A raíz de la COVID-19, la tasa de natalidad ha bajado considerablemente en nuestro país. Estamos hablando de una caída del 3% entre enero y octubre de 2021 con respecto al año anterior. Madrid y Cataluña, con 2.908 y 1.570 nacimientos menos, respectivamente, lideran la lista de comunidades que han experimentado un mayor descenso.
Lo cierto es que, según el INE, las mujeres querrían tener una media de dos hijos y no los 1,2 que tienen actualmente. Ya en 2018, la economía, la inestabilidad laboral y la conciliación eran los principales motivos argüidos para no quedarse embarazadas. Y, con la pandemia, el panorama en este sentido no ha hecho más que empeorar.
Las empresas podemos hacer mucho en este sentido. Apostar por la digitalización es una de las vías más importantes que tenemos a nuestro alcance para ayudar a nuestros trabajadores a conciliar sus vidas personales y profesionales y, por lo tanto, a hacer realidad su sueño de formar una familia.
La reacción de las administraciones públicas
En España, hace tiempo que la baja natalidad es un problema. Entre 2009 y 2019, la cifra de nacimientos ha descendido un 27,3%. Y la incertidumbre provocada por la crisis sanitaria no ha mejorado las cosas. Su impacto se ha notado en toda Europa, pero son los países con una menor protección social, como España, Hungría, Portugal o Italia, los que más lo han sufrido.
Para hacer frente a este problema, la Comunidad de Madrid ha publicado hace unas semanas la Estrategia 2022-2026 de Protección a la Maternidad y Paternidad y de Fomento a la Natalidad y la Conciliación, que contempla una inversión de 4.800 millones de euros y hasta 80 medidas, entre ellas: reforzar las medidas de flexibilización de la jornada laboral.
Por otro lado, a nivel nacional, e igual que sucedía en 2021, los padres y las madres siguen teniendo los mismos derechos en lo que respecta a los permisos de paternidad y maternidad, 16 semanas, lo que nos sitúa en una buena posición en relación a otros países de nuestro entorno.
La digitalización es la llave de la conciliación
La tendencia así lo apunta: la clave para mejorar la conciliación es la flexibilidad laboral, traducida en modelos de trabajo híbridos, horarios flexibles, autogestión del personal, etc. Y, en este sentido, su habilitador clave es la digitalización.
Las tecnologías digitales brindan a la empresas nuevas capacidades de comunicación, colaboración, almacenamiento de datos, gestión de procesos… desligadas de la ubicación. De esta manera, los empleados remotos pueden completar sus tareas, interactuar con sus compañeros o participar en las mismas condiciones que los presenciales. Algunas de estas herramientas, como SAP SuccessFactors Time & Attendance, accesible a través de Alight, incluyen funcionalidades de horario flexible, registro de entradas y salidas, activación de horas extraordinarias, modificación de hojas de asistencia u obtención de resúmenes semanales que permiten la gestión y la autogestión de los empleados, una vez más, desde cualquier lugar y en cualquier momento.
En muchos casos, la flexibilidad significa poder llevar a tus hijos al colegio, poder pasar tiempo con tus padres o abuelos que vivan en otra localidad, permitir llevar a algún familiar al médico, o simplemente quedarse en casa trabajando mientras los hijos están de vacaciones. Lo que antes era un reto para muchos inasumible, ahora se va haciendo cada vez más accesible gracias a las herramientas digitales y a la tendencia de las empresas y administraciones a implementarlas.
Toda esta flexibilidad proporciona a los trabajadores nuevos niveles de autonomía y libertad que facilitan significativamente la conciliación de su vida personal y laboral. Así, por ejemplo, pueden decidir si quieren seguir viviendo cerca de la oficina o prefieren trasladarse a otra ciudad que les ofrezca una mejor calidad de vida o una red de apoyo familiar.
En los últimos dos años hemos avanzado mucho en materia de conciliación. En cierta manera, la pandemia ha hecho evidente la importancia de situar a las personas en el centro. También ha acelerado la digitalización del tejido empresarial y nos ha permitido conocer de primera mano los beneficios de la flexibilidad laboral. Es cierto que queda mucho por hacer, pero sabemos cuál es el camino.
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