12 de noviembre de 2024
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La práctica del speaking o cómo el aprendizaje del inglés ayuda a mejorar y demostrar otras competencias profesionales

La práctica del speaking o cómo el aprendizaje del inglés ayuda a mejorar y demostrar otras competencias profesionales

Una de las competencias fundamentales para cualquier profesional a día de hoy es el dominio del inglés, que sigue encabezando el ranking de los idiomas más demandados en el ámbito laboral. Sin embargo, muchos no saben que aprender inglés con un determinado enfoque comunicativo nos permite además mejorar numerosas competencias que usamos en otros ámbitos de nuestro entorno laboral y que son muy valoradas por las empresas a la hora de seleccionar empleados: la estructuración de ideas para formar argumentos claros, la capacidad de interactuar en una variedad de contextos y una visión de la comunicación en el trabajo en equipo, por ejemplo. 

El Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas establece una serie de competencias comunicativas que aumentan en complejidad a medida que se avanza de nivel. En un nivel muy demandado en el entorno laboral, el C1, esas competencias son similares casi en su totalidad a la descripción de las soft skills, los rasgos y cualidades fundamentales para los profesionales del sector de los Recursos Humanos en la búsqueda de talento. Por esta razón, en la mayoría de casos, un candidato con nivel alto de inglés será capaz de escoger el tono pertinente en diferentes situaciones, ya sea formal, en un entorno laboral de equipo o, incluso, en situaciones conflictivas.

Reforzar nuestras habilidades orales en inglés (u otros idiomas) ofrece una serie de ventajas, no exclusivas para quienes las adquieren. En el caso de los profesionales de selección de talento, la detección de un nivel alto de speaking es una señal positiva de las habilidades relacionales de un candidato. Los candidatos con un nivel alto de inglés cuentan con el potencial de ser rápidamente operativos y exitosos trabajando y comunicando en equipo. Por lo general, tienen una mayor sensibilidad cultural y una demostrada constancia, vitales hoy día en las empresas.

Para todos aquellos que están buscando empleo y que han estado mejorando su inglés, es importante que destaquen todas aquellas capacidades que han adquirido en sus pruebas de speaking, como la capacidad de resumir ideas de forma clara y concisa o hablar en público con naturalidad sin importar el idioma. Ante una entrevista de trabajo, no hay nada mejor que recordar los trucos empleados durante un examen oral de inglés.

Mediación y otras capacidades necesarias para comunicarse en inglés

Para entender cómo se llegaron a estas conclusiones, hay que remontarse unas décadas atrás, cuando Gillian Brown y George Yule construyeron los cimientos de la clasificación de las funciones del lenguaje oral con su libro “Análisis del Discurso” en 1983. Más tarde, Brown y Yule hicieron una útil distinción entre estas funciones en los años 90, clasificándolas en interacción, transacción y actuación.

 

La interacción es lo comúnmente conocido como conversación, cuya función es principalmente social y refleja la identidad del hablante, independientemente del tono de la misma. Por su parte, la transacción tiene un finalidad de negociación y consecución de acuerdos. Y la función de actuación concentra su enfoque tanto en el mensaje como en su audiencia, estableciendo que la manera con la que se comunica el mensaje ha de ser precisa, incluso en forma de monólogo. 

Por último, a la hora de hablar de la importancia de mejorar nuestras habilidades en otros idiomas, hay un concepto que está cobrando mucha fuerza recientemente: la mediación. De hecho, en el borrador del LOMLOE (Ley Orgánica de Modificación de la LOE) es un elemento a enseñar y medir en clases de lengua extranjera. Para que pueda entenderse claramente, la mediación se define como la actividad del lenguaje consistente en reformular, de manera oral o escrita, un texto con el propósito de posibilitar la comprensión mutua de otras personas. La mediación, como la propia palabra sugiere, implica que el hablante está “en el medio”. No le concierne su propia expresión lingüística, sino que su papel consiste en crear el espacio y las condiciones adecuadas que permitan la comunicación o el aprendizaje, colaborando con sus interlocutores para construir significados. Se trata de un elemento presente de forma constante en nuestras vidas personales y profesionales, pero que debemos reforzar constantemente. Y está demostrado que las personas que cuentan con un alto nivel de inglés oral son mucho más hábiles en este campo que las personas que recurren a sus capacidades innatas para mediar.

¿Cómo podemos mejorar el dominio del speaking?

Planificar, ensayar y ejecutar. El desarrollo de cualquier habilidad comienza por esa base, incluso en el lenguaje oral. Debemos aprender cómo expresar las mismas ideas de manera formal o informal, suave o brusca, de manera directa o indirecta.

Hay ciertas habilidades que pueden mostrarse a través de las conversaciones en un segundo idioma, como la empatía o la inteligencia emocional. Estas capacidades sociales brotan en el entorno laboral cuando interactuamos en reuniones internacionales, durante un coffee-break, cenas o comidas de empresa y, en definitiva, en cualquier oportunidad de networking.

En la transacción, la capacidad de escucha y la manera de expresar el mensaje son fundamentales, no tanto el uso de un lenguaje formal. Ser consciente de los objetivos que se pretenden lograr, así como intentar expresarlos de manera asertiva será el reto. Mostrar disconformidad sin miedo, ofreciendo soluciones y alternativas al objeto de acuerdo o desacuerdo resulta muy eficaz en tareas de negociación, reuniones internas, gestión de proyectos, etc. 

Y la clave de la actuación está en ordenar las ideas y recordar solo los conceptos clave que se quieren transmitir, en vez de aprender un discurso de memoria. Esto lo dotará de naturalidad y cercanía en cualquier presentación, conferencia y reunión. Por ejemplo, gesticular, realizar movimientos con las manos que sean coherentes con el tono y la manera de hablar, además de dar guías visuales del significado del mensaje transmitido, facilita el entendimiento del discurso, aporta sensación de apertura al público y genera la deseada confianza. 

Además de la capacidad para transmitir un mensaje, un aspecto que suele preocupar cuando nos expresamos en una lengua no materna es la pronunciación. Olvidar el sentido del ridículo por un momento y dejar de lado la excesiva preocupación por pronunciar correctamente será clave a la hora de lograr una buena intervención. Lo más importante es ser genuinos y enfocarnos en comunicarnos de forma satisfactoria, sin preocuparnos por pequeños errores fonéticos o gramaticales que no afectan al entendimiento de lo que queremos transmitir.

En definitiva, toda esta serie de soft skills tan demandadas en el entorno profesional ya están debidamente analizadas y evaluadas en diversos procesos de certificación de idiomas, como el inglés. Aprender a comunicarnos en otro idioma, no solo conocer su vocabulario y sintaxis, siguiendo los principios de interacción, transacción y actuación, es una de las inversiones vitales más acertadas para cualquier trabajador, para cualquier responsable de RRHH e, incluso me atrevería a decir, para cualquier persona.

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