El bienestar de tus trabajadores, el futuro de tu empresa

Que bien se está, cuando se está bien. ¿Verdad? Seguro que Richard Branson está de acuerdo con esta frase. El líder de Virgin Group lleva años diciendo que “Los clientes no son lo primero. Lo primero son los empleados. Si cuidas de tus empleados, ellos cuidarán de tus clientes”.

Hemos tardado en comprender que los empleados constituyen el pilar primordial de nuestras empresas. Pero, está comprobado que el bienestar tiene un fuerte poder de atracción en las empresas. El llamado wellbeing corporativo no solo ayuda a que los colaboradores trabajen más, sino también mejor, y más a gusto.

En este sentido, es importante que las empresas reflexionen acerca de este hecho: nadie recuerda las empresas con las que trabaja por su producto, sino por su trato. Cada vez es más evidente la importancia de garantizar un entorno seguro, que ponga facilidades a los profesionales, y que no exija, sin antes, ofrecer. 

Estudios como el realizado por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud, titulado: La estimación del coste del estrés, y prevención de riesgos psicosociales. Describen que invertir en el bienestar y la prevención de problemas psicosociales puede llegar a obtener un ROI de hasta 13,6 € por euro invertido. Los números no mienten, y aunque algunos aún crean que eso no va con su empresa, hoy en día, es fundamental tener en cuenta el bienestar laboral. 

El wellbeing corporativo, aunque no persiga un objetivo tangible, como puede ser un aumento de ingresos o un incremento de la productividad, acaba repercutiendo en todo el funcionamiento de una empresa. Porque nunca debemos perder de vista, que, antes que nuestro producto o servicio, nuestro valor más preciado son nuestros trabajadores. Las personas que forman nuestra empresa son el claro reflejo de los valores de ella.

De acuerdo con esto, nos podemos preguntar: entonces, ¿Cuáles son las claves para integrar el archiconocido wellbeing corporativo a nuestra empresa?

Primeramente, debemos saber que trabajar en el bienestar no es algo puntual. No es una acción que podamos implementar un día. Es un trabajo basado en el hábito y en la toma de medidas, que no solo hagan la vida más cómoda al trabajador, sino más feliz. No es suficiente con incorporar un par de beneficios sociales, como, por ejemplo: un ticket restaurante, o integrar un área de cuidado de niños (aunque no sea un mal comienzo). Supone un cambio en las maneras de actuar propias de la organización, desde en su comunicación con los empleados, hasta la flexibilidad y los servicios que ofrecen. Es importante facilitar la conciliación de la vida personal y profesional, y conseguir alinear un buen estado mental y físico. Esa es la clave para poder conseguir trabajadores que ofrezcan su mejor versión. Demostrando que, desde la empresa también la ofrecemos con ellos.

Otro indicador clave para garantizar el bienestar en la empresa es la formación. En el contexto actual, las titulaciones tienen una caducidad mucho más rápida. Nos encontramos en un momento de constantes novedades tecnológicas, sociales, y medioambientales, que exigen de perfiles que se vayan renovando de manera incesante. Invertir en formación se convierte en un imprescindible desde el momento en el que, si queremos ser una empresa actualizada, debemos formar a nuestro equipo para que pueda adaptarse a las necesidades del momento. Es esta la única manera con la que podremos conseguir perfiles profesionales versátiles, que crezcan junto a nuestro proyecto. Nos permite enseñar que contamos con ellos a largo plazo.

Trabajar en aspectos como las soft skills es un buen comienzo. Las habilidades blandas o soft skills son cruciales para fomentar el desarrollo personal y profesional. Garantizan un crecimiento personal constante, ayudan a hacer crecer a la organización, y permite contar con una plantilla más motivada y comprometida. En definitiva, cuando crece el trabajador, también crece la empresa.

No obstante, no todos los responsables de recursos humanos ven la importancia de apostar por el bienestar. De manera que, para aquellos escépticos de la inversión en bienestar, exponemos aquí las 4 principales ventajas de integrar el bienestar en su empresa: 

• Facilita la atracción y retención de talento: los trabajadores que se sienten valorados y a gusto tienen mucha menos probabilidad de abandonar la empresa, que no aquellos que se encuentran en ambientes autoritarios. Además, las empresas que se preocupan por los trabajadores tendrán más posibilidades de atraer nuevos talentos. ¿Quién no quiere trabajar en un sitio donde se le valora como se merece?
• Más felices = más trabajadores: cuando sientes que se te está valorando y que se te aprecia, es más probable que quieras demostrar que te mereces el reconocimiento que estás recibiendo. Un trabajador contento es un trabajador eficiente.
• Reduce costes: un buen plan de bienestar corporativo vela por tu estado tanto mental como físico. Lo cual se traduce en una reducción de bajas por estrés, ansiedad y muchas patologías similares. Asimismo, también está relacionado con una reducción de las bajas por problemas físicos, y el absentismo.
• Mejora el clima laboral: cuando el bienestar está integrado en la empresa, se reducen los conflictos en la oficina. De acuerdo con esto, la formación en soft skills también juega un papel importante, creando perfiles más comprensivos y empáticos a la hora de comunicar. No se acaban los problemas, pero sí que se aprende a abordarlos de manera mucho más eficiente.

El bienestar corporativo es una obligación para las empresas que quieran sobrevivir al contexto actual, y, sin duda, las animo a poner sus esfuerzos y dedicación en ello, porque… Que bien se está, cuando se está bien.