El concepto del liderazgo se ha convertido en la piedra filosofal de todo tipo de organizaciones desde milenios atrás. Aquel o aquella que tiene liderazgo tiene el poder. El poder de liderar a los suyos, el poder de defenderlos, de hacerlos crecer y de imprimir una huella en el mundo.
Todos quieren ser líderes, pero no muchos reconocen que necesitan ser liderados, y esto es porque en el fondo, el concepto liderazgo es un concepto mucho más abstracto de lo que muchos están dispuestos a aceptar. Hoy en día existen diversas visiones y maneras de entender este concepto.
La más común es el liderazgo como posición, es decir, cuando alguien asciende en una estructura social jerárquica y automáticamente asume el liderazgo de un grupo. Por ejemplo, el profesor en una clase, el director de una empresa, el presidente de una nación, o el jefe de la familia son quienes asumen el liderazgo como una posición.
Otra manera de entender el liderazgo es a través de la actitud. Esta forma de dirigir es un poco más nueva. El líder por actitud es aquella persona que se le reconoce como carismática y simpática. Su carácter y su visión hace que los suyos le sigan casi naturalmente porque creen en él o en ella. Este es el líder que dirige desde abajo, que no requiere una posición social o estructural, sino que simplemente por su forma de ser guía a los demás y los demás le siguen.
También podemos encontrar el liderazgo como don divino. Esta es la visión en donde el liderazgo es una especie de designio superior en la que «quien lo tiene, lo tiene y quien no, no» y no se puede hacer mucho al respecto. El liderazgo como don es una de las visiones menos empoderadoras porque si no lo tienes, prácticamente no hay nada que se pueda hacer.
Y por último existe el liderazgo como un juego de rol. Es la postura en la que el líder es el líder de forma circunstancial independientemente de sus habilidades, dones o actitudes. Simplemente está en esa posición por cualquier motivo, pero solo por un periodo determinado.
Ahora bien, existe una propuesta distinta, una perspectiva del liderazgo que es particularmente útil y empoderadora. Se trata del liderazgo como herramienta de transformación social. Cuando se ve el liderazgo a través de cualquiera de las definiciones anteriores, el liderazgo es algo que le ocurre a la persona, y que por motivos internos o externos tiene que y puede asumir para bien o para mal.
La perspectiva del liderazgo como herramienta de cambio, es un punto de vista que nos permite ver el arte de liderar a las personas como una herramienta, como si fuera un martillo o una caja de herramientas. ¿una herramienta para qué? Para lo que la use quien la tiene, idealmente una herramienta para el progreso y la innovación social.
Tomar el liderazgo como una herramienta es posible y es algo que cualquier persona puede hacer en prácticamente cualquier momento, siempre y cuando sepan cómo hacerlo. Para lograrlo, es necesario conocer a quien lideras, es decir, conocer a tu comunidad. Muchos se saltan esta parte, pero conocer sus miedos, sus ambiciones, sus pasiones y sus motivaciones es el primer paso que debes dar para usar el liderazgo como herramienta siempre.
Otra pieza clave de este tipo de liderazgo es que es necesario encontrar el paradigma en el que tu comunidad vive y el problema que enfrentan. Todos tienen creencias, tu comunidad tiene creencias, y estas creencias pueden ser falsas o verdaderas, pero en todo caso para liderar es necesario transformar, y ahora que conoces a quien lideras, es necesario que encuentres y comprendas el paradigma en el que viven para preguntarte si verdaderamente es la mejor forma de hacer las cosas.
Por otro lado, es necesario encontrar una forma de atravesar este problema. Esto es simplemente crear innovación, porque la innovación es la cualidad última del líder. Reconocer el paradigma en que viven las personas y crear un nuevo paradigma es la acción misma del liderazgo como herramienta.
Y por último generar una comunicación eficientemente, porque de nada te sirve tener un plan para tu tribu si no eres claro al comunicar este plan y mostrarle que es un buen plan. Puedes ser o no ser el líder, pero sin importar la situación jerárquica que te encuentres, sin importar tus habilidades sociales o de persuasión, si ves el liderazgo desde una perspectiva estratégica siempre puedes tomarlo como una herramienta para llevar a los tuyos a un lugar mejor.
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