El COVID-19 ha cambiado el mundo al que estábamos acostumbrados. En el ámbito personal pero también en los entornos de trabajo. Las oficinas han dejado de ser lo que eran y en muchas ocasiones escuchamos preguntas del tipo “¿cómo trabaja tu equipo? ¿en casa, en la oficina, de manera híbrida?”
Pero el desafío real al que se enfrentan muchas organizaciones, aunque no salte a la vista aún, es “¿dónde puedo conseguir profesionales que quieran trabajar?”. Y esto es un reto disruptivo que puede transformar el negocio de miles de empresas.
Por un lado, tenemos a los nacidos en los 50 y 60 que están ya jubilándose o pensando en ello y, por otro, a los más jóvenes que no están dispuestos a trabajar de la manera tradicional. A esto se une el hecho de que la baja natalidad de los últimos años ha reducido la población activa. Las empresas están teniendo verdaderos problemas para cubrir puestos de responsabilidad con profesionales con conocimientos, lo que ha creado una guerra del talento en muchas industrias.
Por ello, las empresas deben buscar cómo resolver el problema de “que salga el trabajo”, es decir, de seguir operando. En lugar de emplear esfuerzos en buscar, atraer y retener profesionales en un mercado muy escaso, tal vez la opción se encuentre en utilizar la tecnología de forma más eficiente. Por ejemplo, mediante la hiperautomatización. Cientos de miles de procesos básicos podrían automatizarse para que los profesionales se centraran solamente en labores de calidad y de alto rendimiento.
Según Gartner, la hiperautomatización permite a las empresas identificar y automatizar la mayoría de los procesos posibles mediante el uso de tecnologías como RPA (automatización robótica de procesos), LCAP (plataformas de aplicaciones con low-code) o IA (inteligencia artificial). El concepto puede aplicarse a diferentes procesos de negocio y en diferentes industrias.
Algunos ejemplos en los que la hiperautomatización ha permitido a las organizaciones que la aplican seguir con su negocio son:
- Procesos de gestión de registros: todas las organizaciones cuentan con procesos de registro que definen de alguna manera cómo se almacena la información en distintos sistemas. La gestión de registros mediante tecnologías de hiperautomatización facilita una intervención mínima, elimina incoherencias, permite la extracción de datos clave desde diferentes canales, categoriza los datos y abre automáticamente cualquier aplicación según las rutinas del flujo de trabajo sin necesidad de intervención humana.
- Trazabilidad de datos para realizar auditorías: la hiperautomatización facilita acatar la legislación y validar procedimientos, sobre todo en industrias muy reguladas en las que se realizan inspecciones frecuentes, en las que se precisan pruebas periciales o en las que se manejan entornos auditables de vídeo, audio o imágenes y en las que es necesario cumplir con las normas de protección de datos.
En definitiva, estamos viviendo un momento de cambio pero con una realidad palpable: el talento es escaso, por lo que hay que crear entornos de trabajo innovadores para atraer a las mentes más brillantes y dejar las tareas rutinarias en manos de la tecnología.
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