir con la sociedad.
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