Todos queremos triunfar en la vida. Tener éxito, tener buenos amigos, casa bonita, un coche chulo y un buen trabajo. Y si tengo ya mi gran empresa, que sea lo más exitosa con los mejores empleados, motivados y entregados 100% a mi proyecto. Pero realmente ¿cómo podemos llegar a tener todo eso? ¿Es factible? Vamos a empezar desde principio.
Para llegar a ser un buen empresario debo tener buenos principios, buena educación, buenos valores. Tus padres tienes que invertir en tus raíces, al igual como cuando cuidamos de una planta.
Los regalos como los relojes caros y los coches de lujo no van a sumar nada en nuestra vida, solo nos hará crecer el ego y la envidia de los demás. Y además el año siguiente saldrán nuevos modelos y desearíamos tenerlos también. Toda esta materia caduca con el tiempo. Omnia mecum porto.
Lo que hablare aquí y también en mi ponencia en el II Congreso Internacional organizado por Fundación Alares, los días 23 y 24 de marzo, es justo de lo que no caduca nunca: ¡Nuestros valores!
Hace 20 años que vivo dentro del mundo de la educación y como madre de dos niños, no tengo duda que la única manera de tener éxito en esta vida a largo plazo es tener buena educación.
Si invirtiéramos en ella tendríamos mejores niños que van a crecer y ser mejores personas, y estas personas entraran en tu empresa y van a conducirla al éxito. Pero para que todo esto suceda hace falta empezar con nosotros mismos. No podemos exigir algo de una persona sin experimentarlo antes, sin ser sinceros con nosotros mismos, sin tener fallos y errores.
El gran empresario también era en aquel momento un niño sin experiencia. También tenía buenos maestros, que eran sus padres quienes le enseñaron como caminar, como pedir amablemente las cosas, como pedir perdón y gracias. Como afrontar un problema, rechazo y caída. Como crecer desde las adversidades y convertirlas en aliados.
Tanto hablamos hoy en día de los valores, escribimos sobre ellos y los utilizamos en campañas, pero ¿realmente los utilizamos de verdad?
¿De quién depende si mi empresa prosperara en el futuro?
¿De quién depende si quiero hacer un cambio en la vida y ese cambio nunca llega?
¿De quién depende si estoy en una mala racha en mi vida y no consigo salir de ella?
Cuantas preguntas difíciles con solo una respuesta: ¨TU¨
¡Tú eres la respuesta! Tu resiliencia, empatía, tolerancia, experiencia, humildad. Tu respeto hacia los demás, tus hechos y no solo tus palabras. Todos esos valores te convertirán en una persona con exitosa. Este éxito no caducara nunca, porque este éxito se llama educación.
¡Si quieres dirigir una empresa, tienes que empezar desde ti! A través de tu ejemplo, tu empresa será tu espejo.
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