Desde que se iniciara la pandemia, hace ya casi dos años, el teletrabajo se ha convertido en el mejor aliado de las empresas para mantener su funcionamiento habitual, a pesar de las dificultades que esto supone no solo desde el punto de vista económico, sino desde la perspectiva social que implica el distanciamiento social y el “aislamiento” que acarrea este nuevo modelo laboral. En este contexto, debemos hacernos una pregunta de indudable interés para las compañías, independientemente de su tamaño: ¿Cómo cuidar a los empleados en un contexto complejo marcado por la incertidumbre?
Según el último informe sobre el teletrabajo del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), en el tercer trimestre de 2021 el 8% de la población ocupada trabajó desde su casa, lo que se traduce en más de un millón y medio de empleados[1]. Estos datos ponen de relieve la necesidad de adaptar el bienestar a un nuevo paradigma en el que el sedentarismo, la salud mental y el salario emocional se han convertido en piedra angular de la retención y atracción del talento en la que podríamos denominar la “era de la rotación”.
Hace tan solo unos días, la Organización Mundial de la Salud instaba a las compañías de todo el mundo a adoptar medidas inminentes para proteger la salud de los empleados que se encuentran en modalidad de teletrabajo. Lo cierto es que el teletrabajo plantea grandes riesgos para los empleados para los que debemos buscar una urgente solución: es momento de humanizar el entorno laboral.
Este informe de la más alta institución en materia de gestión de salud pública se basa en estudios de rigor científico para dilucidar los principales problemas del trabajo a distancia. Así, nos encontramos con que el estado físico de los empleados, o los problemas asociados a la salud mental. Todo ello pone de manifiesto la imperante necesidad de las empresas de emplear el salario emocional como recurso por excelencia para mejorar aquellos aspectos del bienestar del talento que presentan graves carencias.
No obstante, debemos prestar atención a los beneficios de esta nueva modalidad de trabajo, con el principal objetivo de potenciar los aspectos positivos: según algunos estudios, el teletrabajo incrementa en un 71% las probabilidades de realizar ejercicio físico al día[2], si lo comparamos con un día presencial. Así, nos encontramos con que el nuevo contexto social y laboral genera oportunidades que los expertos de recursos humanos deben explotar.
¿Cómo podemos hablar de bienestar sin prestar atención a las necesidades? Tras meses de hastío por la pandemia, la felicidad de los equipos y su motivación se ha visto mermada. En este contexto, debemos emplear las herramientas adecuadas para devolver la ilusión a los empleados,que ya no solo prestan atención al aspecto monetario, sino que requieren de las empresas para ir un paso más allá en la retribución.
Casi dos años después del estallido de la pandemia, ¿quizá nos hemos olvidado de vivir? Tras meses de teletrabajo en los que salir a la calle parecía impensable, parece que hemos perdido de vista un elemento clave en el cuidado del talento: la conciliación entre lo personal y lo profesional. En este contexto, si hablamos del mercado de las experiencias en España, nos encontramos con cifras verdaderamente interesantes: el sector de las experiencias supone 1.500 millones de euros de las que 400 millones no se disfrutan.
El gran reto al que nos enfrentamos en la actualidad pasa por lograr la felicidad de los equipos humanos que están detrás de las empresas. Desde Bigbox, estamos convencidos que una nueva forma de hacer Recursos Humanos es posible, estableciendo un vínculo emocional entre los empleados y sus empleadores. Es hora de que convenzamos al mundo de la necesidad de acumular menos y vivir más.
[1] Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (2021): “Indicadores sobre el teletrabajo en España. Tercer trimestre de 2021”. Disponible en: https://www.ontsi.es/es/publicaciones/flash-datos-teletrabajo-3t2021
[2] World Health Organization (2022): “Health and safe telework. Technical brief”. Disponible en: https://www.who.int/publications/i/item/9789240040977
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