Esta historia fue el principio de algo grande, muy grande y el final también. Fue el comienzo de un momento en el que alguien solo quiso expresar lo que tenía dentro, sin más expectativas que compartir algo que le parecía importante.
Mostrar algo tan suyo, tan íntimo, tan de ella, le generó en origen algunas dudas. Pero la vida profesional afortunadamente está cambiando y cada vez más, se comparten historias, anécdotas, experiencias, momentos de la vida de las personas, que nos acercan más a su realidad. Es innegable que somos las personas las que movemos el mundo, las que hacemos que las empresas existan y las que damos vida a los negocios. Y es cada vez más evidente que es imposible pensar que pueden ir separados y que lo profesional carezca de todo lo personal.
Y así…. Con esa reflexión, le dio a la tecla y empezó a escribir… Por qué no compartir con los demás algo que podía ocurrir y ocurre cada minuto en esta vida como es el nacimiento de un hijo, y como la experiencia cambia a una directiva que se convierte en mamá.
Compartió un texto tratando de explicar su historia y una foto en el hospital con su bebé de 15 días en brazos dándole el diminuto biberón, sin maquillar, con el camisón del hospital y las medias de compresión por la preeclampsia, y sin más aderezos que una cara agotada, llena de una inmensa felicidad.
«El día de esta foto cambio mi vida para siempre, literalmente la vida volvió a mí de dos formas diferentes, primero por el nacimiento de mi hija, muy luchada, buscada y muy esperada, realmente un milagro que la vida finalmente me concedió, y segundo porque los profesionales del hospital donde fui ingresada me salvaron la vida después de un parto muy difícil y muchos días en la UCI entre la vida y la muerte.
Y todo acabo y todo empezó, aunque yo seguí siendo yo, era una mujer, ahora una mamá, y también una directiva con más de 20 años de experiencia que adoraba su trabajo y simplemente necesitaba recuperarse y disfrutar del milagro de su vida, mi hija”
Cuando volvió a su puesto de trabajo se encontró que muchas cosas habían cambiado, y eso que durante su baja de maternidad se mantuvo “conectada “como dicen ahora, mientras entre biberones, pañales y pucheros cuidaba de su bebé y enviaba emails o tenía reuniones en el salón de su casa con la cunita de su hija al lado y hablando bajito para no despertarla. Una directiva nunca puede desconectar.
Regreso de su baja a la oficia y a ratos se encerraba en el baño y lloraba porque aún tenía las emociones por todo lo vivido a flor de piel y echaba de menos a su bebé. Pero no pasaba nada, se retocaba el maquillaje y salía a cumplir con sus responsabilidades sin que nadie notara nada sobre su momento de bajón o de emoción, según se mire.
Disfrutaba de nuevo de su trabajo, de hacer lo que sabía hacer y que además hacia muy bien, su equipo celebraba y estaba muy feliz de tenerla de vuelta, habían sufrido su ausencia. Pero una sombra alargada se aproximaba a ella sin saberlo hasta que la tapo de lleno y le mostro la oscuridad más dura que podía haber imaginado en el entorno en el que tantas y tantas horas de trabajo, pasión, entrega y resultados había pasado y entregado.
Lo puede resumir en una frase que se quedó grabada en su cabeza para siempre:
“Tu momento de vida no coincide con el momento de vida y crecimiento de la empresa” es mejor que te vayas
Así sin más… paso de ser una “superstar” a ser una molestia para la empresa que le contó que necesitaba que dedicara infinitas horas, no se fuera relativamente pronto a cuidar de su bebé y además se separara de el sin lloros para hacer viajes de miles de kms…Total, por favor no era la primera que tenia un hijo en esta vida…
¿Creéis que es posible volver a tu vida anterior en el trabajo como directiva después de ser mamá sin cambiar absolutamente nada?
Ella solo sabía que aceptar la vulnerabilidad, sentir las emociones que se presentan y transformar esos momentos en fortaleza interior le hizo mejor persona.
Eligió así ser una «Mamá directiva» en vez de una «Directiva mamá» y eligió sostener la mirada del amor y dejar de elegir a quien no le elige.»
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